31.

1.3K 65 7
                                    

Halstead se levantó, tomó el portafolio que estaba en el sofá de cuero, volvió a la mesa y se sentó al frente mío.

-Toma.-me extendió el portafolio, lo abrí y admito que me sorprendí con lo que vi.

-Oh, mierda...-solté incrédula.

-¿Lo conoces?-me preguntó mientras miraba la foto del tipo.

-Es Diego García.-le respondí.-Él quería casarme conmigo.

-¿Qué? ¿Casarse contigo?-preguntó incrédulo.

-Sí, nuestras empresas se iban a unir, pero los García querían que se uniera nuestros apellidos, osea casarme con Diego, pero yo me negué rotundamente y papá les dijo que no iban a volver a hacer negocios con ellos.-tomé la foto de Diego y me quedé mirándolo.-Días después, vino a mi oficina a amenazarme, me dijo que yo no sabía de lo que eran capaces los García. Ahora ya lo veo.

-Ese tipo está demente.-dijo Halstead algo molesto.

-Tengo que ver a Diego y ver si tiene ese tatuaje. Cuando lo vi en la oficina no me inmuté en mirar sus muñecas, su traje tampoco me dejaba.-le dije mientras dejaba la foto a un lado, habían 2 páginas, donde había fotos e información de él.

-En esta foto se le ve el tatuaje.-me dijo mientras me extendía una fotografía, tiene razón.-Según esto, el imbécil es hábil en combate cuerpo a cuerpo formidable, gran manejo de armas de todo tipo, experto en tácticas militares, estratega de nivel militar, una gran cantidad de recursos económicos y jefe de un clan. El maldito es un maldito ex-marine narcotraficante, vaya.

-Joder, si salimos vivos de ésto, será un milagro.-bufé.

-¿No sabías que era narcotraficante?-me preguntó y yo negué con la cabeza.

-Conozco a todas las familias de mafiosos y solo algunos clanes de narcotráfico, son los que trabajan para nosotros.-le respondí, mirando la información de Diego.-Fue francotirador en la Infantería de la marina. Estoy muerta, ¿lo sabes? No salgo de un problema para entrar en otro.

-Hey, no seas pesimista, nosotros podemos con esto, ¿si? Saldremos de ésta, no voy a dejar que nada te pase.-me dijo mientras volvía a mirar las fotografías, yo lo miré con ternura y una gran sonrisa, después de un par de segundos se dio cuenta.-¿Qué?

-¿Nosotros? ¿Saldremos? Te estás incluyendo.-le dije aún con una sonrisa, él sonrió nervioso.

-Sí, me incluí, no quiero que nada malo te pase.-me respondió sonriendo.

-Me gusta como suena eso...-le dije con una voz pícara, me levanté y me acerqué a él. Él se levantó de la mesa rodeó mi cintura con sus brazos y yo puse mis manos al rededor de su cuello.-Has conocido una parte de mi peor lado...

-Y aún así me sigues encantando.-me dijo, no me dejó hablar porque tomó mi rostro y me besó, Dios, es increíble, hace un buen tiempo que no me sentía así de bien. Nuestro beso cada vez se profundizaba más, nuestras lenguas ya habían empezado a jugar, mis manos estaban enredadas en su cabello, él mordía, succionaba y lamía mis labios. Es increíble.

-¿Aún quieres seguir con esto? Soy una criminal.-le dije cuando nos separamos por unos segundos.

-Eso no me interesa, enserio me gustas, Erin. Y si me lo permites, quiero seguir con esto.-me respondió mirando mis labios. Me encanta, volví a besarlo, sus manos pasaron a mi trasero, les dio un leve apretón lo que hizo que soltara un gemido, me cargó y mis piernas se enredaron en su cintura. Subió a mi habitación, se sentó en mi cama, yo quedé a horcajadas de él, el beso cada vez iba se intensificaba más y yo no quería separarme de él pero había un problema.

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora