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¿Qué harás en vacaciones, Han? – Me preguntó Eli mientras estábamos en mi habitación, mi mamá estaba fuera de la casa buscando a mis hermanitas en casa de una amiga suya.

Iré a ver a mi tía – Respondí tranquilo, saqué mi celular y le enseñé una foto de mis tíos junto a mis primos y ella tomó el celular mientras yo se los enseñaba uno por uno – Ella es mi tía Wendy, el mi tío SungMin, el de la derecha es MinSeok y el de la izquierda es JinKi. Mis tíos tienen dos hijos más, pero ellos viven aparte, creo que tengo una foto de ellos en mi celular, deja la busco.

Eli esperó paciente mientras yo buscaba la foto de mis primos en lo más profundo y remoto de mi celular. Cuando fui a Corea ninguno de mis otros primos estaban en la casa, ambos se habían mudado, el más reciente siendo JiYong quien se mudó junto a unos amigos buscando independizarse de mis tíos. Sin embargo, siempre iba los fines de semana a llevarle cosas a mis tíos junto a Gwen, la mayor de todos, y los dos hijos de esta.

¿Tú que harás en las vacaciones, Eli? – Seguía revisando en mi celular sin éxito así que decidí seguir hablando con ella.

No lo sé, tal vez me quede en mi casa como todos los años, ya sabes la casa no se limpia sola – Bromeó, su sonrisa escondiéndose detrás de su mano, lo cual yo moví, odiaba que cubriera su sonrisa – ¡Ok, ya entendí! – Su risa era algo suave, a veces contagiándome de esta – Sabes, han, sin ti va a ser algo aburrido.

¿Si? – Levanté mi vista del celular y la llevé hacia ella quien estaba sentada a los pies de mi cama mientras que yo apoyaba mi espalda en la pared – Yo creo que será igual, piénsalo ¿Qué tiene de diferente que no esté yo?

Ella gateó hacia mí, sus largos cabellos castaños arrastrándose por el piso debido a lo largo, no me había dado cuenta de lo largo que era.

Que si tú te vas ya no podré hacer esto a gusto – Susurró sobre mis labios antes de besarme.

Siempre fue así, de la nada surgían esos besos espontáneos que ninguno mencionaba después, solo lo hacíamos. Los labios de Eli eran dulces, ella siempre llevaba un pequeño brillo en sus labios que los hacían saber a fresa, era un brillo muy pequeño y de tubito rojo chillón, pero sabía bien y no a colorante barato como con otras chiscas que había besado antes.

Mi celular sonó notificándome que un mensaje había llegado, pero no cualquier mensaje, era el tono que le había puesto a SeHun.

¿Qué ocurre? – Alejé a Eli y ella vio de reojo como el brillo de la pantana se apagaba y encendía – Podemos dejar eso para después. Dijo coqueta, pero yo negué con la cabeza mientras yo tomaba el celular firmemente en mis manos – Vamos Han, eso no es tan importante ahora.

Ella quiso volver a besarme, pero yo la alejé de nuevo.

Si lo es Eli.

Eli se sentó a mi lado de brazos cruzados y notablemente enojada por haberla ignorado por mi celular, sus labios en una fina línea y sus cejas juntas. Yo sonreí y la besé fugazmente, su expresión se ablandó un poco por lo que dejé dos besos más y me volteé hacia el aparato.

No te enojes ¿Si? – Ella asintió todavía cruzada de brazos – Respondo esto y después seguimos hablando.

Una foto de SeHun y sus amigos con un pescado del tamaño de un lápiz en sus manos fue lo primero que vi cuando desbloqueé el celular. A Eli al parecer le llamarón la atención esos renacuajos asiáticos.

–¿Quiénes son ellos, Han? – El cabello de Eli se atravesó entre el celular y yo. Ella veía la pantalla meticulosamente, sus ojos pequeñitos ante esta – Eso no parece mandarín Han ¿Qué es?

Ella tenía un leve conocimiento del mandarín y cantones porque quería aprender para poder entenderme mejor, o eso me decía ella, yo no sé.

Es coreano, Eli – Respondí tranquilo, moviendo mi celular para ver bien quienes estaban en la dichosa foto – Y estos son SeHun, – Lo señalé con el índice para que ella se ubicara bien – Si no mal recuerdo estos son sus primos JongIn y JongDae, los otros dos deben ser compañeros de clases porque no los conozco.

¿Qué dice abajo?

Dice "Te esperamos" – Dije algo entrecortado, después de todo aún se me dificultaba el hangul, por eso SeHun y yo no nos enviábamos muchos mensajes y preferíamos llamarnos porque yo a veces tardaba en comprender un poco. Sin embargo, eso no significa que no pasáramos tiempo hablando por mensajes.

Una vez me dijiste que eras malo leyendo en coreano ¿Qué pasa si no entiendes algo? – Palabras suaves y envueltas en inocencia me cegaron en ese entonces, aun me arrepiento.

Solo lo copio y pego en esta página, lo demás lo hace ella sola – Le expliqué con el mensaje mientras ella me veía expectante – También si quieres escribir algo lo haces de este lado y después lo envías ¿Entiendes?

Sip, gracias por explicarme – Contestó sonriente y dejó un suave beso sobre mi nariz.




El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora