Capitulo 20

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Ya casi llegaba a su fin esta semana de vacaciones, algo que me hacía sentir triste, pero hoy era el cumpleaños de mi madre así que era emocionante poder compartir su día especial todos juntos.
Esta semana ha sido fugaz, he sentido que el tiempo ha corrido tan rápido que apenas pienso que fue ayer que me subí al tren para venir hasta Santa Val.
Toda esta semana he ayudado a mamá con su huertero, lo hemos pintado y decorado y quedo hermoso, ella ha aprovechado esos momentos para preguntarme sobre Ian «Si te hace feliz es para ti.» decía y le brillaban los ojos cada vez que hablábamos de eso, sabía que estaba fascinada de que le tenga tanta confianza, aunque obviamente hay detalles que preferí guardármelos para mí.
También lo he ayudado en las tardes a papá con la ferretería. Me encantaba pasar la tarde con él, cuando el reloj marcaba las cuatro de la tarde nos hacíamos una taza de café y conversábamos de todo un poco, al contrario de mamá el trataba de evitar hablar de Ian, aunque a veces me hacía preguntas vagas sobre él, cambiaba el tema rápidamente, claro si no había clientes.
Ayudar a Sebastián con sus tareas también era algo que me fascinaba al final siempre terminamos jugando tres en raya en la última hoja de su cuaderno de apuntes.
Luego de lo que sucedió con Andrew, todos los estudiantes hemos recibido una llamada de los directivos para asistir el día martes en la mañana a un acto de despedida organizado por el consejo. Por lo tanto Ian estaba ocupado con los asuntos de la empresa y con organizar la ceremonia. No hemos hablado mucho estos días, solo un par de mensajes en la mañana y unos cuantos antes de dormir, no me molesta en absoluto, entiendo perfectamente que no tenga mucho tiempo, hace dos días recibí una carta de él que me hizo emocionar muchísimo, tanto que los ojos se me llenaron de unas cuantas lágrimas que las tuve que enjugar rápidamente para que mamá no me vea que tenía los ojos llorosos.
La carta era muy profunda y expresaba de manera clara sus sentimientos, el me ha dicho que no será la última que reciba, y que las conserve, y obviamente eso iba a hacer sin necesidad que me lo diga.
Salí con mis hermanos para comprar un pastel y cosas de cumpleaños para decorar nuestra pequeña sala.

—Yo ya tengo su obsequio. Le he comprado un par de pendientes. — Dijo Isaac, mientras ojeábamos el pasillo de dulces en el supermercado del pueblo.
— Yo le mande a hacer una pintura de una de las fotos que tiene con papá. — Dijo Gael mientas ponía en el carrito unos bombones de chocolate.
— Ambos regalos suenan estupendos. — Agregué. Y de repente entramos a la sección de licor. No podía negarlo, al entrar a la universidad se aumentó mi gusto secreto por el vino y los mojitos. Me acerqué a uno de los vinos y escogí uno que venía en una caja de madera. — Este nos vendrá bien.
— ¿Desde qué sales con un magnate te ha agarrado el gusto por el vino y por el champán? — Preguntó Gael mientras ojeaba también una botella de champán.
— ¿Cómo es él Anna? ¿Te trata bien? Si algún día te trata mal tienes que decírmelo, el hecho que sea rico no me detendrá para romperle la cara. —Agregó Isaac. Él siempre ha sido un hermano protector.
—El, él es increíble. —Balbucee. —Es un tanto difícil de tratar al principio pero cuando lo llegas a conocer es un gran hombre. — Dije enfocándome ahora en nuestra conversación, que al parecer tuvo en un efecto en mi rostro ya que Gael soltó una risa burlona.
— ¿Y por qué no lo has traído? — Preguntó Gael sin saber que en realidad hay una razón para no haberlo hecho.
—Como les dije, es un tanto difícil cuando recién lo conoces, no le digan a mis padres, es solo que tenía miedo de que algo resulte mal, no quería dañar el cumpleaños de mamá si es que llegábamos a pelear o algo. — Dije triste y al mismo tiempo sabía que sonaba como una tonta.
—Deberías tener la confianza suficiente como para decirle lo que te molesta o lo que te hace sentir insegura de su relación. — Respondió Isaac. Y su comentario fue muy acertado.
Ya comprados los ingredientes para la cena que iba a preparar pasamos por una pastelería y compramos un pastel de fresas y almendras, era el favorito de mamá. La receta que vi en internet de una pasta de pollo con vegetales al vapor era muy ambiciosa para mis escasas habilidades culinarias pero estaba dispuesta a aceptar el riesgo.
No he sabido nada de Ian desde ayer en la noche, realmente lo extrañaba pero al mismo tiempo me alegraba que se esté desenvolviendo tan bien en las actividades de la empresa.
Al llegar a casa ni mamá ni papá estaban, como regalo de cumpleaños papá le obsequió a mamá un día en el único spa que había en el pueblo, así que básicamente su día se basaría en masajes, manicura y cabello.
Mientras condimentaba la pasta con las distintas especias, papá llegó del trabajo.

Amarte duele...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora