8. Jesús

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La puerta cerrándose hizo que me despertara asustada.

Había estado leyendo en la sala esperando que llegara pero al final no había podido evitar dormirme.

- Espera cariño, no te levantes. Ya te cargo yo hasta la cama. Sigue durmiendo mi vida.

- Jesús, tenemos que hablar.

- Hablamos mañana por la mañana. Estoy muy cansado y por lo que veo tú también.

Asentí porque la verdad no tenía muchas energías en ese momento y él me cogió en brazos para llevarme hasta nuestra cama. En cuanto sentí el colchón caí rendida.

***

El sonido de voces y risas me despertó.

Abrigándome con una bata, ya que cada vez hacía más frío, me dirigí a la cocina donde se encontraban mis dos amores.

- ¡Mamá, hasta al fin que apareces!

- Sí ________. Cada día duermes más, ¿te encuentras mal?

- ¿Me has preparado el desayuno tú solito, Josh? - Cambié de tema.

- ¡Sí! - Sonrió orgulloso. - Papi me ha supervisado.

Reí al oír cómo pronunció la última palabra. Mi pequeño era muy listo para su edad y usaba muchas, como él las llamaba, "palabras difíciles de mayores".

Noté la mirada de Jesús y yo le miré diciendo que hablaríamos más tarde.

Hice como que comía para no hacer sentir mal a mi bebé pero prácticamente no probé bocado. Tenía demasiadas náuseas como para comer algo.

Jesús fue a llevar a Josh con el chico que daba clases a los niños y yo aproveché para ducharme.

Al salir vi a mi marido recostado en la cama leyendo quien al oírme entrar levantó la vista y me sonrió. 

- Eres preciosa.

Sentí como mis piernas flaqueaban y me senté en el tocador, que él mismo me había construido, para no caer al suelo.

Él se puso detrás mía y a través del espejo pude ver cómo cogía el peine y me empezaba a desenredar el cabello.

Dios. Lo amaba muchísimo.

Y ante ese pensamiento recordé la conversación que teníamos pendiente.

- Tenemos que hablar. - Él buscó mis ojos en el espejo y asintió. - No me gusta que salgas siempre tú a por provisiones. Es peligroso.

- Nena, ya hemos hablado de eso. - Suspiró.

- Jesús, te puede pasar cualquier cosa allá afuera. ¿Y si un día ya no vuelves? Yo no lo soportaría.

Empecé a llorar al imaginarme que algo así le pasara.

- Ey. - Me dio la vuelta y secó mis lágrimas mientras me miraba con sus profundos ojos azules. - No me va a pasar nada. Y de ser así tú y Josh saldríais adelante. Eres la mujer más fuerte que he conocido en mi vida ________.

- No quiero que te pase nada. Prométeme que saldrás menos.

- Cariño...

- Por favor.

- Está bien.

Feliz besé sus labios.

***

Una arcada vino a mí y lo más rápida que pude me metí en el baño echando todo lo que tenía en el estómago.

Noté cómo mi marido me sujetaba el cabello y acariciaba la espalda.

The Walking Dead - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora