Capítulo 8

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Se despertó porque algo tembló. Estaba cálido y cómodo, y cuando abrió los ojos se dio cuenta de que Gerard se había acostado en algún momento, y Frank debió haber escalado sobre él mientras dormía porque su cabeza estaba en el hombro de Gerard, y podía ver la mano de Gerard moviéndose vagamente en la oscuridad. Estaba sosteniendo algo y preocupándose en sus dedos, pero Frank no podía ver qué.

Gerard respiró, y estaba susurrando, Frank se dio cuenta, tan silenciosamente que Frank apenas podía oírlo, y Frank cerró los ojos y se mantuvo quieto y concentrado hasta que pudo distinguir las palabras.

--Como fue en el principio, es ahora, y siempre será el mundo sin fin -- susurró Gerard. --Amén.

--Estabas diciendo el rosario -- Frank pensó en voz alta y Gerard se sobresaltó bajo él, haciendo que la cabeza de Frank se golpeara con el cabecero de la cama -- Auch

--Lo lamento --Gerard se disculpo, moviéndose para que Frank pudiese quedar de lado y ver mejor su rostro --Pensé que dormías. 

 Frank se estiró y se volvió a sentar, con cuidado de poner unos centímetros de espacio entre ellos, pero manteniendo su rodilla presionada contra la pantorrilla de Gerard. --Lo hacía. 

--No quería despertarte --Dijo Gerard bajo. 

--Está bien -- Frank bostezo --¿Hablaste con el cardenal? 

Gerard asintió, sus dedos seguian moviendose en torno al rosario —Creo que puede ayudarnos, él llamará mañana después de averiguar algunas cosas.

—Genial —Frank sonrió. Él alcanzo el interior de la mano de Gerard. —¿Puedo verlo?

Gerard entregó su rosario sin dudarlo. —Era de mi abuela.

—Es bonito. —Frank frotó su pulgar sobre las cuentas de madera, sintiendo sus pequeñas tallas presionar su piel. —¿Ella quería que fueras sacerdote?

Gerard se rio entre dientes. —En realidad, ella quería que yo hiciera música.

Frank sonrió y sacudió la cabeza.—Eres raro.

—Sí — asintió Gerard. —Eso soy... Me sorprende que hayas reconocido la oración, debe haber pasado mucho tiempo desde que la última vez que la dijiste.

—Una vez católico... No se olvida con tanta facilidad —dijo Frank con tristeza.

Se quedaron en silencio por unos momentos.  Frank podía escuchar a los otros chicos respirando en la sala de estar;  el ocasional ruido de sueño o susurro cuando alguien se voltea.  Le devolvió el rosario a Gerard.  Sus dedos se tocaron.

—¿Estabas rezando por mí? —  Frank preguntó. —Lo siento, es solo que nunca te había visto rezar antes.

—Está bien — Gerard volvió a envolver las cuentas alrededor de sus dedos. —Por lo general, soy más un tipo de oración informal, para ser honesto contigo. Muchas conversaciones en mi cabeza. O en voz alta, incluso si estoy haciendo panqueques o lo que sea.

Frank sonrió e inclinó la cabeza hacia atrás para mirar a Gerard. —¿Panqueques?

—Como sea —repitió Gerard. —No creo en la separación entre la humanidad y Dios. Solo hablo con él como si estuviera allí.

—¿Alguna vez responde?

Gerard arrugó la nariz, pensando en ello. —A veces. Pero nunca como esperaba. — Frank hizo lo que esperaba que fuera un ruido alentador, y Gerard continuó: —A veces es solo, ya sabes, has estado investigando el Big Mac de alguien que juran que se parece a la Santa Madre, y vuelves a tu motel o  donde sea, y estás viendo Jeopardy, y quieres que alguien grite las respuestas.

Unholyverse | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora