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Podía escuchar el ruido de los televisores en mi habitación. Para mi sorpresa los gritos de mis primos también resonaban en el hogar, mi rostro dolía y con sus chillidos mi cabeza iba por el mismo camino.

Fui al baño a lavar mis dientes y rostro, no me moleste en ver mi reflejo, por el ardor que sentía sabía que no estaba nada bien, por lo que con suma pereza fui directamente a la cocina a tomar desayuno. Mis tíos discutían sobre algo en esta mientras yo bajaba las escaleras, ambos dándole la espalda al pasillo.

–La señora Choi dijo haber visto a dos delincuentes gritando ayer por la calle ¿Tú sentiste algo anoche?

–Además de tus ronquidos, nada – Mi tío abrió las puertas de la alacena – La señora Choi ya está muy Anciana cariño, tal vez lo imaginó. Si quieres pídele a JinKi que le pregunte a su nieto si es verdad o no.

Entré a la cocina listo para tomar cualquier cosa y devolverme a mi habitación a morir derretido en mi cama. Lastimosamente mi tía notó mi presencia.

–Tienes razón, es mejor que JinKi le pregunte a Min- ¡¿QUÉ TE PASO EN EL ROSTRO LUHAN?!

Esas fueran las palabras de mi tía al verme, el tazón en sus manos estrellándose contra el piso. Algo más importante que eso ¿Cómo le explicaría a mi tía que besé el piso suavemente mientras quería matar a mi supuesto amigo?

El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora