—Escucha. Lo haremos de la mejor forma—Terry me explicó por lo bajo—. Louis estará mañana aquí para practicar. Él siempre llega minutos antes de lo planeado así que, cuando él llegue, nosotros estaremos cocinando como una ridícula pareja de ensueño.
Mi boca se secó, impidiéndome tragar.
—No lo sé, Terry. Suenas como un idiota—le solté con inseguridad.
Su rostro se arrugó, cogiendo mis manos lentamente. En cambio, sus ásperas manos se posaron en cada lado de mis mejillas y me miró a los ojos en cada acto.
—¿Qué demonios tratas de hacer, Terry?—gesticulé, juntando mi ceño.
—Iba a besarte, pero si te molesta, sólo lo haremos en cuanto Louis venga—él comentó con total tranquilidad.
Mis ojos se abrieron sin mi consentimiento.
—No te besaré—impuse.
Formó un mohín en sus labios.
—Dijiste que me ayudarías—se quejó.
—Sé que lo hice, pero no creo que pueda hacerlo—reconocí.
—Será ésta tarde—él me avisó.
Entonces, se inclinó y me besó efusivamente la mejilla. Me hundí de hombros al verle alejarse, su paso era tranquilo y relajado, tal cual como los jóvenes de ahora. Cerré los ojos momentáneamente hasta razonar y darme la vuelta para dirigir mi paso coordinado hacia mi casa.
Mamá no se encontraba, pero su novio estaba cocinando la cena. No se dio cuenta de mi llegada y si yo estaba en lo incorrecto, él me ignoró completamente. Pensé en tocar la puerta de Gary, pero razoné durante varios segundos frente a su puerta y decidí volverme hasta mi cálido dormitorio. Empecé a arreglar mi habitación debido al aburrimiento y escuché una música dócil mientras me disponía a hacer las tareas. Después de terminar, me tomé un descanso egoísta.
Quizá Louis sí estaba enamorado de Terry al final de todo, pero era todo demasiado confuso. La historia y los tartamudeos de Terry al expresarme sus testimonios eran descabellados. No podía sacarme de la cabeza el hecho de que tal vez me gustaba un homosexual y tampoco tenía una mínima idea de cómo sacar a Louis de mi cabeza. Jamás imaginé que sería difícil.
Terry me llamó aquel mismo día, informándole sobre lo que haríamos y que posición tomaríamos en lo planteado. No quería alejarme mucho de la realidad y tomar todo lo que me decía Terry como una broma porque probablemente él se enfadaría. Tenía que apoyar a Terry en lo que manifestaba y aquello en qué creía verdad.
—Gracias por ayudarme, Lydia—él agradeció amablemente en el fin de la llamada.
—No es nada—le contesté. Me apresuré a añadir antes de que él pueda colgar:— ¿Puedo preguntar algo?
—Claro—él accedió algo extrañado.
No lo pensé dos veces en preguntar.
—¿A ti te gusta Louis?—Quise saber de sopetón.
—No, claro que no—él balbuceó.
Me sentí avergonzada por mi pregunta de improviso.
—Oh, bueno.
Su respiración con fuerza se escuchó del otro lado de la línea.
—¿Y a ti te gusta Louis, Lydia?—él demandó con curiosidad.
Me tomó por sorpresa el que me haya de vuelto la pregunta, pero intenté calmarme y respondí con normalidad.
—No, no lo hace.
—¿Seguro?—él insistió con algo de burla.
Acaricié mis dedos para ofrecerme tranquilidad a mí misma.
—Estoy segura—afirmé en un chasquido.
-
—Vale, Lydia. ¿Está todo listo?—Terry me preguntó con suavidad.
Suspiré, estudiando nuestros rostros manchados con harina ligeramente.
Estaba todo listo en cuanto le brindé una asentida de cabeza a Terry. Luego, nos quedamos en silencio con las manos apoyadas en el mármol de su cocina. Esperé a que Louis entrara por la puerta y todo lo planeado empezara. Admitía que estaba ansiosa por ver su reacción.
—¡Harriet! ¡Estoy aquí! ¿Por qué has dejado la puerta abierta? ¿Acaso eres consciente de qué alguien puede robar?—él exageró en una exclamación.
Guardé silencio y fingí estar sorprendida cuando Louis nos pilló en la cocina. Sus ojos se ampliaron con alteración y analizó con estupor nuestros labios juntos.
—¿Louis? Creí que llegarías más tarde. Yo estaba con mi novia—Terry pausó con credibilidad, y se corrigió segundos después—, digo, Lydia.
Las manos de Louis realizaron un camino a través de su cabello implacablemente.
—¿Qué demonios, Terry? Tú...—respiró en exceso y calló, taladrándonos con su penetrante mirada.
Terry pareció fingidamente apenado.
—Lo siento, Louis. No quería que veas...
—¡Pero me habías preguntado si me gustaba Lydia!—Louis irrumpió la disculpa de Terry—. ¡Y pensé que habías entendido que sí! ¿Y ahora ella es tu novia? ¿Qué está mal contigo? Maldita sea, quiero golpearte fuertemente en el rostro ahora mismo—él expresó.
—¿Lydia te gusta? ¡No lo sabía!—Terry habló, pero había una impresión no apropiada en su tono que confesaba a gritos que él ya lo sabía.
—¡Ella es mía, Terry! ¡Creí que era jodidamente claro!—Louis vociferó, fundiéndose en una apariencia sobrecogida.
Heeeey, estoy desde un celular así que lamento si hay errores. Y anhelo responder sus comentarios pero no puedo por aquí D: De todas formas, muchísimas gracias por haber llegado a los 24 comentarios en el anterior capítulo, fue increíble en cuanto lo vi xx
ESTÁS LEYENDO
popular || l.t
Fiksi PenggemarLouis era popular y aquello era prohibido.© Todos los derechos reservados.