Jueves. Nunca me ha pasado nada especial ni nada que pueda recordar un día jueves.
Me levanté un poco tarde y casi me caigo en la ducha por intentar salir rápidamente de ella. No tuve tiempo de secarme el cabello, así que intenté hacer lo posible con la toalla y me puse lo que encontré en el armario. Salí y metí todas mis cosas al carro esperando no olvidar nada, casi siempre que salía apurada de mi casa olvidaba algo. En esas ocasiones Brian llamaba a la librería y me decía qué era lo que se me olvidaba sin que yo siquiera lo recordara.
Me hacía sonreír pensar en que él se acordaba más que yo de las cosas que debo traer encima y olvido por ahí en mi sala o en la habitación.
Cuando llegué a la librería estaba Lila afuera y parecía estarse congelando incluso aunque las mañanas veraniegas fueran un poco menos frescas que las de las otras estaciones. Su problema era que andaba con una remera y nada encima, desafiando al clima con la ropa que había escogido esa mañana.
— Lila, deberías abrigarte — le aconsejé cuando llegué a su lado, buscando las llaves del local en mi bolso.
— ¡Y tú deberías llegar a la hora! — se quejó, frotándose los brazos con insistencia.
— Lo siento, lo siento — me reí y abrí la puerta.
Entre las dos hicimos la rutina de apertura. Extrañé un poco el turno de apertura con Rachel ya que ella siempre llegaba con un periódico bajo el brazo y nos dedicábamos durante las horas muertas a leer un poco de las noticias del país y del mundo.
Con Lila hablábamos sobre libros. Lila era fanática de la historia y estaba juntando dinero para, junto al dinero que tenían ahorrados sus padres para ella, poder ir a la universidad a estudiar algo relacionado. Ella decía que ser historiadora sería un sueño, pero poder enseñar historia en las escuelas también es una opción.
Estaba tan decidida en lograrlo que envidiaba su determinación. Lo cierto es que a mí ya se me habían pasado los años y no podía optar a lo mismo. Además, mi vida tomaría un rumbo distinto en muy poco. Llegando a Cotchford Farm podría decidir qué pasaría luego.
O vivir el presente hasta que el presente se vuelva mi futuro y así por siempre.
Hablamos sobre las guerras y otras cosas mientras las horas pasaban hasta las 2:30 de la tarde, hora en la que llegaron Andy y Rachel juntos, charlando a viva voz de algo que los tenía exaltadísimos.
— ¡No van a creerlo! — dijo Andy.
— No lo anuncies como si fuera algo bueno, en realidad es horrible — lo regañó Rachel, azotando su periódico sobre la mesa. — Miren, la primera víctima del rock and roll en AÑOS.
Lila me ganó y agarró el periódico, desenvolviéndolo para leer la portada mientras yo me asomaba por su hombro y...
— ¿El presidente? — pregunté.
Andy entornó los ojos y le quitó el periódico a Lila para buscar algo en el interior, probablemente un artículo más pequeño.
— Ahí — nos indicó, entregándonos nuevamente el periódico.
Un cliente entró algo perdido a la tienda y yo salí detrás del mostrador para atenderlo. Lila leyó en voz alta:
— Muere ahogado el ex guitarrista de los Rolling... ¡No! ¿El rubiecito? ¿Jones? — exclamó.
Se me cayó el libro que tenía en las manos y le estaba mostrando en ese momento al cliente. Andy, el más cercano a mí corrió a recoger el libro, mientras que el mismo hombre que estaba atendiendo me cogió del brazo, pues perdí el equilibrio.
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Cotchford Farm || Brian Jones
FanfictionSe había enamorado de George Harrison en cuanto Maureen los presentó, años atrás. Lástima que había una Pattie Boyd en medio. La vida no es siempre como uno desearía que fuera. Ahora: sin trabajo, sin hogar y con una fuerte adicción al alcohol, Min...