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Las despedidas siempre son las más difíciles, pero los reencuentros son algo alegre. Para mí todo era diferente. Al volver a mi vida propia no me sentía feliz, solo podía sentir incomodidad en mi casa. Las mellizas estaban muy felices de verme y mi mamá no me soltó hasta que llegamos a la casa junto a mi padrastro, pero yo solo no me sentía bien.

No tenía ni dos días en California cuando SeHun me llamó solo para saber cómo estaba, él me agradaba y sus risas me alegraban, gracias a él había un equilibrio en mi vida entre él estar solo y sentirme acompañado. Mi madre se sentía feliz de que no solo fuera un adolescente sociofóbico como muchos de mi edad y eso era bueno.

Por alguna extraña razón mi año escolar comenzó mejor de lo que esperaba, tal vez los astros se habían alineado para que yo no fuera ese chinito come arroz que no hablaba con nadie en los recesos. Al menos tuve algo productivo después de volver.

Quería comenzar este año de la mejor manera gracias a eso y solo con las mejores notas, tendría el mejor promedio de todos en ese año.



El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora