Los sonidos de los autos en la calle principal eran estrépitos y aunque ya tenía que levantarme madrugar eran de esas cosas a la que nunca me había acostumbrado.
A pesar de que vivir en el centro de La Capital era un caos ya que desde las primeras horas en la mañana se podía sentir el trajín de las personas apresuradas para irse a trabajar y hacer las actividades diarias me resultaba algo acogedor aquella sensación.«¡Levántate Anna!» Pensé. La alarma llevaba dos minutos sonando, vi la hora y eran las 7:02 am. «¡Cinco minutos más por favor!» Le supliqué al reloj. Y de pronto sonó mi celular, lo miré de reojo y pude ver que la persona que llamaba era papá.
Estiré mi mano hasta el velador, con las sábanas aún enredadas.
—Aló. — Respondí con mi voz ronca de las mañanas.
— Quería asegurarme de que estuvieras puntual en tu primer día. — Sostuvo, con tan solo escucharlo podía jurar que tenía una inmensa sonrisa en su rostro.
— Pues me conoces, porque estaba a punto de postergar la alarma. — Respondí. — No quiero levantarme aún papá, es difícil madrugar, pero es aún más difícil si el clima provoca que quieras quedarte todo el día en cama. — Agregué mientras cubría mi rostro con la manta.
—Te dije que no ordenaras el departamento hasta tarde Anna, eres terca igual que tu madre. — Dijo, probablemente ahora mismo estaba con el televisor encendido, viendo el noticiero de las mañanas, como era su rutina.
— Creo que la terquedad la heredé de ti papá, pero aun así debía ordenar tarde o temprano, era eso o las cajas de mudanzas me despertarían en la noche y me asfixiarían, eran demasiadas. — Dije. —No quiero ponerme muy sentimental, pero a esta hora el olor a café inundaba toda la casa. ¿Es normal que ya estoy extrañando eso? — Comenté, di una ojeada por afuera de la sabana, con mis ojos entrecerrados porque se cegaron por la luz que provenía de la ventana.
— Es normal hija, yo en cambio extraño el delicioso sabor de cuando hervías agua. — Bromeó, haciendo mofa de mis escasas habilidades culinarias. — Tu madre aún está dormida, ayer se quedó en vela, ella lo niega, pero sé que el hecho de que estés sola, le aterra.
No hubo un solo día desde que era un hecho de que vendría a vivir a La Capital en que mamá no me haya preguntado una y otra vez si estaba segura de esto. Y mi respuesta inmediata era siempre sí.
Papá era extrovertido y amante de los autos antiguos, arriesgado y aventurero, amaba acampar con mis hermanos hasta que un día todos regresaron con el rostro hinchado por picaduras de abejas, mamá era paciente, comprensiva, y quizás una de las mejores personas que existen en este planeta, amaba la jardinería y las orquídeas eran su delirio, siempre tenía una sonrisa en su rostro y cuando se molestaba no duraba mucho con su ceño fruncido, incluso podría decir que hasta el momento no tengo ni un solo recuerdo de alguna discusión que haya tenido con papá. Pero por primera vez presenciamos su talón de Aquiles, algo que realmente le ha afectado, soltar a su única niña para que se pueda desenvolver sola en la vida, o para ser más específica en la ciudad más grande del país, La Capital. Nunca dejó de decirme lo orgullosa que se sentía de mí, pero era imposible no percatarse que en sus ojos vivía cierto miedo.—Está bien Gordon Ramsay me empezaré a arreglar, dale un abrazo a mamá de mi parte cuando despierte. — Dije, y agarré fuerzas para destaparme y alejarme de la comodidad de mi cama. Definitivamente no fue una buena idea dormirme a las tres de la mañana.
—Mucha suerte hija, te quiero. - respondió.
—Te quiero.Fui directamente al baño, el piso estaba frío y al ver efímeramente por la ventana, el sol estaba radiante, pero al mismo tiempo había unas nubes grises que hacía que el cielo se vea un poco melancólico. Todavía no podía creer que estaba a punto de entrar a la universidad, aunque no fue una tarea fácil convencer a mis padres; de niña siempre soñaba con mudarme a La Capital y poder visitar cada museo, cada atracción turística de la ciudad. Así que esto era como un sueño, pero que me aceptaran en la universidad más prestigiosa del país con una beca completa era algo que sinceramente sobrepasaba todas mis expectativas.
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Amarte duele...
RomanceAnna es una chica común. Vive en Santa Val un pequeño pueblo del país Marcella. Ella y su familia eran de clase media y tenían una vida tranquila. Todo cambio para Anna cuando obtuvo una beca para asistir a una de las Universidades mas prestigio...