Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN)

CAPÍTULO 54 (1/7)

Holaaa💜
Hoy hay maratón debido al nuevo video de las chicas🥰🥰
Y coloco "How You Like That" de portada en este capítulo, para que vuelvan a ver esa perfección pura que debemos apreciar cada vez que podamos😭😭 he visto el vídeo, mínimo, 20 veces.

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Aquella cínica sonrisa no salía de su rostro. Sentía que mi sangre hervía.

¿Qué mierda hacía él aquí?.

-- ¿Qué quieres? -- le pregunté de mala manera. Volvió a mirar a Jennie.
-- ¿No me vas a invitar a pasar? -- me preguntó.
Me quedé quieta en el lugar...no iba a dejarlo pasar. Sentí unas manos apoyarse en mi espalda, giré mi cabeza y era Jennie. Asintió levemente.
-- Pasa -- le dije a mi padre y me moví a un costado. El entró y recorrió con su mirada todo el departamento.
-- Buenos días, Jennie -- le dijo a ella.
-- Buenos días, señor Manoban -- le respondió.
-- Espero no haber llegado en un mal momento.
-- No, para nada -- contestó la morena sonriéndole de manera falsa. Reí por lo bajo -- Estábamos por desayunar, ¿quiere desayunar con nosotras?.
-- No, gracias -- le respondió y se sentó en una de las sillas. Jennie me miró y sonrió de manera dulce.
-- ¿Qué lo trae por aquí, señor Manoban? -- le preguntó.
-- Necesito hablar sobre unos asuntos con Lalisa -- le dijo de manera tajante.
-- Bueno...yo ya me estaba por ir y...
-- No, tú no te irás a ningún lado -- la detuve -- cualquier cosa de la que quieras hablarme, puedes hacerlo delante de Jennie.
-- Es un asunto delicado...
-- No importa...no tengo secretos con mi novia.
-- ¿Novia? -- preguntó confundido.
-- ¡Oh! Olvidé por completo contarte, papi -- exclamé irónica y me acerqué a Jennie para abrazarla de costado -- Te presento a tu nuera...¿no es encantadora? -- Marco nos miró algo sorprendido. Miré a Jennie y estaba algo sonrojada. Cuando me miró, le guiñé un ojo y negó divertida con la cabeza.
-- Así que son...novias.
-- Sí -- dijo ella asintiendo -- espero que le agrade la idea de tenerme en su familia, a mí me encanta que usted sea mi suegro -- noté su sarcasmo.
-- Por supuesto que estoy contento...no te imaginas cuanto, pequeña -- le dijo.

Noté algo extraño en esa afirmación. Lo miré fijamente, intentando descifrar algo en él.

-- ¿Y bien? ¿A qué has venido? -- le pregunté cortante.
-- Cariño, no seas tan grosera, ¿Por qué no le ofreces un café a tu padre? -- me preguntó Jennie. La miré y me alzó ambas cejas.
-- ¡Oh! Tienes razón, mi amor -- la apoyé y me acerqué hasta ella -- ¿no quieres un café, papi?.
-- Está bien -- me dijo y tomé una taza para servirle café. Me incliné levemente al oído de Jennie.
-- ¿Puedo escupir un poco en él? -- le susurré.
Ella soltó una leve risa y ambas miramos de reojo a mi padre.
-- Un poco no estaría mal...creo que ha arruinado algo.
-- Ha arruinado todo -- aseguré. Tomé la taza y se la alcancé a él -- aquí tienes.
-- Gracias.
-- Entonces, ¿a qué has venido? -- le pregunté mientras me sentaba frente a él.

Jennie tomó un vaso con jugo y se sentó a mi lado. Él la miró y luego volvió a poner su atención en mí.
-- Quiero que trabajes conmigo de nuevo.
-- ¿Por qué?
-- Porque lo necesito...ya te dije una vez que hay veces que yo no puedo firmar los documentos y como tú eres mi hija, necesito tu ayuda.
-- ¿Qué clase de ayuda, señor Manoban? -- le preguntó Jennie.
Él la miró con recelo, no le agrada para nada que Jennie esté presente, escuchando todo. Principalmente porque no puede hablar como en verdad quiere.
-- Tengo muchos negocios, señorita Kim y no puedo atenderlos todos.
-- Que lástima, señor Manoban, pero ¿no le contó Lisa que esta semana que viene tenemos parciales en la universidad? -- le contó y me miró -- ¿no le contaste, cielo?.
La miré algo extrañada. No recordaba que tuviéramos algún examen o algo así, pero entonces entendí su plan.
-- ¿No te conté, papá? -- me miró serio -- Lo lamento nuevamente...no sé que pasa conmigo últimamente, estoy olvidando contarte tantas cosas importantes.
-- No importa -- dijo y sonrió.
-- Entonces, señor Manoban...no creo que Lisa pueda ayudarlo esta semana. Tampoco la otra.
-- ¿Y por qué? -- preguntó de mala gana.
-- Lisa y yo estamos trabajando en la oficina de mi madre y le prometimos que en las próximas semanas la ayudaríamos en un importante proyecto que tiene planeado, ¿no es verdad, mi amor?
-- Sí, ¡demonios! también olvidé eso ¡dónde tengo la cabeza! -- exclamé divertida y con Jennie reímos. Marco estaba más serio de lo que la situación ameritaba y simplemente me encanta verlo así. Molesto, sin saber que decir ni que hacer.