38.

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-Pensé que no llegarías.-le digo a Halstead, él también traía puesto un chaleco anti balas.

-Está difícil llegar, estamos en medio de la nada.-me dice y comenzamos a caminar.

-Bueno, ya comenzó el tiroteo así que es mejor que entremos.-le digo.

-A lo que vinimos.-dice pero me detengo y él hace lo mismo.

-No quiero ningún truco.-le advierto.-Ya Erin me dijo todo lo que siente por ti, que le has prometido el cielo, pero yo no confío en las promesas de los demás.

-No es buen momento para hablar de eso, Eric.-me dice.

-Estamos hablando de mi hermana así que claro que es el momento, si tú la lastimas no vas a vivir para contarlo, eh.

-¿Me estás amenazando? Ya somos como familia.-suelta una corta risa.

-Claro que te estoy amenazando.-le advierto ignorando su último comentario.

-Mira, lo que te voy a decir, te lo digo de todo corazón.-me dice.-Lo que siento por tu hermana, nunca antes lo había sentido, estoy enamorado de ella, esto va enserio. Y de ahora en adelante, las guerras de ella también serán mías, así que ¿a lo que venimos o seguiremos hablando, cuñado?

Ruedo los ojos.-Está bien.-me pongo un pasamontañas.

-¿Y eso para qué?-me pregunta Halstead.

-Si fallamos, no queremos que se den cuenta que fuimos nosotros.-le respondo.

Sé que Erin escuchó todo por el micrófono pero no me dice nada, vemos a los Morelli disparandole a nuestros hombres, incluyendo Isaac. Vimos como los Morelli se dividieron para escapar, Alberto corrió hacia el bosque.

-Vamos por Alberto.-le digo a Halstead, él asiente con la cabeza y me sigue.-Él es el pez gordo.

Comenzamos a seguirlo y pronto comenzaron los balazos, él corría por el bosque mientras disparaba hacia nosotros.

-¡No van a agarrarme, púdranse!-grita y vuelve a disparar, esa bala queda en mi brazo.

-¡Ah! ¡Me dio!-solté un quejido, quedo en el suelo haciendo presión donde me duele. Halstead se acerca a mí.-¡Ve por él, Joder!

-Tu hermana me matará si se entera que te dejé solo y herido.-dice mientras me hace un torniquete con un pedazo de mi camisa.

-¿Estás bien?-escucho a Erin preocupada.

-Estoy bien.-respondo, me duele mucho pero puedo aguantarlo.-¡Escapó, maldita sea!

-No importa, sal de ahí.-me dice Erin. Comienzo a caminar devuelta a la hacienda.

A lo lejos puedo ver una figura reconocida, Oscar Sánchez. ¿Qué está haciendo aquí?

-Erin, a que no vas a creer quién está aquí.-hablo, Halstead me mira extraño, no sabía que traigo micrófono y que puedo hablar con Erin.

-¿Quién?-pregunta Erin.

-Oscar Sánchez.-le respondo y la escucho maldecir.-Tú solo dime qué quieres que haga con él.

-Agárralo, ese idiota no me interesa.-me dice.-Entrégaselo a Halstead, busquen en la hacienda drogas, armas, cualquier cosa para acusarlo a él y a los Morelli.

-Perfecto.-le digo.

-¿Erin nos ha escuchado en todo momento?-me pregunta Halstead.

-Sí.-le respondo.-Agarremos a Oscar y busquemos drogas, armas, dinero, lo que sea para incriminarlo a él y a los Morelli.

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora