CAPÍTULO 50

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Lo miré fijo por unos cuantos segundos...no puedo entender como puede existir alguien así y que sea mi papá. ¿Cómo mi madre pudo amar a esta basura?.
-- Ya no más, Marco -- le dije. Él sonrió de costado y se acomodó mejor en la silla.
-- Lo mejor, creo yo, será que pienses en el bien de tu madre -- me aconsejó.
Ahora yo sonreí de la misma manera, torcida y perversa, que él.
-- Ya no puedes hacerle daño -- le aseguré. Su sonrisa se desvaneció lentamente.
-- Dime -- dijo mientras se ponía de pie -- ¿Qué te llevó a encontrar a tu madre? -- no contesté, solo lo miré fijamente -- Sé que esa chica con la que sales últimamente consiguió su número.
-- Ya sé que ayer intentaste manipularla y no te funcionó, ¿verdad? Ella no es ninguna tonta -- sonreí levemente -- ya no tienes ningún poder sobre mí, se acabó.
Rodeó el escritorio y se acercó a la biblioteca, para mirar los libros que esta tenía.

Era tan cínico, frío...tan distante. Desde que mamá se fue, aprendí que lo único que podía recibir de Marco eran órdenes y amenazas.

Se giró a verme y volvió a sonreír.
-- Voy a demostrarte que puedo ser generoso, Lalisa -- dijo y volvió la mirada a los libros -- Tienes poco tiempo para jugar a la "casita" con la ramera de tu madre...
-- Bastardo -- lo interrumpí -- ella no es ninguna ramera, piensa bien lo que dirás de ella.
-- No me interrumpas, hija, sabes que no me gusta -- respiré profundamente, tratando de no perder el control -- como te decía, tienes poco tiempo para estar con tu madre y divertirte con esa niñita...
-- Sabes que ya no es cuestión de tiempo...se acabó Marco, ya no más estúpidas amenazas y ese tipo de cosas -- dije y volvió su vista a mí. Podía notar que su paciencia ya se estaba acabando.
-- ¡Deja!...de interrumpirme -- dijo amenazante pero controlándose -- ¿sabes? sé a que jardín va Sorn -- me paralicé y mi cuerpo se tensó -- Es una niña muy linda, me recuerda a tu madre -- sonrió -- le gustan mucho los dulces, ella me lo ha dicho...
-- Hijo de...
-- Por eso mismo hija mía, piénsalo bien...no me molesta que estés con la hija de Kim, divertirte no te viene mal, pero lo mejor será que dejes esa loca idea de estar de nuevo cerca de tu madre y de ese imbécil -- sonreí ante la forma de llamar a Ryan.
Reí divertida y él me miró con enojo.
-- Padre, padre, padre -- dije calmando mi risa -- Creo que no lo has logrado entender bien, déjame repetirlo un poco más lento...YA-NO-ME-CON-TRO-LAS...
¿ahí si se entiende? -- dije con burla -- ¡Ah! Y tampoco lo volverás a hacer.
-- No estés tan segura de eso -- dijo apretando los dientes.
-- Puedes meterte tus amenazas donde mejor se te acomoden -- le respondí.
-- Hija, podrías sorprenderte de lo que soy capaz...
-- ¿Sabes? -- dije sin quitar mi sonrisa -- He visto como está mamá...y debo decirte que alejarla de ti, ha sido lo mejor que has podido hacer en tu miserable vida, así que cero rencores papi, todo está bien. Ryan le ha dado todo lo que tú jamás pudiste darle en la vida -- me llenó de satisfacción verlo ponerse rojo de la rabia -- cuidado papá, no te vaya a dar algo, respira -- continúe divertida -- cuidate ¿si? Ya estás algo viejo para pasar rabias -- respiró profundamente.
-- Ten cuidado, hija -- me dijo con toda la calma del mundo, mientras no quitaba su mirada de mí -- mide tus palabras...no querrás que, mágicamente, le pase algo a tu nueva dama de compañía, ¿o sí?.
Y esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Rápidamente me acerqué a él y lo tomé por el cuello de su camisa.
-- Escúchame bien, maldito imbécil -- sus ojos estaban sobre los míos -- dejaré de lado el motivo de tener tu asquerosa sangre si le tocas aunque sea un pelo a Jennie...no voy a pensar dos veces en acabar contigo.
-- Veo que te importa de verdad -- susurró como si acabara de descubrir lo mejor de su vida.
-- Entendiste ¿verdad?. No juegues conmigo, Marco...ya no tengo 9 años y si te soy honesta, lo único que siento hacia ti es asco y desprecio, así que no me busques, porque no te será difícil encontrarme -- lo solté bruscamente y salí del despacho antes de que acabara con la última gota de paciencia que me quedaba.
Cuando estuve afuera de la casa, patié lo primero que tuve a mi alcance. El tacho terminó en medio de la calle con toda la basura esparcida.
Intenté calmarme pero se me estaba haciendo imposible. De verdad, pero de verdad, si se le ocurre hacerle algo a Jennie, lo mato con mis propias manos.

Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora