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Estaba tan nervioso en el vuelo, tan asustado al tocar el timbre y tan adolorido ahora que por fin SeHun me ha abierto la puerta. La cerró tan fuerte al verme, dejando en claro que no quería verme, pero eso no fue el causante exacto de mi dolor, sino que metí la mano para que no la cerrara al completo y me la pisó.

Al principio lo vi preocuparse, pero, así como se asomó, así volvió a cerrar la puerta. Me sentí lleno de coraje, no podía derribar la puerta, ni mucho menos obligarlo a escuchar. Solo hable sin pensar al verme fuera de su alcance. No sabía si seguía ahí o no, pero nada perdía con dejar salir lo que sentía.

–No te pido que me contestes, ni que me abras... pero... por favor escúchame, ¿sí? – La gente que pasaba me veía como si estuviera loco, pero solo los ignoré, ya me bastaba con hablarle a una puerta como para también aguantar las miradas de personas que conozco muy poco. – Ninguno de esos mensajes era verdad, ¡Ni siquiera los escribí yo! yo no me siento así por ti y jamás lo haré, Hunnie... ¡Mierda! eres mi mejor amigo y por eso no quiero perderte. Yo...

–¿Solo me ves como un amigo? –Su voz fue como una daga que me atravesó, se escuchaba apagada e incluso algo rota. Me sentía como un imbécil por no saber explicarme.

–¡¿Qué?! ¡no! Escucha ¿sí? Nunca... nunca le he hecho caso a mi corazón cuando se trata de amor, siempre me he dejado vencer por la presión de las cosas y eso me está matando, era tan normal para mí que no me di cuenta en que momento solo era un títere amoroso... hace medio año que quiero terminar con Eli y por pensar en sus sentimientos no lo hice, ¿pero sabes qué? Igualmente la herí peor que si le hubiera dicho en el momento que dejo de gustarme.

El gélido silencio que recibí me puso los pelos de punta ¿Se fue? Todo me tenía de los nervios. Sentí como el alma me volvió al cuerpo cuando por fin habló.

–Entonces, ¿Ya no eres nada de ella?

No soy, no fui, no seré. Ni mi amistad quiere.

–No, creo que ni siquiera querrá verme en lo que le resta de vida, pero no es de ella que te quiero hablar, diablos, pasé todo el vuelo pensando en este momento y aun así no sé qué hacer.

Antes de entrar en pánico, respiré profundamente y traté de encontrar mis palabras, muchas cosas llegaron a mí por un momento, complicándome mucho más.

–Yo... siempre lo supe, muchas cosas me lo decían: la manera en la que veía a las niñas, el miedo que me causaba hablar demás a los chicos, las reacciones de mi cuerpo; todo me lo decía, pero yo no los escuchaba estaba en negación. Incluso una vez leí la leyenda de los destinos escritos y aun así no lo pensé para eso, lo ignoré como siempre. Pero ya no puedo, todo dentro de mí se arremolina cuando pienso en ti y esos susurros que me empujan hacia ti se vuelven gritos espeluznantes, nada pasa por casualidad ¿Si? Eso no existe, pero si la causalidad, eso es lo que nos mueve y nosotros lo hacemos parecer casualidad, yo sentía esos susurros de un destino escrito, pero nunca les di importancia, por ahora no me importa nadie, ni los sentimientos de alguien a quien no amo. Yo quiero que sepas que... que yo... yo te amo, SeHun.

Fin.






Aja, perras ¿las sorprendí? Ahora solo faltan el epílogo y los especiales. Debo decir que no quedo tan caca como esperaba este final. Me siento orgullosa de mi misma.



El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora