13.

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-Iremos contigo.-me dijo Riley decidida.

-Que no.-le respondí seria.-Solo voy con Eric.

-¿Por qué?-me preguntó Liam.

-Porque yo lo digo, así de sencillo, yo sé con quien voy a tratar y saben muy bien que iría sola.-les dije molestándome un poco.-Pero sé que no me dejarían irme sola, así que decidí que solo Eric va conmigo.

-Esta bien, esta bien.-respondió Riley molesta.-Pero más te vale que llegues aquí sanita y salva, porque si no te mato yo misma.

-Dios.-solté, me puse el estuche para las flechas en mi espalda, guardé mi arma en mi espalda y mi arco la tengo en mi mano izquierda.-Vamos, Eric.

-¿Estás segura de esto?-me preguntó Eric cuando llegamos al lugar.

-Claro que sí.-le respondí bajándome del auto.

-Muy bien.-respondió Eric y nos adentramos al lugar, habían varios hombres armados.

-¿Y esta visita qué?-me preguntó un tipo, iba vestido todo de negro, suéter negro, jeans negros, una chaqueta negra, zapatillas negras y un gorro de lana negro.-¿A qué debo el honor de esta visita, Falcone? Revísenlos.

-Ni se te ocurra tocarme o te mato.-amenacé al tipo que iba a revisarme.

-Tengo que revisarte, hermosa.-me dijo el tipo de negro.

-Solo vine a hablar, Oscar.-le dije alzando mis manos.

-Y por eso traes tu arco, solo para hablar.-rió, dejé mi arco en una mesa que tenía al lado.-Bien, ¿qué quieres?

-No sabía que ahora eres un simple ladronzuelo.-le dije con una leve sonrisa.

-¿De qué hablas?-me preguntó cruzado de brazos.

-¿Crees que no te reconocí? Fuiste tú el malnacido que me disparó.-le dije señalando mi cuello donde tengo el vendaje.

-Joder.-soltó con una gran sonrisa.-¿Cómo te diste cuenta?

-Tu tatuaje, imbécil.-le respondí sonriendo mientras le veía su tatuaje en el cuello, es un águila o un halcón yo que sé.

-¿Y entonces? ¿Qué es lo que quieres?-me preguntó.-Sabes que no deberías estar aquí, te estás metiendo en la boca del lobo.

-Es que el lobo aquí no eres tú, son los Morelli.-le respondí con una falsa sonrisa.-Tú no puedes hacer nada si ellos no te lo ordenan.

-¿Y crees que aún no me han ordenado matarte?-me preguntó soltando una risa sarcástica.

-Yo sé que ya lo hicieron, pero tú tienes curiosidad de saber por qué estoy aquí.

-Tienes toda la razón, así que cuéntame...

-Vengo a proponerte un trato.-le conté.

-Lo que quiero saber es de donde carajos sacas los ovarios para venir a mi casa.-me dijo mientras se acercaba a mí.-Sabes perfectamente que yo solo hago negocios con los Morelli.

-Mira, el negocio con nosotros es mucho mejor, y todos lo saben.-le dijo sonriendo.-Tenemos a los mejores compradores, mejores distribuidores...

-Si si, hasta estás asociada con la mafia rusa.

-Exacto, nosotros somos los mejores en este business.-le dije.-Te conviene estar con nosotros y no contra nosotros, tu hermano fue fiel a nosotros...

-Lastimosamente mi hermano murió y ahora yo soy el jefe aquí.-me dijo mientras alzaba mi mentón con su dedo, él es mucho más alto que yo, tiene una ligera barba, ojos cafés y cejas pobladas negras, no está mal pero no es mi tipo.-¿Qué tienes para ofrecerme?

-4 toneladas al mes.-le respondí, mostró una gran sonrisa.

-Se está poniendo interesante...-di un paso adelante pegándome más a él.

-Y se pondrá más interesante.-susurré cerca de sus labios.-Con nosotros no serás un simple comprador o proveedor, serás socio, te llevarás un gran billete, más de lo que te pagan los Morelli.

-Me interesa.-me respondí.-Estoy dentro.

-Bien, corta rápido tu relación con los Morelli.-le dije.

-De hecho, pasado mañana pasarán un cargamento de nosotros por Brownsville.-me contó.

-Perfecto.-sonreí y me separé de él.-Dime exactamente la ruta y cómo es la cosa. Vamos a robarle esa mercancía.

-Perderé dinero.-comentó.

-No seas idiota, Oscar. Se lo vamos a quitar pero tú te lo vas a quedar.-le dije y él solo asintió con la cabeza.

-Está bien, van 3 toneladas en un camión, van a pasar por la garita 5 de Brownsville tienen a alguien ahí. Cuando pasen, llegaran a Tamaulipas.-me respondió.

-Perfecto, tenemos gente en Matamoros.-miré a Eric, Oscar me tomó de la cintura y tomó mi rostro.

-Espero no arrepentirme de esta alianza.-me susurró muy cerca de mis labios.

-Nunca.-susurré y le di un corto beso en la comisura de sus labios. Me separé de él, tomé mi arco y comencé a alejarme con Eric.

-¿Qué carajos fue eso?-me preguntó un poco molesto.-¿Cómo que socios?

-Ese malnacido se va a morir pronto.-le respondí y nos subimos a la camioneta.

-¿Qué estás planeando?-me preguntó mientras manejaba de vuelta a casa.

-Algo que ellos no se esperan, ese idiota solo es un peón que va a ayudarme a destruir a los Morelli.-respondí con una sonrisa.

-¿Qué estás haciendo, Erin?-me preguntó mi padre cuando entré a la casa.-¿Dónde carajos estabas?

-Estaba con Oscar Sánchez.-le respondí.

-¿Acaso ese no es socio de los Morelli?

-Nunca lo fue, menos ahora, ahora es nuestro socio.-él abrió los ojos como platos.-Es parte de un plan, ¿si? Voy a acabar con los Morelli, pasado mañana vamos a robarle un cargamento que pasarán por Tamaulipas.

-Voy a confiar en ti, Erin.-me señaló mi padre.-Contacta con la gente de Matamoros y con cuidado, Erin. Los Morelli no se van a quedar de brazos cuando se enteren que les robaste a Oscar y un cargamento.

-Oh, créelo, ahora sí se formó la guerra.-me crucé de brazos.

-Todos a dormir, pues.-dijo mi padre mientras miraba su reloj.-Ya es tarde, mañana te necesito en la oficina, Erin.

-Claro.-le respondí mientras subía las escaleras con Liam hacia mi habitación.

-¿No crees que lo que hiciste hoy fue muy peligroso?-me preguntó Liam mientras se acostaba en la cama.

-Sabes como es esto, Liam.-me encogí de hombros.-Corro peligro todos los días de mi vida.

-Lo sé y eso me preocupa.

-Amor, yo no pedí ser esto, no pedí ser una narcotraficante, lo llevo en la sangre, esta es mi vida y es una puta mierda pero no creo que esto vaya a cambiar.-le dije mientras me sentaba en sus piernas.

-Prométeme que vas a cuidarte.-me rodeó la cintura con su brazo.-Prométeme que vas a mantenerte con vida.

-Te lo prometo solo si tú me lo prometes a mí.-él sonrió.-Es enserio, Liam, te prohíbo morirte, no puedes abandonarme en esta pesadilla.

-Nunca lo haré, siempre estaré contigo.-me dio un beso en los labios.-Te amo.

-Te amo más.-le respondí sonriendo.

Oscar Sánchez en multimedia.

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora