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LuHan, cariño ¿Por qué no acompañas a JinKi y MinSeok a casa de sus amigos? – El tono dulce del hablar de mi tía me hizo imposible negarme a su pedido, nada malo me pasaría por ir con mis primos a conocer a sus amigos ¿Por qué no ir?

¡Error! ¡Fue un error! Todo lo que pensé fue un error. Jamás en mi vida imaginé que una simple junta se volvería una fiesta donde el alcohol reinaba sobre el juguito de pera que me daban mis tíos todos los días en su casa mientras que personas casi desnudas y otras ebrias se paseaban por la casa ofreciendo tragos de colores. Cuando se llegaron las cuatro de la madrugada no sabía ni siquiera donde comenzaba una persona y donde terminaba otra en ese lugar tan loco, podía ver como universitarios hormonales se comían la boca unos a los otros en cada rincón por el que pasaba. Tal vez queriendo salir de la rutina universitaria.

Tenía mucho miedo de estar solo en ese lugar sin alguien que rechazara los tragos que todos me ofrecían y que yo solo tomaba para botarlos en cualquier planta de por ahí. Yo era menor de edad, MinSeok era menor de edad y el sinvergüenza incitador de JinKi era también menor de edad, pero ahí estábamos, en un ambiente al que tal vez mis primos estaban acostumbrados y yo desconocía brutalmente. Si alguien nos atrapaba seriamos hombres muertos y castrados, especialmente JinKi, mi tía no le perdonaría esto y a MinSeok lo matarían entre mis tíos por seguirle el juego a su hermano. A mi... bueno a mí de seguro me mandaban para California del golpe que me darían, conociendo lo restrictiva que es mi tía con que mis primos y los menores en general también beban.

Disculpa – Tomé a una persona al azar entre el gentío del brazo, era un chico de caracteres obviamente maduros y ojos gatunos acompañados de una sonrisa coqueta y su vaso de licor en la mano. – ¿No has visto a dos chicos más o menos de mi tamaño y gorditos? Es que... Yo estaba con ellos y se me han perdido, hace poco que debíamos irnos.

El chico me dio una mirada rápida mientras tomaba de su vaso, sus largos dedos envolviendo el objeto fácilmente.

–Un niño como tú no debería estar aquí, hay muchos tiburones y te puedes meter en problemas si tus papis te atraparan – Tomo mi mentón entre sus dedos y después de voltear mi cara de lado a lado me soltó – Con tus amigos no te puedo ayudar, lo siento.

–Gracias de todos modos.

Seguí mi camino entre la multitud dejando al chico atrás. El olor a cigarro y quien sabe que otras sustancias me mareaba, muchas personas, especialmente chicas me habían ofrecido uno que otro trago que yo me negaba de tomar por mi bien.

Exactamente a las cinco en punto mi celular había comenzado a sonar, mostrándome una alarma que yo no recordaba haber activado, la cual solo ignoré, otro error agregado a mi lista de esa noche. Después de mucho buscando a MinSeok y JinKi encontré al mayor de estos junto a su amigo MinHo y a un chico claramente menor que estos dos sentado en medio de ellos ¿Qué hacia ese chico ahí? Eso no me importó en lo más mínimo.

–¡LuHan! – JinKi levantó sus brazos al verme, se veía emocionado, pero también fuera de sus sentidos. Su rechoncho cuerpo apoyado sobre el brazo del sofá en el que estaban.

Yo me acerqué a estos dos, mi celular volviendo a sonar en mi bolsillo, volví a ignorarlo pensando que era esa alarma o que se había descontrolado como en muchas veces anteriores. La verdad nada me importaba más que salir de ese lugar junto a mis dos primos.

–¿Dónde está MinSeok? – Pregunté una vez estuve cerca de JinKi, viéndome obligado a casi gritar por lo alto de la música.

–¿Seokkie? –Preguntó MinHo, yo asentí viendo raramente como este pasaba su mano por lo cabellos del chico que yo desconocía – Seokkie está con mi MinSeok en la habitación que está al lado del baño.

No pregunté ni dije nada más, solo me fui directamente al lugar que me dijo MinHo y que JinKi reafirmó asintiendo con su cabeza. Al principio se me hizo raro la amistad de JinKi y MinHo, pero después le di poca importancia. Ambos tienen un hermano llamado MinSeok, han estudiado juntos desde pequeños y les gustan las mismas cosas ¡Exactamente las mismas cosas! Fue algo difícil acostumbrarme, pero después de ver que MinSeok y el hermano de MinHo se llevaban igual de bien comencé a verlo más y más normal.

Siguiendo las indicaciones que me dio MinHo fui al único baño que había visto en toda la noche, solo que me hubiera gustado no haber entrado a la habitación al lado de este.

En tanto abrí la puerta la cerré. En mi vida quería volver a ver a MinSeok y a el hermano de MinHo jugar a un raro juego con unas chicas y las cartas.

El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora