Capítulo 4

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Gerard dejó su número de celular para Frank, "Por si acaso" sin embargo Frank pasó el resto del fin de semana dandose una serie de baños cada vez más calientes, abriendo analgésicos como un drogadicto y resistiendo su propio impulso de llamar a Gerard y rogarle que regrese para sentarse a su lado aunque sea un momento.

Era simplemente ridículo.  No fue hasta después de que Gerard se fue que Frank se dio cuenta de que solo tenerlo en el apartamento lo hacía sentir mejor, no solo era la forma analgésica que lo tocaba, si no que también su presencia era calmante o lo que sea, Gerard era jodidamente terapéutico.

Probablemente todo estaba en la mente de Frank.  Probablemente toda esta jodida cosa estaba en la mente de Frank.  Probablemente ya había sido encerrado en un hospital psiquiátrico en algún lugar y todo lo que está ocurriendo hace parte de una de sus alucinaciones.

El domingo Frank se arrastró fuera del departamento para comprar víveres y mierda nueva para su cama - acostado sobre el colchón desnudo provocó que se hiciera muy viejo, muy rápido, y las almohadas de los sofás no estaban destinadas para dormir durante toda una noche - y en el camino de regreso  se encontró con uno de los volantes que había pegado en la ciudad sobre su perro.

Le habían quitado un montón de tiras de números, lo que podría significar que alguien la encontró, pero también podría significar que alguien se había aburrido esperando un autobús.  Frank se prometió a sí mismo que recordaría revisar sus malditos mensajes cuando llegara a casa.

Estaba tan jodido últimamente, pensó mientras esperaba para cruzar la calle:  Extrañaba su maldito auto y aquello era otra cosa que había olvidado desde que el hombre invisible lo golpeó.

Las luces cambiaron y Frank se movió con la multitud, moviendo sus bolsas en sus brazos para aliviar la presión sobre sus muñecas recién doloridas.  Era tan extraño cómo se localizaba el dolor así.  No sabía qué demonios haría si todo empezara a doler a la vez.

Llegó a casa y guardó sus víveres, luego logró poner las sábanas nuevas en su cama antes de que sus muñecas se agotaran por completo y simplemente se sentó en el piso por un tiempo, sosteniéndolas cerca de su pecho y tratando de respirar a través del dolor.

Al diablo con el doctor Durning, decidió de repente, trepando y hurgando torpemente en su mochila.  Dos malditos días de Tramadol, eso ni siquiera le ayudaría a Frank a detenertener un fuerte dolor de cabeza. 

Sus estúpidos dedos se cerraron finalmente sobre el envase de ungüento que Luke le había dado y se quitó la tapa con un gemido, sacando demasiado y derramando algo sobre sus jeans con prisa para ponerlo en su piel.

—Aaaaah — siseó, frotándolo tan rápido como pudo, el ungüento no era tan bueno como Gerard, pero estaba bastante bien obtener algún tipo de alivio, y gracias a aquel producto su latido se alivió lo suficiente como para que pudiera mover sus manos de nuevo sin sentir que se van a romper de inmediato.

Frank extendió el exceso de pomada sobre su tatuaje.  Ya estaba curado, claro, además no podía hacer ningún daño.  Era realmente hermosa, ahora que se había curado, parecía que había sido parte de Frank durante años, como si estuviera destinada a estar allí todo el tiempo.

Frank se incorporó en la cama y logró llamar a su madre y mentirle durante veinte minutos sobre que todo estaba bien en su vida antes de desmayarse en sueños incómodos sobre ser seguido y observado por alguien que no podía ver.

Se olvidó de revisar sus mensajes.

* *

El lunes, Frank le contó a Brian todo lo que sucedió con los chicos del club, dejando de lado las partes con la multitud invisible y las luces fantasmas.

Unholyverse | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora