33.

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-Tengo que hablar con ustedes.-solté.

-Claro, te escuchamos.-dijo Sam y cada una se acostó a un lado mío.

-¿Está mal si me gusta alguien?-vi en sus rostros asombro y alegría.

-¡Claro que no! ¡Mereces ser feliz! ¿Quién es?-preguntó emocionada Riley y ambas esperaban la respuesta

-Ese es el problema...

-Espera...¡No me digas!-soltó Sam.-¡No!

-¿Qué? ¿Quién es?-preguntó Riley ansiosa y yo reí.

-No me digas que es...el detective Halstead.-habló Sam, me sorprendió que le acertara. Al escuchar su nombre una sonrisa apareció en mi rostro.-¡Sí es él! ¡Es Halstead!

-¿¡Es él!?-me preguntó Riley con una gran sonrisa.

-Si.-respondí con una sonrisa en mi rostro.-No debería estar con él.

-No, Erin. Te lo mereces y si él te hace feliz, arriésgate. Sé que va a haber un poco de problemas porque es policía, pero si se quieren, no les van a importar eso y seguirán juntos.-Riley me dio una sonrisa tranquilizadora.

-Siento que no debería.-solté y miré mi anillo de compromiso.

-Él querría verte feliz.-me dijo Sam mientras apretaba mi mano.

-Sí, es verdad.-sonreí.-Es que no puedo creer que me guste Halstead.

-Es guapo y tiene un cuerpazo que Dios, me muero.-soltó Riley riendo.-Es aceptable.

-Y es muy tierno, me da paz y tranquilidad.-sonreí.

-¡Vaya, estás enamorada!-soltó en un grito Riley emocionada.

-¡Shh! Baja la voz.-le solté y ella se tapó la boca con sus manos.

-Espera...¿Cómo sabes que te da paz y todo eso?-me preguntó curiosa Sam, volví a sonreír.

-Estos días que desaparecí estaba con él.-ellas abrieron sus ojos como platos.

-¿Qué hacías con él?-preguntó Sam.

-Pues, íbamos a hablar, lo busqué y luego nos atacaron.-respondí con simpleza.

-¿Y qué pasó en esa cabaña?-preguntó pícara Riley.

-No pasó eso...casi.-ellas abrieron sus bocas de asombro.-Pero no pasó nada.

-¿Cuándo te diste cuenta que te gusta?-habló Riley.

-Pues no sé, nosotros hablamos, le conté la historia de mi familia, cabalgamos juntos, nadamos en el lago, que por cierto intentó besarme ahí y caímos al lago. Y esa misma noche me atacó una cucaracha, saben que no soporto ver a una cucaracha, pues él me ayudó y mató a la cucaracha, también saben como me pongo de alterada, él me consoló y ahí nos besamos.-sonreí.-¿Qué les puedo decir? Me sentí feliz, animada, increíble. No tengo palabras para describir lo que sentí, tuve pesadillas y él estuvo ahí para ayudarme, sus brazos cálidos me hacían sentir que estaba segura, él me tranquilizaba...-ellas no dejaban de mirarme con una gran sonrisa como la del guasón.-¿Qué?

-¡Estás enamorada, Erin!-soltó Sam con una gran sonrisa.

-Enamoradísima, solo tienes que ver tu rostro cuando hablas de él.-la apoyó Riley.

-Ay no.-solté y me cubrí el rostro con mis manos.

-No está mal, Erin.-me dijo Sam con una sonrisa tranquilizadora.-Él es un buen hombre.

-Sí, lo es.-volví a sonreír como una boba.

-Y si te da paz, te da todo.-soltó Sam sonriendo.

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora