Amarte duele...

Carta Capitulo 24

La Capital, 21 de Noviembre 2020.

¿Sabes? 

Aunque no lo creas, me has convertido en una persona más perspicaz. Por ti, pude entender que nadie es dueño del tiempo, que las cosas pasaran como el destino lo deseé. Los planes que uno tiene para su futuro, aquello que uno planifica con devoción solo sirve como guía para saber por dónde caminar, pero el resultado es incierto.
Así es la vida, impredecible, como una caja repleta de sorpresas, y aunque a veces está llena de momentos amargos, eso solo hace que apreciemos aún más los buenos momentos.
Con lo que pienso, no quiero darte la idea errónea que me quedaré con los brazos cruzados esperando que la vida me dé o me arrebate, esperando que la vida pase, simplemente ahora me he vuelto creyente de que si las cosas no resultan como lo proyecté, es porque vendrá algo mejor.
Y eso pasó.
Tu eres ese «algo mejor» que la vida me regaló.
Es más, considero que conmigo ella sobrepasó los límites de generosidad.
Esperar sin saber que te estaba esperando nunca ha valido tanto la pena. Podría esperarte muchos años más, una vida entera si fuese necesario, porque luego de tanto, la vida me recompensó contigo.
Y siéndote sincero nunca tuve intenciones de encontrarte.
Siempre pensé que conmigo era suficiente.
Y ahora que miro hacia atrás puedo darme cuenta que en el fondo, más que querer, necesitaba de alguien, pero como siempre por cuestiones de orgullo y arrogancia no lo quería aceptar.
Necesitaba de alguien que como garúa, me refresque aquellos sentimientos calcinados que yacían en mi interior.
Y lo que recibí fue una tormenta.
Una lluvia torrencial que de a poco fue regando mis esperanzas marchitas.
Mi vida entera era una sequía y llegaste como tormenta a revivirme.
Y aunque lo único que te ofrezco para que coseches es mi amor, quiero que tengas la plena seguridad de que es el amor más sincero que sentirás jamás.

Mi tormenta.
No me cansaré de escribirte.
Te amo.

Con amor.
Ian Camber.