Capitulo 23

31 6 0
                                    

La ceremonia para Andrew fue realmente conmovedora. No fui la única a la que se le escaparon unas cuantas lágrimas. Sus padres estuvieron ahí presentes y es evidente que siguen aún destruidos por su pérdida. La pérdida de su único hijo.

Ian ha estado un poco distante estos últimos días. Ha estado muy ocupado en su campaña que ya estaba planeada, pero ahora la debía llevar  acabo. Y a pesar de que sigue siendo igual de cariñoso conmigo sé qué hay algo. Trato de no presionarlo preguntándole que le está pasando, sé que está teniendo presión por los últimos dos acontecimientos que ha pasado en la universidad, pero no puedo negar qué hay muchas dudas que están floreciendo nuevamente.
Las vacaciones fue un respiro para todo. Aunque me seguía sintiendo agradecida y dichosa de estudiar en una Universidad tan prestigiosa, era agobiante sobrellevar las muchas tensiones sociales creadas por los propios estudiantes, incluso también por algunos maestros. Ser becada era algo que a muchos no les importaba, pero mientras tanto a otros les importaba tanto que repudiaban  tener incluso algún cambio de palabras con alguien que lo fuera. Una jerarquía en donde los que eran becados como yo, estábamos prácticamente en el piso, tratando con mucho esfuerzo de construir nuestro futuro con las limitaciones de nuestra clase. Era estresante, y  más aún soportar las muchas críticas, comentarios o explicaciones justificando el hecho de que Ian esté con "alguien como yo". Ni a Ian ni a mi nos importaba, pero llegaba a un punto en donde era atosigante escucharlos.
Al llegar a mi departamento saqué de la refrigeradora uno de los raviolis de mamá. Esa iba a ser mi cena.
A pesar que ha pasado una semana desde que me regrese a la Capital, los extrañaba demasiado. Ellos quedaron encantados con Ian y viceversa.
El sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos negativos sobre la actitud impropia de Ian conmigo.
Era Ema con Kaleb.
Llegaron con pizza y cervezas. Me olvidé por completo del plan de "viernes en la noche" que teníamos.
—No me digas que lo olvidaste. — Dijo Ema, entrando a mi departamento con las pizzas.
—Por su cara parece que sí. — Agregó Kaleb.
Ema estaba levemente  bronceada, mientras que Kaleb parecía que se había puesto todo la botella de bronceador encima,  y a decir verdad le sentaba muy bien.
—Perdónenme. Es solo que he tenido tantas cosas, lo olvidé por completo.
–Descuida Anni, te comprendo, si yo tuviera el mismo profesor de Filantropía estuviera aun peor. —Agregó Ema. Sabía que estos días filantropía estaba resultándome difícil.
— ¿Vendrá Ian? — Preguntó Kaleb mientras buscaba en internet una Lista de reproducción de música que nos haga sentir en ambiente.
—No me ha respondido, desde la tarde. — Contesté.
—La última vez que lo vi estaba con Alan e Irina. — Dijo Ema. Se acomodó la bufanda negra que llevaba alrededor de su cuello. —No parecía muy feliz. Tenía la cara que ponía antes de conocerte.
— ¿De malhumorado? — Agregó Kaleb. Sonrió y al ver mi expresión de preocupación La quitó rápidamente.
¿Con Alan e Irina? El hecho de que hable con Irina  me molestaba lo suficiente para incluso hacerme sentir celosa pero con Alan. ¡Alan! Solo con pensarlo me hacía revolver el estómago.
«Quizás solo sea por la campañas» Me dije a mi misma.
Le envié otro mensaje para saber si estaba  bien. A pesar que sabía que no era necesario simplemente quería asegurarme.
—Escuché que Tyler Tom despertó pero que no recuerda nada. —Agregó Kaleb, mientras destapaba unas cervezas para Em y para mí. Se llevó un pedazo de pizza con champiñones a la boca.
— ¿QUÉ? — Resoplamos alarmadas Ema y yo al mismo tiempo. Reaccionamos de tal manera que parecía actuado. Ambas nos acercamos a Kaleb para escucharlo mejor.
— ¡Vamos Anna! ¿Cómo es posible? Tu novio es el presidente del consejo, tú ya deberías saberlo, es más, pensaba que ya lo sabían. — me sentí frustrada al recordar que Ian ha evadido el tema, aunque sé que lo hace porque quiere evitar que me sienta más molesta aún.
—Escúpelo, cuéntalo todo. — Dijo Ema.
—Él despertó el día de ayer, y no recuerda nada. Un amigo de Cindy nos contó que lo transfirieron a otra Universidad. Estoy muy seguro que compraron su silencio.
— ¿Pero cómo? ¿Por qué? — Pregunté. Seguía sin comprender. — ¿Alguien le hizo daño y el solo calla?
—Quizás no sea cualquier persona Anna, quizás el que le hizo daño es alguien poderoso. Quizás Tyler sabía algo, y quizás Andrew también. — Dijo Ema, pérdida en su comentario.
— ¿Algo? ¿Pero qué cosa? Y si supiera algo, algo malo que se lo cuente a la policía y ya. — Respondí.
—No lo sabemos Anni. Pueden ser muchas cosas. Yo creo en la idea de que es muy raro que simplemente se transfiera tan rápido a otra Universidad, ni siquiera debe estar totalmente recuperado. Es extraño.
—No es extraño, aquí nada es extraño Kaleb, lo sabes muy bien, hace años pasó algo muy parecido.
— ¿Que sucedió? — Pregunté confundida.
— Hubieron muchas personas que salieron de la secundaria y se transfirieron a otra. Fue extraño que de un momento a otro haya pasado eso, y nadie lo justificaba hasta que alguien habló.
—Lo recuerdo lo recuerdo. — Comentó Kaleb ensimismado— ¿Rasia verdad? ¿Rasia Mina?
— ¡Si! Ella mencionó que había alguien muy malo, haciéndole cosas muy malas. ¿Recuerdas que empezó a llegar con moretones en sus piernas y brazos? —Le preguntó Ema a Kaleb. El asintió. —Nadie le tomó asunto, ni siquiera el director. Nadie le creyó, ella nunca dijo nombres así que nadie Le prestó atención, se retiró a mitad del cuarto año y se mudó a otra ciudad.
Mi teléfono vibró y pude ver un mensaje de Ian.

«Estoy bien.
Disculpa, las campañas me tienen ocupado, estoy yendo ahora, llevaré más pizza
Te amo»

Bloqueé mi teléfono.

— ¿Eso pasó en el año en que Jason falleció en el accidente verdad? —Preguntó Kaleb, su tono esta vez fue triste. Como si tan solo con preguntar le dolía.
—Sí, Jason falleció unos meses después. — Respondió Ema su tono también fue cabizbajo.
—Jason fue como mi hermano. Era el hijo de la ama de llaves de mis padres. Mamá decidió dejarla como empleada de puertas adentro. Cuando llegó a casa Jason apenas tenía seis y yo tres años. Por lo tanto yo prácticamente crecí con él, y viceversa. Él al igual que su mamá eran considerados como parte de nuestra familia. Papá pagó su colegiatura y estudiaba en la misma secundaria que Ema y yo. Él fue uno de los más inteligentes de su clase, pero cuando recibió el premio al mejor estudiante papá le regaló un auto,  tres semanas después de aquello sufrió un accidente. Murió. Él tan solo tenía dieciséis años. — Mencionó Kaleb mirándome. Adivinando lo que le iba a preguntar. Ema lo abrazó y se sentó aún más cerca de él.
— Jason fue una de las mejores personas que he conocido. Tú y tu familia le dieron la vida que merecía Kaleb, por favor no revivas heridas que ya están cerradas. — Dijo Ema mientras seguía abrazada a él.
El timbre sonó.
Observe por la mirilla de la puerta y pude ver a Ian con su gabardina y una bufanda que le había obsequiado semanas atrás, llevaba guantes y sostenía una caja de pizza.
El clima en La Capital cada vez era más gélido. Ni siquiera los días más soleados podían apaciguar el viento glacial que recorría por toda la ciudad, y las noches cada vez eran más lóbregas, dejando a las calles un poco más solitarias.

Amarte duele...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora