19

34 4 0
                                    

Que te vaya bien mi amor – Dijo mi mamá un poco antes de que tuviera que subir al avión, los pasajeros sin ser llamados aun – Cuando llegues me llamas no importa qué hora sea aquí, recuerda comportarte en casa de Wendy y tratar bien a tus primos. No duermas muy tarde... espera ¿Llevas protector solar? ¿Debería comprarte uno?

Mi mamá me invadía con preguntas mientras esperábamos el avión. Habíamos llegado temprano por petición de ella y porqué mi padrastro podría cuidar a las mellizas mientras tanto, pero ella me tenía casi loco con sus preocupaciones innecesarias. Un horrible peso se asentaba en la boca de mi estómago por el miedo y la ansiedad de volar, por más que tratara a hacerme a la idea de volar en esa cosa de metal no podía. La primera vez fue igual, incluso peor que ahora, pero tener a mi mamá al lado hablando como si de respirar se tratase me ponía los nervios de punta. Por esa misma razón no quise que Eli viniera conmigo, ella y mi mamá no eran buena combinación cuando de callarse se trataba.

"Vuelo 011 con destino a Seúl, se les pide a los pasajeros estar en el hangar"

Ese es el mío mamá – La abracé y trate de irme, pero ella me retuvo – Mamá yo no soy la reina si no estoy ahí me van a dejar para el próximo vuelo.

Solo un poco más – Susurró – No sabes lo difícil que es para mí verte irte en ese avión, solo déjame abrazarte un poquitín más.

Suspire, sabía lo que a ella le dolía. Una vez cuando aún yo era un niño pequeño me hizo jurarle que no me iría de su lado cuando creciera, irónico porque ahora estaba a nada de volar muy lejos.

–¡Adiós mamá! – Dije en chino, ya lejos de ella agitando mi mano derecha de un lado a otro y ella haciéndolo igual.

–¡Chao Han! – Respondió de igual manera – ¡Recuerda dormir en el avión, si se estrellan así no sufrirás!

No supe que responder ante eso, solo me adentré a los pasillos y lo demás no lo recuerdo casi. Por casi me refiero a que ni pestañeé en el avión por miedo a morir dormido y que el cansancio me pago factura después haciéndome olvidar hasta mi nombre.



El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora