Especial: los hijos son una bendición/Parte #1

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A quien les haya dicho que tener hijos es una bendición, por favor no le crean. Es hermoso ser padre, claro que sí, pero doy bola y media a que mínimo una vez cada padre ha querido devolver el tiempo a cuando TENIA tiempo.

Cuando no tenías que preocuparte por si comieron, por si no comieron, por si dormían mucho, por si no dormían nada, por si hacían la tarea, iban a la escuela, el periodo, las peleas, los dolores de culo en trámites legales o el tráfico para llevarlos a la escuela. Cuando la vida era fácil y sencilla.

Déjenme les cuento.

Fue una noche de invierno cuando por no poder dormir la maravillosa idea se me cruzó por la cabeza. SeHun roncaba como puerco a mi lado y yo lo desperté solo para decirle aquello que me comía la consciencia desde hace meses atrás.

Mi padre había muerto recientemente y el sentimiento de vacío me comía. Era yo su único hijo, y la verdad, a la vez no lo era. Pero a pesar de eso, aunque sea una vez al año hablábamos, le tenía cariño y como todo hijo quería hacerlo feliz ¿El problema? Mi padre quería nietos desde mucho antes de estar enfermo, pero nunca se pudo. Ahora eso no me dejaba dormir.

–SeHun... – ronquidos – SeHun, mi amor – Lo moví suavemente a ver si despertaba, pero no, así que lo moví como a maraca en galerón – ¡SeHun!

–LuHan, te amo muchísimo, pero si sigues moviéndome creo que hasta aquí llegará nuestra historia...

Rodé los ojos.

–SeHun, estaba pensando que–

–Estabas llorando – Me interrumpió tomando mi cara entre sus manos, le di un piquito.

–Sí, pero escúchame – Estuvo a punto de protestar pidiendo un porque – Estaba pensado en unas cosas y me entristecí-

–¿Sabes? Aún no puedo creer que...

–¡No me interrumpas! Es que el invierno me pone nostálgico y... –Me fui por las ramas, y cuando me di cuenta me molestó mucho, es como ir a algún sitio y jamás llegar por ponerte a dar vueltas como bobo – ¡Bueno! Ya que estas tan despierto como para hablar de eso escúchame.

–Soy todo oídos, vida.

–Bien... – llené mis pulmones de aire y lo solté – ¿Y si tenemos un hijo?

SeHun me miró dos veces, sonrió como estúpido, se acostó y se enrolló como tabaco. Dejándome ahí con cara de estúpido.

–Buenas noches, vida – Lo escuché reírse.

–¿No me dirás nada? – Me acosté a su lado, casi obligándolo a mirarme. Por un destello me sentí mal, como si a él solo no le importara.

Pasó sus dedos por mi rostro.

–Lu, ¿Acaso olvidaste que no podemos? Digo... no es que me moleste intentarlo, pero nada cambiará lo que llevas dentro, a menos de que un milagro haga que los hombres se embaracen, sin contar que somos muy jóvenes.

Quise golpearme, lo juro.

–En primer lugar, Oh SeHun, de verdad que me casé con un bruto de primera ¡El bebé no lo voy a tener yo! Podemos adoptar pedazo de bestia – Golpeé su frente con mis dos deditos, bien había dicho mi padre que era un estúpido – Y en segundo, ya tienes treinta y cinco, cuando nos descuidemos ya seremos ancianitos de esos que no los quiere nadie por pasitas... Dime ¿Jamás has pensado en tener un hijo?

Sentí como algo se formó en mi garganta, no eran buenos días, estaba sensible por los recuerdos que me traía el invierno, no era que el frio me pusiera nostálgico, sino que esta estación era la que más pasaba con mi padre, y que SeHun solo actuara con indiferencia a lo que yo le decía me dolía mucho. Él se acercó a mí y besó mi frente.

–Oh, vida, claro que lo he pensado – Besó mis labios – Siempre he creído que una niña con tus ojos seria mi perdición (Obviamente no como tus hermanas que me dan miedo) pero nunca ha sido el momento para eso, tanto tú como yo trabajamos turno completo, ¿Qué haremos con un bebé? Sabes cómo son las personas, no puedo solo decir que de la nada te preñaste y solicitar un permiso por paternidad, no podemos tener un niño si lo vamos a descuidar. Y nuestro departamento es muy pequeño.

–Dios, te escuchaste tan maduro, disculpa por decirte bruto – Le di un piquito – Claro que lo pensé, podemos cambiar de lugar y yo puedo solicitar un mejor horario o trabajar desde casa, sé lo que es un bebe y sus responsabilidades. Mis hermanas me ayudaron mucho con eso, mis sobrinos son un gran ejemplo.

SeHun rio y yo solo no pude evitarlo. Adoro como las arruguitas se marcan en sus ojos cuando sonríe. Adoro a mi joven viejito.

–Bueno, si esta tan decidido señor Xiao, déjeme yo se lo propongo – Tosió un poco y tomó aire – ¿Deseas tener un hijo conmigo, lulú?

–Sí, sí quiero, Hunnie.

Recuerdo estar tan feliz después de eso. No le contamos nada a nuestros padres hasta que fue seguro, pero ellos debieron sospechar algo, no por nada mi madre comenzó a hacer espacio en el mural de sus nietos, ese que las gemelas se habían encargado en hacer y cual mi padrastro mostraba orgulloso a cualquiera que entrara a la casa.

Con nuestros ahorritos compramos una casa cercana al centro de la ciudad (Bien cara la maldita para ser bien sencilla) y comenzamos de antemano el papeleo necesario para la adopción, esto para no estar corriendo después. No voy a decir que fue lo más difícil del mundo, pero tampoco fue fácil, casi vendí a SeHun al seguro social para que nos aprobaran poder adoptar.

No sé cómo explicar el sentimiento que me invadió al ir con SeHun a una casa de adopción. Pasamos medio día ahí conviviendo con los niños, no queríamos un bebé, llegamos a esa conclusión entre los dos, estábamos bien solo con un niño grande. Pero ver a tan lindos niños ahí nos hacía pensar una y otra vez en eso.

Después de clases para padres temporales, evaluaciones del seguro social, mil y un visitas a casas de adopción y una que otra mala experiencia (a SeHun lo mordió un perro en una nalga saliendo del seguro social) por fin logramos adoptar a JiHye, nuestra niña.


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Holaaaaa (p≧w≦q)

Se que desaparecí casi un año, pero tengo una gran excusa, olvide que no había terminado esto, en mi cerebro si le di un final y olvide por completo escribir esto, PERO he vuelto de entre los muertos para traerles mis raros escritos.

Esto ha sido dividido en 2 partes por lo largo que se me hizo, así que al finalizar de editar la segunda parte la subo, espérenla please.



El susurro de un destino escrito | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora