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Ver a Eli correr en la arena junto a mis hermanas me llenaba el corazón de ternura. Su pequeña figura se perdía a lo lejos y después regresaba para tirarme arena en la cara.

–¡Haaaaaannn! Vamos a la playa – Sus manos tomaban con fuerza las mías tratando de sacarme de mi refugio contra el Sol. Su traje de baño lleno de arena meneándose ante mi cuando sus pies se hundían en la tierra – Han, vamos. Novio mío, ven conmigo a la playa. Juguemos, Han.

Sus pedidos se sentían como juegos mientras su sonrisa casi explotaba.

–No quiero, Eli... El agua está fría y salada. Sigue jugando con mis hermanas y déjame morir aquí.

–Haaaan...

Con todas mis fuerzas me tiré en la arena, sintiendo como mi espalda desnuda se llenaba de esta. Eli se subió sobre mí a horcajadas, quedando sobre mi cadera. Se inclinó muy cerca de mí y besó mi nariz juguetonamente.

–Viejito de mi vida, nada te va a pasar si te metes al agua – Susurró con una gran sonrisa en su rostro antes de darme un beso – Te juro que no te vas a derretir, anda...

Rodé en la arena cambiando las posiciones cuando me quiso dar otro beso. Le di repetidos besos cuando la tuve debajo de mí, me encantaba escuchar su risa que se entrecortaba bajo estos.

–Ir a la playa... – Un beso – No me va a matar... – Otro – Pero me quedo aquí, ¡Quieras o no!...

Llené de besos todo su rostro mientras ella reía descontroladamente. Podía sentir dos pares de ojos sobre nosotros, ambos clavados en mi nuca.

–¡EWWWW!

Mis hermanas estaban de metiches viendo como fundía a besos a Eli, así que como venganza la besé con todo y lengua para que dijeran "Ewwww" con gusto. Pero cuando estaba dispuesto a dejarlas morir de pena sentí como algo me dio justamente en la cabeza. Eli y yo nos separamos como agua y aceite cuando mi mamá apareció gritando y tirándonos cosas.

–¡No quiero nietos todavía! Sepárense ¡Sepárense! Adolescentes majaderos.

Ambos nos echamos a reír como estúpidos sobre la arena mientras mi mamá nos separaba con la botella de bloqueador como su espátula.





El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora