23. Aceptación

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-Monsieur, Monsieur Combeferre y Monsieur Courfeyrac están aquí y desean hablar con usted.

-Que pasen, gracias Louanne.- no levanté la vista de mi escrito; era el último trabajo que me quedaba de este curso, y por Dios que lo acabaría en este instante.

-Hola, Enj- saludaron, y cerraron la puerta. Sentí que se sentaban frente a mi.

-Aguardad unos instantes, ya acabo.- escribí más rápido el último párrafo de mi ensayo, y con gran satisfacción, puse el punto y final. Me eché en la silla relajado- ya, ¿qué hacéis aquí?

-Queríamos comentarte algo importante. Algo que nos preocupa.- dijo Combeferre.

-Decidme.

-Es sobre ti. Hay algo que nos preocupa sobre ti.- ahora si que me tenían intrigado; ¿qué podría haber que les preocupara? No estaba enfermo, ni tenía mayor problema.

-Pues no sé que puede ser, porque me encuentro de maravilla.

-No, si no es algo precisamente malo, pero hemos pensado que es algo que deberíamos comentar. Por tu bien.

-Dejaos de intrigas y decidlo ya.- se miraron.

-Dilo tu anda, Ferre; eres hombre de palabras.- Combeferre resopló.

-A ver, últimamente te notamos más... ¿contento?- miró a Courfeyrac, que asintió- sí, y pues nos alegramos de que así sea como amigos tuyos que somos. Bueno, el caso es que tenemos una pregunta, porque atando cabos, hemos llegado a una conclusión, y solo queremos que la confirmes.

-Creo que estoy perdido.- no paraban de decir cosas sin sentido.

-A ver...- Combeferre parecía escarbar en su mente las palabras adecuadas, pero la paciencia no era cualidad destacable en Courfeyrac, que no soportó el largo tiempo que se estaba tomando nuestro amigo para hablar.

-Amas a Elizabeth, ¿verdad?- soltó de sopetón. Combeferre le dio un golpe en la pierna.

-Maldito bastardo, habíamos dicho que no lo soltaríamos de golpe, ¿para qué hacemos un plan si luego te lo pasas por donde te da la gana?

-No aguantaba tus quebraderos de cabeza, Ferre.

-Parad, parad- corté su discusión- ¿qué tonterías decís? Courfeyrac de ti me lo esperaba, ¿pero tu Ferre? ¿Acaso no me conocéis? Le tengo profunda estima a Elizabeth, pero ya está. Fin del tema, no me molestéis con eso nunca más.

-No- Courfeyrac arrimó más su silla a mi mesa- no, ya me tienes cansado, siempre callándotelo todo. Vamos a hablar esto, porque ninguno creemos que tus afectos hacia ella sean mera estima.

-¿Qué quieres que te diga? No es y punto; os empeñáis en ver cosas donde no las hay. Estaba teniendo un día agradable, no me lo estropeéis ahora.

-¡Ah! Hoy has tenido un día agradable- Combeferre se cruzó de brazos- vaya, ¿y qué has hecho?

-¿Importa? Solo ha sido un buen día, no he hecho nada en especial ¿A dónde quieres llegar?

-Te hemos visto paseando con Elizabeth, y luego como os sentabais a leer debajo de un árbol. Yo también hubiese tenido un día espléndido si hubiera salido con la chica que me gusta.

-¿Estáis tontos?- ya si me habían enfadado.- hemos salido a pasear, sí, y nos hemos sentado a leer, pero eso no significa nada. Será mejor que os vayáis.

-Pues mira, no. No nos vamos.- Courfeyrac se plantó frente a la puerta.

-Combeferre, por favor.- le dije en tono calmado- iros.

MADEMOISELLE ELIZABETH || Les Miserables Donde viven las historias. Descúbrelo ahora