— ¿Por qué?
Fue la última pregunta que esperaba que me hiciera después de lo que le dije, pero lo hizo, y no tenía idea por qué lucía tan confundido.
— Brian, Anna es buena, ella me dijo que estabas más tranquilo por lo que sucedió con la banda y que todo está marchando bien entre ustedes — le expliqué. — Y ella sabe que yo no soy solo la amiga de George que va a buscar sus gafas de sol a tu granja, ya me lo has dicho, así que lo mejor que puedo hacer es... verte hoy y acabar con esto.
— ¿Por qué asumes todo eso de Anna y de mí? No creo que puedas sacar muchas conclusiones de lo que hablaron cuando fuiste por las gafas — concluyó, escéptico.
No quise delatarla. Sabía que si le decía ahora mismo a Brian que la había vuelto a ver y había charlado con ella crearía un problema que no quería crear, así que me encogí de hombros y dejé que creyera que esas eran solo conclusiones de mi primera impresión con ella y listo.
— Te llamé y no supe de ti — seguía reclamando, haciéndome cada vez más difícil no comenzar a gritarle que fui por él, que tan solo un llamado bastó para volver arrastrándome al hoyo del cual había salido a penas porque aún sentía, y quizás con más intensidad, todo lo que sentía por él.
— Ha pasado una semana, no quería aparecer cuando tenías todo el lío de hablar con la prensa y probablemente establecer tu salida legalmente — mentí.
Nos quedamos en silencio y volví a mirar por la ventana hacia afuera. Era un bonito lugar. Lástima que George no pudiera con la culpa y se viera forzado a venderlo para poder retomar su relación con Pattie y, espero, no volver a hacerle lo que le hizo.
Lo sentí dar unos pasos y en un momento llegó a mi lado.
— No quiero que desaparezcas — dijo. Lo miré de reojo y vi que miraba hacia el frente con las manos en los bolsillos. En ese momento me sentí más atrapada que nunca; su aroma me traía recuerdos que había intentado bloquear y cada vez que aparecían en mi cabeza comenzaba a sentirme peor.
No quería llorar frente a él ni tampoco hacer un espectáculo. Tan solo quería hacer lo correcto sin dañar a nadie.
— No puedo quedarme a ser tu amiga, Brian — confesé y quise decirle muchas más cosas que pasaban por mi cabeza de solo imaginar lo que sería aceptar ser su amiga y mirar desde afuera su vida.
No podía.
Lo miré y él a mí.
— Porque me amas — dijo. Alcé ambas cejas con una expresión que, fuera como fuera, hizo que sonriera como si compartiéramos un secreto nacional. — Y yo a ti — añadió antes de que pudiera decir nada.
— ¿Qué...? — balbuceé. En pocos segundos el escalofrío que recorrió mi cuerpo se convirtió en una reacción de conmoción y mis ojos se llenaron de lágrimas, las que no quise que salieran desde que llegó.
— Anna es una mujer maravillosa, no tengo dudas de eso — confesó. — Pero lo que siento por ella es... y por muy feo que sea... un cariño que nació de conformarme. Simplemente conformarme con lo que llega y dejar que los días pasen sin necesariamente esforzarme por ver si hay algo más, porque eso... eso solo lo hice contigo.
— Ella me dijo que tenías proyectos, que estabas feliz... me dio a entender que estabas en el camino correcto y yo no quise interrumpir eso, no tengo el derecho de interrumpirte si eres feliz — protesté. Brian me tomó de las mejillas con ambas manos y me hizo mirarlo. Sentir sus manos ásperas contra la piel de mi rostro en un momento como este fue indescriptible. Nunca pensé sentir algo así con algo tan simple y profundo a la vez.
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Cotchford Farm || Brian Jones
FanfictionSe había enamorado de George Harrison en cuanto Maureen los presentó, años atrás. Lástima que había una Pattie Boyd en medio. La vida no es siempre como uno desearía que fuera. Ahora: sin trabajo, sin hogar y con una fuerte adicción al alcohol, Min...