50.

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Han pasado dos malditos días desde que Diego nos secuestró, mis brazos ya no aguantan.

-¿Estás bien?-le pregunto a Halstead refiriéndome a su herida de bala en la pierna.

-Sí, estoy bien.-me responde, Diego ya les había quitado la cinta adhesiva de sus bocas.-¿Y tú?

-Estoy como la mierda.-me río.-Pero puedo soportarlo.

-No puedo seguir viendo esto.-suelta mi padre.

-Él nos quiere torturar, viendo cómo te lastima.-dice Eric y tiene toda la razón.

-Lo sé, pero tienen que aguantar, yo lo soportaré pero ustedes también tienen que hacerlo.-les digo y los tres asienten con la cabeza.

-Por cierto, feliz año nuevo.-dice Nate con una sonrisa llena de tristeza.

-Felice anno nuovo.-dice mi padre y Eric al unísono. Y justo cuando iba a responderles aparece Diego.

-¡Feliz año nuevo, amor mío!-suelta con una gran sonrisa.

-Feliz año nuevo, idiota.-le digo sarcástica.

-Eres mía.-me dice de repente acercándose a mí.

-En tus sueños será.-le digo con asco.-Nunca seré tuya, primero muerta.

-Conmigo estarás bien, vas a disfrutar como nunca.-me asegura mirando mis labios.

-No lo creo, Nate es muy bueno en la cama.-le digo burlona y veo que se está comenzando a molestar.-Él me hace el amor duro, me domina en la cama, es una delicia.

Y justo recibo un puñetazo en la boca, joder, ya me duele toda la cara y el cuerpo también, me duele hasta respirar.

-Cállate.-me ordena.

-Y si no ¿qué? ¿qué me vas a hacer?-le reto con una sonrisa.

-Te vas a arrepentir.-me dice sonriendo pícaro mientras saca una navaja de su bolsillo.

-¿Vas a cortarme el cuello otra vez?

-Algo mucho mejor.-me dice acariciando mi cintura.-Eres mía y siempre lo serás.

Comienza a cortar mi cintura y de mi garganta sale un grito desgarrador.

-¡Déjala, maldita sea!-escucho gritar a Nate. De mis ojos salen lágrimas debido al dolor.

-Basta...-susurro y trato de aguantar el dolor pero es casi imposible.

-¡Basta!-grita mi padre.-Te voy a matar!

-Basta...-vuelvo a susurrar pero él me ignora y sigue cortando, mientras yo sigo gritando.

-Te ha quedado perfecto.-dice mirando donde me ha cortado.

-¿Qué le has hecho maldito?-pregunta mi hermano con la voz quebrada, estoy a punto de rendirme, todo mi cuerpo me arde y duele, ahora ni se diga donde me ha cortado.

Diego sonríe en dirección a mi familia, me voltea para que vean lo que me ha hecho, ellos abren sus ojos y de inmediato se llenan de lágrimas.

-La he marcado.-Diego les sonríe orgulloso.

¿Qué?

Mis lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas, no aguanto el dolor.

-Eres un imbécil.-dice mi hermano. Trato de mirar lo que ha hecho pero solo veo sangre.

-Eres solo mía.-me dice Diego mientras jala mi cabello con fuerza y me obliga a mirarlo.

-Ya te dije quién tiene las pruebas, suelta a mi familia.-le digo con voz átona.

La Mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora