Capítulo 1 | Kari

680 45 25
                                    

Preguntamos en Dirección y en la enfermería. Les preguntamos a algunos profesores y a algunos alumnos, pero nadie sabía del paradero de Kari. Tai llamó a su casa, pero no respondió nadie. La llamó al móvil, pero no contestaba. La situación era preocupante, así que nos dividimos para buscarla por cada rincón del instituto: Tai, Sara e Izzy buscaron por la biblioteca, las aulas de la segunda planta y la cafetería. Davis, Yolei y Ken buscaron en todo el patio y las canchas, y TK y yo fuimos por todas las aulas del primer piso y los baños.

Mientras TK esperaba, yo me metí en el baño de las chicas para ver si estaba ahí. Miré debajo de cada baño para ver si reconocía sus zapatos, y no reconocí ninguno, pero uno de los baños me llamó la atención porque estaba cerrado, pero no se veían pies por debajo. Esperé a que el resto de las chicas se fueran y di dos toques a la puerta.

–¿Kari? ¿Estás ahí? –no hubo respuesta– Kari, por favor, puedes confiar en mí. ¿Qué pasa?

Me estaba poniendo nerviosa y ella no contestaba. ¿Le habría pasado algo? A lo mejor ni siquiera era ella quien estaba en el baño. Pero entonces escuché la cerradura abrirse. Abrí la puerta lentamente y la vi ahí, sentada sobre la tapa del WC.

–Kari, ¿qué pasa? –tenía los ojos hinchados.

Se frotó un poco los ojos con las manos, se irguió sobre la tapa y me miró con una mezcla entre preocupación y angustia.

–¿Sabes esas veces en las que solo sientes miedo? –le costaba articular las palabras– ¿Cuando todo te da nostalgia y no sabes qué hacer?

–Sí –dudé.

–Lo que quiero decir es que... tengo miedo, y no quiero tener miedo. Siento nostalgia, aunque no sé por qué, y no me quiero sentir así.

Le sonreí y ella me miró como si quisiera adivinar por qué.

–¿Y estás triste porque no quieres tener miedo?

–Es que siempre tengo miedo. Parece que no puedo vivir sin sentir miedo, y estoy cansada.

Dudé por un momento.

–Supongo que es normal que te sientas así –le dije–. Debe ser horrible sentir miedo todo el rato, pero... ¿sabes lo que significa el miedo? –El ceño de Kari se frunció– A lo mejor piensas que es algo malo, que nos hace sentir mal, que si no tuvieras miedo todo sería diferente... –Kari asintió con la cabeza–, pero no es así. El miedo es algo con lo que nacemos. La vida está llena de miedos. Por ejemplo: todos crecemos con la idea de que los monstruos existen. Cuando vamos madurando, ese miedo a los monstruos se va porque entendemos que es infantil, pero el miedo a otras cosas nunca desaparece. Solo lo cambiamos por otros miedos mucho más difíciles –Kari tragó saliva sin mirarme–. El miedo es un sentimiento tan importante en la vida como la alegría o la tristeza.

–¿Pero por qué? ¿Por qué tenemos que vivir con ese sentimiento? Creo que hay gente que es capaz de vivir de otra manera.

Yo me agaché a su lado y le puse una mano en la pierna para que me mirara. Creo que eso la tranquilizó un poco.

–El miedo es imprescindible porque... –cerré los ojos y suspiré– Pues el miedo es como una prueba que te da la vida, que tienes que superar para poder crecer como persona. Supongo que sí, hay personas que tienen más miedo que otras, pero eso no quiere decir que las cosas sean más fáciles. Mira a Davis –bromeé–; no tiene miedo, pero es tonto.

Kari sonrió y agachó la cabeza, y yo me quedé en silencio mirándola. Creo que TK se estaría poniendo tan nervioso que se estaría pensando si entrar al baño o no. Kari levantó la cabeza por fin, me miró y en ese momento sonó la campana que indicaba el final del recreo.

–¿Cómo sabes todo eso? –la pregunta que me hizo me pilló desprevenida.

–¿Cómo sé el qué?

–Quiero decir que cómo comprendes todo eso. Eres muy madura. ¿Te han dicho alguna vez que vales como psicóloga?

–Pues no, la verdad es que no –le devolví la sonrisa.

Nos quedamos un momento mirándonos.

–Voy a decirle a TK que se vaya a clase y ahora vuelo –fui a la puerta, salí y TK casi me mata al verme.

–Pero ¡¿dónde estabas?! ¡Llevas ahí dentro todo el recreo! ¿Qué estabas haciendo? ¿Fabricar el baño?

–Kari está dentro. Está bien, así que vete a clase. Ella irá luego, supongo.

–¿Segura?

–Sí, y avisa a los demás.

–De acuerdo.

Dicho lo dicho, TK se marchó y yo volví al baño. Kari seguía en el mismo sitio y la miré. Aún tenía los ojos rojos de llorar.

–¿Por qué llorabas? ¿De qué tienes miedo? –le dije casi en un susurro.

Ella me miró al borde del llanto.

–De la oscuridad –susurró–; de la soledad, de lo que pueda pasar con nuestras vidas, de perder a quien más quiero...

–La oscuridad –pensé. Sabía, por las historias que TK me contaba, que la oscuridad era algo que solía afectar mucho a Kari–. Supongo que es algo que tiene que acompañarnos sí o sí –me encogí de hombros–, no nos podemos librar de ella.

–Lo sé –se miró las manos sobre su regazo–. No te preocupes, y gracias –me sonrió y se levantó para lavarse la cara–. Creo que deberíamos ir a clase.

–Creo que deberías irte a casa.

–Estoy bien.

–Vamos, vete a casa. Creo que necesitas descansar.

Me miró y puse mi cara de niña buena. Siempre funcionaba. Entonces suspiró y se lo pensó mejor.

–Está bien, pero no le digas ni a mi hermano ni a nadie lo que me pasaba, ¿vale?

–Cuenta conmigo.

Salimos del baño y nos dirigimos a Dirección para llamar al padre de Kari, para que viniera a recogerla. Le dijimos a la directora que se sentía mareada y débil y que tenía el estómago revuelto. Creo que la enfermera nos creyó, supongo que por la cara de Kari, que se veía algo enfermiza por haber estado llorando y sentirse tan mal.

–Muy bien –nos dijo la directora–, su padre está en camino. Señorita Yagami, por favor, espere en el pasillo.

–Sí, señora –contestó.

–En cuanto a usted, señorita Kitori, puede retirarse a su aula.

–Sí, señora –dije. Seguidamente, Kari y yo salimos del despacho de la directora, me despedí de ella y me fui a mi clase.









Sombra&Luz

Gracias por darle una oportunidad a esta historia, de verdad. Sé que de momento no ocurre nada relevante, que la desaparición de Kari ha durado muy poco jajajaja y que los capítulos son más bien cortitos, sobre todo al principio, pero prometo que la historia va mejorando bastante conforme avanza.

Tengo muchas ganas de que vayan conociendo mejor a Ari, porque es un personaje al que le tengo mucho cariño y que me encanta como narradora (y espero que a ustedes también les guste con el tiempo).

Recuerden que actualizo los lunes, miércoles y viernes.

🖤

Mi historia DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora