22.

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Cuarto mes...

-Sigo insistiendo en que deberías de estar afuera.-me dijo Pam.

-Yo digo lo mismo.-me dijo la otra chica.

-Oye, nunca me dijiste tu nombre.-le dije.

-Cierto, me llamo Ana Benavente.-me dijo con una leve sonrisa.

-¿Benavente? ¿Eres familiar de Samuel Benavente?-le pregunté.

-¡Si! ¡Él es mi hermano!-me respondió entusiasmada.-¿Cómo lo conoces?

-Trabaja con nosotros, somos amigos.-le respondí con una media sonrisa.

-Él nunca me dijo que trabajaba con los Falcone, pero me alegro que trabaje con ustedes a que trabaje con otros malnacidos.-me dijo Ana cruzada de brazos.

-Sobre lo que estábamos hablando...escuché que a los Morelli les está yendo muy bien.-me dijo Pam.

-Que bien por ellos.-me encogí de hombros restándole importancia.

-Conozco a alguien dentro de los Morelli puedes hablar con él, te ayudará.-volvió a hablar Pam.

-Sabes que para que de verdad ayude, debe ser cercado a las hermanas.-le dije mientras caminaba sin ningún rumbo.

-Y lo es, es su guardaespaldas personal, siempre está con ellas.-me dijo con una gran sonrisa.

-No jodas, ¿es Isaac?-le pregunté haciendo un mohín.

-Sí, ¿qué tiene?

-No, no hablaré con ese malnacido, es un maldito imbécil, prefiero hacerlo sola, no necesito un informante.-negué con la cabeza.

-¿Por qué no con él?-me preguntó Ana.

-Porque no, además ese imbécil es el perrito faldero de Jessica no creo que suelte la lengua y aunque sí lo hiciera, no lo escucharía.-les dije.

-¡Oh vamos!-soltó Ana.

-No.-respondí seria.

-¡Está bien!-soltó Pam.

Riley's Pov.

Siento que un auto me está siguiendo, aprovecho donde me encuentro y giro a la derecha, él también lo hace. Giro nuevamente a la derecha, él también lo hace, joder. Giro a la derecha y me dirijo a un callejón, miro el retrovisor y la camioneta negra sigue detrás de mí, entro al callejón, freno de golpe, tomo mi arma y salgo del auto.

-¿¡Quién eres!?-grité caminando hacia el auto mientras apuntaba al conductor con mi arma.-¡Bájate del auto!-la puerta del conductor se abre y aparece un chico, suelto un suspiro y bajo el arma.-Joder, ¿por qué me estás siguiendo?

-Quiero hablar contigo.-me respondió Isaac mientras se acercaba a mí.

-¿De qué?-le pregunté y me crucé de brazos. Él comenzó a acercarse más a mí, estábamos a centímetros, él alzó mi barbilla con su dedo y miró mis labios. Ladeé una sonrisa y le puse mi arma en su barbilla.-Aléjate de mí, Isaac. Lo nuestro terminó.

-Sé que aún sientes algo por mí, aún me gustas, Riley.-me dijo mientras se separaba lentamente de mí, yo solté una carcajada.

-No me vengas con eso, eres un maldito traidor.-le dije molesta.

-¡No tenía opción!-gritó en modo de defensa.

-Traición es traición, así de sencillo.-le recalqué.

-Entonces, dispárame. A los traidores se les paga con la muerte, prefiero a que me mates tú a que lo haga otra persona.-él tomó el cañón de mi arma y se lo puso en la frente.-¡Vamos! -¡Dispárame!

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora