Traté de organizar mis pensamientos, pero en cuanto logré pensar en algo coherente, ya estaba fuera de la casa perteneciente a Terry. Los gritos de ellos causando un altercado seguían por dentro y escuchándose por fuera, sin darse cuenta de mi ausencia. Froté mi rostro y sentí un dolor traspasando por mi cabeza, ordenando un viaje a través de ésta. Como si aquel dolor físico fuera para poco, empecé a hacer memoria sobre los besos robados que Louis y yo teníamos repentinamente.
Como mi casa quedaba más cerca de lo normal, me encaminé hasta la casa de Dipper. Me aferraba en mi buzo a medida de que el tiempo pasaba mientras caminaba. Sentía alarmas agudas, como si estuvieran anunciándome algo, pero mi intuición no lograba decidir qué era hasta ahora.
La casa de Dipper era hogareña, tenía éstos típicos dos pisos en los que tus padres sólo ocupaban el de abajo, pero llevando a cabo la vida de Dipper, sería su madre. Toqué la puerta, rogando porque su progenitora no se encontrara cerca. Esperé con paciencia, aplastando los deshechos que las personas echaban libremente a la calle.
— ¿Lydia? —Dipper preguntó, entornando los ojos.
—Soy yo, ¿quién más? Ya me estás viendo—dije, malhumorada.
—Woah, ¿no crees que sería lo mejor relajarte?—él sugirió.
—Lo siento, me ha pasado algo pésimo—le conté, exagerando.
El ceño de Dipper se frunció, dejándome ver francamente su confusión.
—Se trata de Louis—por fin dije.
— ¿Louis? Tienes que contarme esto—él señaló, sentándose en el sofá de su casa.
La puerta se encontraba cerrada para cuando tomamos un asiento en los únicos sofás que ocupaban la sala de estar. Me expandí en el sitio, mirando a Dipper comerse las uñas. Pensé deliberadamente en si contarlo o no, ya que podría ser una total equivocación o aquellos dos amigos me estaban jugando una broma. Y si aquello resultaba ser cierto, ellos sabían actuar muy bien.
—Él dijo que yo le gustaba. Bueno, algo así—dudé, presionando mi boca.
— ¿Qué? —Dipper ahogó un gemido al quedar absorto en lo que acababa de decir.
—Louis dijo que yo era suya—mascullé, nerviosa.
—Por el amor de Dios. Al final sirvió todo—él festejó.
Humedecí mi labio seco por el frío y me encontré momentáneamente desconcertada.
— ¿Sirvió qué?
—Juntarlos. Hice todo lo posible para juntarlo, pero sigo teniendo desconfianza de Louis—él manifestó, emitiendo una cálida sonrisa al acomodarse en una mejor posición dentro del sofá.
—Lo sé, pero tengo sospechas de Louis. Él no es de aquella manera—critiqué, percibiendo mi estado intranquilo.
—Alguna vez tenía que llegar alguien—Dipper justificó y añadió calmadamente: — No es como si vayan a estar toda la vida. Es la preparatoria, nos gustan personas con las que tenemos sueños agraciados y nos convertimos en románticos empedernidos.
—Lo sé—repetí.
—Sé que lo sabes—él afirmó en un leve asentimiento—. No estés junto a Louis antes de saber bien sus intenciones.
Me desasosegué a mayor medida.
—No lo sé—le respondí con incertidumbre.
—¿Y tú qué hiciste? ¿Le besaste? —él inquirió, ampliando sus ojos.
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popular || l.t
FanfictionLouis era popular y aquello era prohibido.© Todos los derechos reservados.