Anoche dormí mejor que en toda mi vida sin lugar a dudas. No me dolió tanto como creí que me dolería, y las palabras dulces de Enjolras ayudaron a sentirme cómoda. No creo haber visto a Enjolras así nunca, cariñoso y atento, disfrutando del contacto y susurrando palabras llenas de amor en mi oído. Nunca he tenido un momento tan íntimo con alguien, y lo que sentí es inexplicable. Después de acabar, se desplomó exhausto sobre mí, con cuidado de no aplastarme, aunque yo lo abrazaba con fuerza para que no se separara. Consiguió girar sobre si mismo, quedando ahora yo sobre él, apretujada en su pecho, dónde podía escuchar con claridad los fuertes latidos de su corazón.-¿Estás bien?- su voz era ronca.
-Sí.- besé su pecho- pero necesito saber que ha significado esto para ti.
-Crees verdaderamente, Lizzie, ¿qué hubiera hecho esto por mero placer contigo?- levanté la cabeza apoyando el mentón en mis manos. Puso mi pelo detrás de mi oreja- me cuesta mucho decirlo, pero necesito que sepas que te quiero, Lizzie. Te quiero, no sé ni como ha pasado pero es así.
-Yo también te quiero- besé de nuevo sus labios.- toqué la cadena que llevaba, y me di cuenta de que prendida de ella había un anillo; nuestro anillo.- ¿hace cuánto que llevas esto?
-Ah. Hace ya unos meses; desde que recuperé tu colgante. Quizás tengamos que agradecer a Gilliard que nos propusiera lo del matrimonio después de todo.- reímos suavemente; la vela se había consumido del todo, y calculaba que serían más o menos la una de la madrugada.
-No le daré la satisfacción- me estaba quedando dormida a causa de las suaves caricias que daba en mi espalda.- estoy agotada..
-Va a ser difícil salir de la cama por la mañana...- caí por completo mientras me daba besitos en la nuca y en la frente y me acariciaba. Por la mañana fue difícil levantarse de la cama; yo estaba muerta por la noche anterior, y Enjolras tenía clase, por lo que no podía quedarse remoloneando. Insistió en que me quedara en la cama, pero quise desayunar con él.
Después de que se fuera, me sentía positiva con el día, e hice diversas actividades con el humor bien alto; como de costumbre visité a los niños, y a los Bennet, ya que Claude estaba organizando cosas para su boda y me venía pidiendo ayuda desde hacía ya un tiempo. Estuve ahí casi toda la mañana, y después volví a casa para escribir un par de cartas.
-Madame- Christine se me acercó un poco agitada mientras estaba escribiendo. Murmuré un "¿si?"- ¿tiene usted el periodo ahora mismo?
-No, ¿por qué?
-La sábana...- no necesitó seguir hablando para caer en la cuenta de que anoche debí de sangrar un poco, aunque yo ni me había fijado. Tuve que inventarme que a veces sangraba irregularmente, porque se preocupó seriamente de que hubiera tenido un aborto. Decidió creerme, y no se habló de eso más.
Esa noche había reunión en el Corinto, por lo que me tocaba quedarme en casa aburrida hasta que Enjolras llegara a las tantas. Debatí si prefería quedarme despierta esperándole o si quería irme a dormir. Me metí en la cama con un libro y la compañía de Patria, que después de un rato en el que no le presté mucha atención que digamos, se fue a no sé dónde. Quería dormirme, pero echaba de menos el cuerpo de Enjolras a mi lado, y los recuerdos de la noche anterior me invadieron, adormeciéndome, y cuando ya estaba casi dormida, escuché unos pasos que intentaban ser cuidadosos y sentí un beso en la frente.
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MADEMOISELLE ELIZABETH || Les Miserables
FanficEn un viaje a París, Elizabeth cruza una puerta que la llevará al pasado, en tiempos de revueltas y alzamientos contra el rey. Pondrá en uso sus conocimientos sobre el pasado que ahora es su presente, y el futuro que ahora era su pasado. También con...