//cita//

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A pesar de que me decía que no le dé importancia a mi pequeña pelea de palabras con el tal Louis Tomlinson, seguía furiosa.

<<Que le den>> pensé.

La imagen de su guiño, de su movimiento de cabellos y su cuerpo fornido aparecían en mi mente una y otra vez. Una cosa que odiaba de los chicos es que fueran mujeriegos y Louis era uno de los mayores, me daba cuenta por su rostro de muñeco Ken y todo lo que hacía para un buen follón en el cuarto del conserje. O en el baño de chicas. Odiaba eso, era sumamente repugnante.

—Bum, barabing bum—canturreó un chico del grupo de ajedrez.

Giré los ojos y reí tontamente. La profesora entró al grupo y nos saludó arreglando sus lentes.

—Bueno, chicos. El combate se acerca—anunció.

Por la única razón por la cual estaba aquí era Dipper. Me había obligado a adentrarme con él por el club de ajedrez.

—Tenemos una nueva integrante. Por favor, Lydia, acercarte—me llamó.

Me levanté tibuteando. Observé con un notable nerviosismo a todo el grupo, la mayoría con lentes.

—¿Cómo jugó Lydia?—bromeó.

—¡Bien!—exclamaron casi todos.

Sonreía un poco incomoda, esto era raro. Yo jamás habría supuesto que en mi último año, entraría a un grupo de ajedrez.

Me volví a mi asiento y esperé a que el timbre sea tocado para ir a mi clase de actividades, una clase más rara de lo que yo me sentía. Me tocaba un día a la semana y la profesora era una señora pacífica, las clases se trataban más bien en relajarse, a veces nos ponía a hacer a todos yoga o a hacer ridículas manualidades para el día de la madre o cualquier día festivo cercano.

Me senté en mi banca del salón de actividades, el cual era el antiguo salón de música, según había escuchado.

—¡Buenos días! ¡Buenos días, chicos y chicas!—dijo repetidamente la profesora.

Era de baja estatura y con el cabello rojo demasiado maltratado. Cargaba cadenas de la "suerte" y pulseras por casi todo el cuerpo.

—Hoy tengo una nueva táctica. Yo sé que les encantara—soltó unas risitas mientras daba algunos aplausos.

La mayoría del curso se quejaron y otros hundieron los hombros.

—Bien...—murmuró ignorando la opinión negativa de los demás—. Se trata sobre que cada uno va a nominar a una pareja y está va a tener una cita, el punto de esto es que otra persona va a ir con ellos pero sólo anotaran como se han llevado, si son parejas opuestas o iguales. Está es, seguramente, la táctica más divertida que se me ha ocurrido.

Quise hacer publica la idiotez de proyecto que nos mandaba a hacer pero callé.

<<Espero que me toque de mirona>> rogué.

—Empezamos...—vio su lista y sonrió hacia Dipper Clark—. Vamos, cielo. Nomina a la pareja que tú desees para que ellos este Sábado tengan una cita y tú apuntes como fue su conección.

Dipper pareció vacilar antes de lamer sus labios y mirar las caras de todos en el curso.

—Lydia Benson y Louis Tomlinson—respondió.

Dos tonos de tos empezaron a hacer ruido en el salón; una era grave y otra aguda y, claramente provenían de mi boca y la de Louis.

—Muy bien... parece que ellos se han enfermado—rió divertida la profesora.

Algunas chicas me miraron con rabia y envidia acumulada en sus ojos.

—Disculpe...—iba a decir el engendro pero lo interrumpí.

—¿Puede haber algo para revocar aquello? Digo, yo no quiero salir con—miré a Louis con desprecio—, él.

Nuestras quejas empezaron a salir a flote y la profesora parecía perder la paciencia cada vez que hablábamos al unísono provocando ruido y que no se escuche absolutamente nada.

—¡Es todo! Yo quiero que salgan también. Desde ahora todos vamos a convivir en paz, basta de dramas. Han sido escogidos, aceptarlo sin ser unos quejicas de mierda.

<<Y ahí se fue la señora paz>>
(***)

No entendía nada. Dipper Clark era el representante de los masoquistas.

¿Cómo podía seguir sonriendo a Louis después de lo que él le espetó en cara? A veces pensaba que era un gay profundamente enamorado del mejor jugador que tiene North Hamilton. Admitir eso me causó asco.

—Tenemos una cita—comentó entre dientes Louis.

—Es un proyecto—recalqué.

—Y que lo jures—escupió con sarcasmo.

—Bien, ¿dónde nos vemos pasado mañana?—pegunté cambiando de tema.

—Valentino's. 

—¿Qué es eso?—dije, confundida.

—Probablemente no le agrades a Niall—susurró para él mismo, ladeando la cabeza.

—Ajá, claro. Lo que digas—volqué los ojos.

<<No tengo ni una puta idea de que habla>>

—Lo siento, eh... entonces te veo en Gina's pizza—esa si la conocía.

Asentí con la cabeza y lo vi alejarse a paso lento. Gary me llevó a casa con una sonrisa grande, no sabía que le había pasado y honestamente, no me resultaba una idea atractiva preguntarle el por qué de su gran sonrisa.

—¿Amor?—preguntó Brett.

—No, somos nosotros—respondió Gary.

—Oh, vengan, chicos. La comida está servida—nos informó.

Brett es el novio de mi madre, después del divorcio con mi padre, se consiguió a un señor ocho años menor, a veces me resultaba repulsivo pero no era mi intención sentir aquello, ellos pueden hacer lo que quieran.

Al día siguiente, fue tan normal como siempre quitando las miradas fulminantes de las chicas que ya se habían enterado que saldría con el capitán codiciado. Cerré con fuerza el casillero, ¿qué rayos le veían?

—Bu.

Joder. Mi cabeza golpeó la quijada de la persona que me había asustado. Louis.

—Jesús, ¿qué demonios tienes en la cabeza?—trató de ser divertido pero se le escapó un quejido de dolor.

Toqué mi cabeza, furiosa.

—¿Qué te ocurre, idiota?—lo fulminé con la mirada.

—Nada, sólo quería asustarte y saltaste tal cual conejo.

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Creo que mañana subiré otro capítulo, gracias por sus votos y comentarios. Me encantaría que lo sigan haciendo, las amo<<33


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