//indefinidos//

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-Allí viene-Dipper se inclinó hacia mi oreja con la mirada determinada en aquel chico que se acercaba con un paso lento y cansado, como si le hubieran exprimido en demasía en gimnasia-Jesús, se dirige hacia nosotros. Disgustoso. Le tendré que echar, Lydia. Yo definitivamente me seguiré saltando gimnasia, ¿eh? Dios, creo que el agua de la ducha es sacada de todos los desperdicios de la basura siendo licuados. Lydia, si sigues con él me sentiré tan mal tercio que me veré obligado a ir a gimnasia-me sacudió el hombro, tratando de llamar mi atención-. Bien, no me escuches. Suerte con el herpes de Gary.

Enseguida, mi rostro se volteó hacia él, quien se preparaba para levantarse del asiento de la cafetería con rapidez por el mero hecho de que una persona cruzándose por nuestro lado escuchó sobre su mentirijilla nada graciosa acerca de mi hermano. Abandoné la espera de Louis atravesando las mesas en el comedor de la preparatoria para reclamar a Gary.

-Eres la persona perfecta para crear rumores, Dipper-le dije, refiriéndome a uno de los estudiantes que le oyó.

Se dejó caer en el asiento, malhumorado. Y la mano de Louis le palmeó el hombro, por lo que se irritó más hacia nosotros con una razón de la cual éramos ignorantes.

- ¿Qué te ocurre, Dipper? -Louis le preguntó, quitándose un mechón de cabello medio húmedo por la ducha dada en los vestidores.

Él se encogió de hombros, impertérrito.

-Me acosté con alguien-nos soltó.

Mis ojos se abrieron casi al instante de su confesión. Louis estuvo impávido.

- ¿No deberías estar emocionado e ir a contárselo a los cerebritos del ajedrez? -Louis le hizo una sugerencia y enarcó las cejas al segundo, lo que casi escandalizó a Dipper.

Yo aún continuaba sin habla, reflexionando. Dipper siempre había soñado con aquello y todavía mejor que sea una joven al azar en alguna fiesta o bar donde en estas semanas los amigos de Louis lo ayudaban a colarse. Y me parecía correcto porque él no bebía demasiado y seguía con su actitud remilgada y quejica de siempre. Él disfrutaba sin llegar a pasar el límite que era destruirse.

-Por supuesto que no se lo contaré a nadie. Ella es Agnès Dugès y va en mi clase de economía. Era tan encantadora cuando la conocí en el único bar francés de la ciudad, pero ahora me malditamente ignora-se quejó, presionando los labios.

Louis me hizo un ademán con el fin de tomar un puesto y me hice a un lado para ofrecérselo. Me pasó el brazo por los hombros y me incomodé, percibiendo miradas sobre mí a cada segundo concurrente. Él, sin embargo, sólo me sonrió de frente.

- ¿Agnés Dugés? -Louis entrecerró los ojos al preguntar con interés-. Ella es la nueva alumna francesa. Créeme que si te gustó, deberías olvidarla-rió y yo le seguí por el mero hecho de la decepción plasmada en el rostro de Dipper.

A Dipper no le pareció gracioso o una broma por lo que al menos se soltara una pequeña risa. Él sólo echó la cabeza hacia atrás y gruñó con algo de furia y confusión mezclada a la vez. -Pensé que lo haría con alguien que al día siguiente apareciera junto a mí y que me guste. Pero ella me gusta y no se quedó. No volveré a pasarme de alcohol nunca más-se dirigió hacia Louis, el cual se hallaba bastante concentrado depositando besos en mi sien y susurrándome su victoria en gimnasia al oído y acerca de cómo la había pasado sin él en mis otras clases.

(...)

-Y... dime, Lydia-Louis alargó, atrapándoatrapándome con la baja guardia y tocando mis labios con los suyos.
Le empujé, frunciendo el ceño. -No hagas eso-le pedí, observando hacia los lados con la meta de ser cuidadosa con las personas como mi madre o amigos de Gary y Gary rondando la casa frecuentemente.
Carcajeó. -Ya tenemos una semana.
Rodeé su cuello con las manos suavemente, advirtiendo el final de su corte de cabello causando picazón a mis dedos enlazados alrededor de su nuca y estudiándole los ojos.
- ¿De qué?
-De ser novios y varios meses de ser amigos.
Bufé.
-No lo somos-repetí.
-Lo somos desde el primer beso-se me mofó, curvando las comisuras de sus labios.
Sonreí jovialmente.
-¿Desde el beso del teatro? -inquirí, elevando las cejas con diversión.
Me acarició la mejilla, negando con la cabeza.
-No me lo recuerdes-me pidió con humillación al rememorar el fracaso en el teatro y lo incómodo que fue aquel choque de labios paralizados. Las emociones de Louis adheridas a su cara dieron un vuelvo al parecer recordar de lo que yo no era consciente aún-. ¿Recuerdas el beso? -De súbito, su voz se transformó en un escudo lleno de burla y dramatización.
Le guiñé un ojo.
- ¿Cómo no? Oh, ahora estoy recordando que tus dientes me hirieron los labios porque eres un pésimo besador-Yo chasqueé con cháchara.

-Pedirás más cuando te abandone.

-Por supuesto que lo haré-le aseguré con sarcasmo.

Sus manos se arrastraron hacia arriba y tanteó con delicadeza hasta encontrar las mías detrás de su nuca. Me besó el dorso de una una vez que las obtuvo entre las de él.

-No te dejaré. Siendo sincero, jamás he dejado a una chica por mi cuenta dentro de una relación seria. Y siendo sincero nuevamente, jamás he pensado en tener una relación seria-me dijo, a pesar de que yo no lo hubiera dudado-. Me refiero que recién llevamos como una semana y estoy seguro de que vamos a llevar más.

-No pensé que me dejarías. Digo, no puedes-me burlé, cambiando drásticamente de tema con el propósito de no ponerme nerviosa o sonrojarme como no solía hacer.

Rodó los ojos y asintió, me palpó la mejilla gentilmente y su tacto me quemó la piel, provocando esta vez sonrojos más notorios.

-Debes de irte. Tu entrenador dijo que tenías práctica y que no podías llegar tarde-le memoricé, tomando sus pertenencias para entregárselas antes de que sus ojos sean capaces de posarse en lo rojizo que él originó con su toque y palabras-. Y no te olvides de que Harriet te espera.

A él se le fugó una fuerte carcajada.

-Claro que no se me olvida-De repente, se giró hacia mi dirección y casi me choqué con su pecho pero sus brazos lo impidieron antes-. Cuidado. Por cierto, te veo donde Harriet, ¿cierto?

En el minuto en que me vio las mejillas el color se había ya desprendido de éstas y pude tranquilizarme como era debido.

Louis se puso ansioso.

- Te veo allí, ¿cierto? -me repitió inseguro.

Asentí como contestación a su pregunta.

-Estaré allí-le prometí.

Me sonrió antes de marcharse.

Lamento muchísimo haber tardado, en serio. He entrado a clases y bueno, espero controlar las actualizaciones de esta historia. Espero que al menos algunas sigan aquí realmente. Las adoro y haré lo posible para escribir más seguido❤❤❤

popular || l.tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora