Capítulo 16 | La Profecía

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Cerré los ojos y suspiré. No podía creer lo que decía TK. Había perdido completamente la esperanza, se había rendido...

Apoyé mi espalda contra la fría pared de piedra y me dejé caer lentamente hasta quedar sentada en el suelo, también de piedra. Sus palabras resonaban en mi cabeza continuamente, y no me ayudaban mucho a seguir adelante. ¿Tendría razón? ¿Estaría todo perdido?

Miré la batalla que se estaba realizando delante de mí. LadyDevimon había cogido a Angewomon de los pelos y le estaba dando vueltas como si no fuera más que una muñeca de trapo.

–¡Angewomon! –gritó Kari.

–¡Muere! –le dijo LadyDevimon al ángel mientras la soltaba.

Angewomon salió volando unos seis metros y se chocó con la pared, haciendo que esta se rompiera.

–¡Angewomon! –repitió Kari mientras corría a su encuentro.

Cerré los ojos con fuerza y me tapé los oídos para intentar no escuchar ni los gritos de dolor de Angewomon, ni los gritos de angustia de Kari, ni los susurros estúpidos de TK.

Angewomon iba perdiendo y TK perdía la esperanza. Si Angewomon perdía, moriríamos. Si no conseguíamos sacar a TK de allí, moriríamos. Si no me daba prisa, moriríamos.

Así que abrí los ojos y dejé de taparme los oídos. Me dispuse a levantarme, pero algo en la pared de piedra me llamó la atención. Me fijé bien y vi que había algo escrito: era una especie de profecía, que estaba tallada en la piedra y parecía muy antigua.

–Mira, TK. Aquí hay algo –le dije para intentar darle ánimos.

–No servirá de nada, sea lo que sea –susurró.

–Pone: "Los elegidos, por la Esperanza, arriesgarán su vida, y uno a uno se irán quedando atrás. Entonces, el Poder Sagrado se reunirá en el ser enviado y este lo dividirá en dos, haciendo que se produzca un corto milagro." –leí en voz alta, ignorando por completo las palabras de mi amigo.

–Estúpidas palabras.

–¿Por qué dices eso? –le pregunté molesta. Me levanté con el ceño fruncido.

–Porque son estúpidas. ¿No te das cuenta? Esas palabras lo único que hacen es darte falsas esperanzas para que después el dolor sea más grande.

–No puedo creer lo que estás diciendo. En serio, ¡no puedo creerlo!

–Pues créetelo. Son las palabras más inteligentes que podrás oír. Todas esas frases estilo "ten fe" o "no te rindas" o "todo saldrá bien" son estúpidas. Te llenan de esperanza y ganas de luchar, pero al final no sirven para nada.

–¡Las únicas palabras estúpidas son las tuyas!

Entonces se escuchó un grito detrás de mí. Me di la vuelta y vi que la que había gritado era Kari. Angewomon se encontraba en el suelo, herida, y LadyDevimon se encontraba a su lado dispuesta a matarla.

–¡No, Angewomon! –gritó Kari, que corría a ayudar a su compañera.

–¡No te entrometas, idiota! –le gritó LadyDevimon lanzándole uno de sus ataques, que hizo que la chica saliera volando un par de metros.

–¡Kari! –grité.

–Kari... –susurró Angewomon con las pocas fuerzas que le quedaban.

–¿Lo ves? –me dijo TK como si no estuviera pasando nada– Estamos perdidos.

–¡No digas eso! –le grité de nuevo– ¿No te das cuenta de lo que está pasando? ¿No te das cuenta de todo lo que te necesitamos en esta lucha?

Mi historia DigimonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora