CAPÍTULO 56 (3/7)

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Ambos echaban chispas por los ojos...y juro por Dios que podía ver como cada uno comenzaba a preparar sus armas, para en cualquier momento disparar primero. Ambos miraron a Jennie y ella se tensó.
-- Y-yo...-- intentó hablar.
-- ¿Qué hace él aquí? -- le preguntó Chaerin.
-- No, no, no, la verdadera pregunta es ¿qué hace ella aquí? -- le preguntó Jiyong
-- Mi hija me invitó a almorzar -- contestó la mujer con un notorio tono de orgullo.
-- Pues te cuento que a mí también -- aseguró él.
-- Pero ella me llamó a mí primero -- Jiyong soltó una carcajada.
-- Que infantil eres por Dios. ¿Cuándo será el día en el que dejes de comportarte como una niña?
-- El día que tú dejes de ser un idiota.
-- Loca, siempre estuviste loca. No sé cómo diablos tuve la cabeza para casarme contigo.
-- Simplemente porque fui la única estúpida que te dió la hora en tu vida.
-- No pienso almorzar con esta mujer -- sentenció él.
-- Yo tampoco pienso compartir la mesa con este tipejo -- sentenció ella.
-- Bien que todavía usas mi apellido...
-- Solo lo hago para darle una mejor imagen al apellido que tiene mi hija...
-- Eso no es cierto, mentirosa.
-- Sabes que sí es cierto, mentiroso, embustero, mal padre, mal...
-- ¡Ya basta! -- Jennie elevó la voz, llamando la atención de todo el restaurante. Jiyong y Chaerin la miraron sorprendidos -- ¡Los dos se van a sentar y almorzarán conmigo y Lisa como personas civilizadas!

Sin decir nada, ambos tomaron asiento. Nadie dijo nada...

El mozo llegó con el champagne, sirvió un poco para cada uno y luego se retiró.

-- Ahora cada uno tomará la carta y pedirá lo que le gusta -- continuó mi novia.

Como dos robots comenzaron a hacer lo que Jennie les indicó. Miré a chica que estaba a mi lado y sonrió con orgullo.

-- Te amo -- solo moví mis labios para que los leyera.
-- Yo también -- hizo lo mismo, junto a una tierna mirada que me cautivó aún más -- Bueno -- llamó la atención de sus padres -- los reuní aquí con el fin de tener una cómoda instancia para presentarles oficialmente a Lisa como mi novia.
-- Y me alegro mucho por ello -- habló Chae sin dejar de sonreír, hasta que miró a Jiyong.

¿Por qué se odian tanto, por Dios?
Debo preguntarle a Jennie luego.

-- Yo también estoy muy contento por ustedes -- dijo Jiyong y quitó su mirada de Chaerin -- En especial porque estoy haciendo negocios con tu padre, Lisa.

Me tensé al escuchar aquello. Miré a Jennie y ella negó levemente con la cabeza.

-- Que bueno -- dije.
-- ¿Y...hace cuánto que salen? -- preguntó mi suegra mientras tomaba un sorbo de su champagne. Jiyong también comenzó a beber.
-- Ayer formalizamos pero venimos dando vueltas desde hace bastante -- le respondí.
-- Siempre supe que ustedes tendrían algo -- continuó contenta -- desde el día que llegaría juntas a mi oficina.
-- ¿Recuerdas ese día? -- le pregunté divertida a Jennie.
-- Como si pudiera olvidarlo.
Todos reímos y sentí como aquella tensión de hace unos minutos comenzaba a disminuir. Jiyong miró a Chaerin y esta le mantuvo la mirada.
-- ¿Y...cómo marcha todo en la oficina? -- le preguntó.
Se notó que ella se sorprendió un poco por la pregunta.
-- Bien...todo marcha sobre ruedas. Esta semana han venido dos marcas nuevas -- le contó.

Jennie me miró y sonrió contenta.  Ese era un buen avance, solo necesitaban unos empujoncitos y la comunicación, tal vez, podría retomarse.
-- El trabajo de la señora Kim es excelente --  le comenté a Jiyong. El sonrió por lo bajo.
-- Lo sé, siempre ha sido muy profesional en él -- me comentó.

Jennie se acercó a Chaerin y ambas comenzaron a leer la carta del menú.

Llené mi vaso y el de Jiyong, con el espumoso champagne.

-- Jennie...creo que es muy parecida a su madre -- le comenté.
-- Oh no, para nada -- aseguró -- son como el agua y el aceite. Chaerin es una mujer demasiado quisquillosa y siempre encuentra algo para echarte en cara.
-- Créame, su hija también es muy buena para echar cosas en cara -- dije divertida y rió.
-- Sí pero Jennie tiene un carácter que Chaerin no puede controlar y debo decir que yo tampoco. Ellas son diferentes y por eso chocan tanto a veces pero también a la vez pueden estar unidas como dos mejores amigas -- dijo sin quitarles la vista de encima.
-- ¿La extraña? -- le pregunté. Él me miró y una nostálgica sonrisa se cruzó en su rostro.
-- Un poco -- susurró.
-- ¿Y por qué no lo intenta? -- dije y el me miró en silencio por unos segundos. Quizás ya me estoy tomando demasiada atribuciones.
-- Imposible -- dijo divertido y tomó más de su copa.
-- Quién le dice, señor Kim, todo puede pasar -- le aseguré.

El palmeó amistosamente mi hombro y reímos, ellas fijaron su mirada en nosotros y sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

-- ¿Podemos pedir ya? -- preguntó Jennie.
-- Claro que si -- dije y me alejé de Jiyong para acercarme un poco más a ella, que también se acercaba a mí.
-- ¿Qué estás haciendo? -- me preguntó por lo bajo.
-- Solo hablo con tu padre, no hago nada malo -- le dije.

Ella respiró profundamente y luego sonrió.

-- Esto no es tan malo como pensé -- dijo con discreción. Aprovechando que Jiyong leía la carta y que Chaerin llamaba al mozo, me acerqué y le di un pequeño beso.
-- Te dije, todo iba a salir bien.

El mozo se acercó y los cuatro ordenamos algo distinto. Luego de unos cuantos minutos en los que mantuvimos una fluida conversación, nuestro almuerzo llegó y comenzamos a comer.

El champagne se acabó y Chaerin encargó otro. Jennie me miró algo extrañada y le respondí con un encogimiento de hombros. Ellos comenzaron a beber mientras hablaban como si fueran los mejores amigos del mundo. La botella se terminó y Jennie y yo solo habíamos bebido una vez. Jiyong encargó otra.

-- Y luego, cuando tenía 5 años obligó a su padre a tirarse al suelo y llorar como un niño para darle de vuelta su billetera -- contó Chaerin sin dejar de reír.
-- Siempre fue mi pequeño demonio -- aseguró él calmando su risa.

Jennie los miró confundida. Ellos se estaban comportando de una manera muy extraña, según ella. A mí parecer es normal, se aman.

-- ¿Pueden dejar de beber? Me parece que ya están algo pasados de copa -- les dijo ella. Ambos la miraron y volvieron a reír.
-- ¡Oh, mi cielo! ¿No te parece que tus padres ya están algo grandes como para que les digas si pueden beber o no? -- le preguntó Chaerin.
-- Bueno, bueno -- dijo Jennie restándole importancia -- ¿Quieren postre? -- les preguntó.

Se miraron fijo por unos cuantos segundos.

-- Frutillas con crema -- dijeron al unísono y volvieron a reír.

Apreté mis labios para no reír también, esto ya se estaba poniendo demasiado cómico. Jennie me miró y ella si rió. Le hice un gesto con la cabeza, apuntando hacia la salida y ella asintió levemente tomando su bolso de mano.

-- Amm...¿Saben qué? Lisa y yo debemos irnos -- dijo mientras se ponía de pie.
-- Está bien, vayan -- dijo su padre mirando fijamente a Chaerin.
-- Luego me llamas, hija -- le dijo Chae sin quitar su vista de Jiyong
-- Adiós -- les dijimos y ambas salimos de ahí.
-- ¿Qué fue todo eso? -- preguntó.
-- No lo sé -- dije divertida.
-- Por Dios, es una locura. Se estaban mirando con cara de idiotas -- aseguró y reí.
-- Te dije que esto podría traer algo bueno entre ellos.
-- No, no creo que ellos...-- dejó de hablar y me miró -- ¡que horror!

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Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora