21.

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Segundo mes...

Erin's Pov.

Dos meses en los que he dormido de maravilla, después de dos meses y medio sin dormir bien, no creí que tendría que venir a prisión para dormir bien. Pero no se crean que ya estoy bien, aún me siento agotada. No me han trasladado a una prisión federal, sigo en las celdas de procesados, escuché una puerta abrirse pero no le presto atención y sigo acostada en la cama.

-Hola.-habló Halstead mientras abría la puerta de la celda donde me encontraba.

-Hola.-le respondí, él entró, arrastró una silla y se sentó al frente mío.

-Llevas dos meses aquí y me han informado que no has querido comer, no quieres recibir visitas, no quieres ver a tu abogado.-habló.

-Pues, gracias por estar tan pendiente de mí.-fue lo único que le dije, como notó que no quería hablar sobre eso cambió de tema.

-Te traje esto.-me dijo mientras me entregaba un libro, me senté en la cama y tomé el libro. Es Carrie de Stephen King, se me escapó una sonrisa. Una semana después de estar aquí, Halstead me comenzó a traer libros para no aburrirme, en estos dos meses me he leído 3 libros.

-Gracias.-le dije aún con la sonrisa.

-Pero eso sí, cuídalo, tengo que devolverlo.-me advirtió y yo asentí con la cabeza, siempre me dice lo mismo.

-Erin Falcone, venga con nosotros.-habló un oficial apareciendo en la puerta de mi celda.

-¿Qué pasa?-preguntó Halstead.

-Hoy es mi primera audiencia con el juez, ya tengo todo listo para declararme culpable y seguir durmiendo aquí como 25 años más.-le dije mientras dejaba el libro en la cama y me levantaba para salir de la celda junto al oficial.

***

Salí al pequeño patio que hay aquí, habían varias reclusas.

-¿Qué tal te fue en la audiencia?-me preguntó una que conozco, Pam.

-Pues, solo me leyeron los cargos y como 2 horas escuchando al juez diciendo que soy de lo peor, que incumplí leyes importantes, bla bla bla.-le respondí.-Que era un importante figura pública, ni que fuera presidente.

-Eres más que eso, eres una Falcone y tienes mucho más poder.-me dijo con una gran sonrisa, yo solo reí.

-Lo siento, no pude evitar escuchar su conversación.-se acercó una reclusa.-¿Eres una Falcone?

-Sí, Erin Falcone.-le respondí confusa, pensé que todos sabían quien era.

-¿Y qué hace aquí, la mismísima reina del narcotráfico?-me pregunté y reí por el apodo.

-Me entregué.-respondí con simpleza.

-Pensé que nunca la vería aquí, usted es toda una reina, es una genio, años y nunca la descubrieron.-me dijo con una gran sonrisa.

-Así es la vida, ¿y tú por qué estás aquí?-le pregunté para no seguir hablando de mí.

-Una familia malnacida me entregó...Los Morelli.-me respondió molesta.-Unos de mis hermanos y yo trabajábamos para ellos, mi hermano se les torció, lo mataron a él, a mí me colgaron una trampa y terminé aquí.

-Malditos...-solté.-Conozco a la familia perfectamente, nuestros enemigos número 1.

-¿Y qué haces aquí, en vez de pelear contra ellos?-me preguntó Pam.

-Ganaron la primera batalla.-les respondí metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

-Pero aún no ganan la guerra.-me dijo con una leve sonrisa.

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora