26. Kelly V

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- Pero es que no sé qué hacer. - Me quejé de forma dramática.

- Quédate con los dos.

- ¡Negan! No voy a tener dos novios.

- Bueno, yo tuve varias esposas a la vez y me fue bastante bien. - Rio.

Rodé los ojos y me crucé de brazos. - Tengo que decidir algo ya, Henry lleva una semana intentando pedirme salir.

- Mira, pequeña Grimes, si de verdad quisieras estar con él no estaríamos teniendo esta conversación.

- Es que no lo entiendo... Siempre he estado enamorada de él... Llevo soñando con nuestra boda desde pequeña.

- Hasta que apareció el otro chico.

- Hasta que apareció Kay. - Confirmé. - Pero para él solo soy un entretenimiento.

- ¿Se lo has preguntado?

- No hace falta. Solo nos besamos y ya. Con Henry tengo citas y paseamos de la mano.

- Entonces creo que de Kay solo te gusta cómo besa.

- No solo eso, me encanta como con todos es muy serio pero cuando estamos solos es muy dulce aunque él diga que no. También es una de las personas más valientes e inteligentes que conozco. Y es guapísimo.

- ¿Y Henry?

- Henry es mi mejor amigo. También es dulce, valiente, inteligente y guapo. Pero... No siento lo mismo que cuando estoy con Kay.

- Sigo opinando que podrías quedarte con los dos.

- ¡Negan!

- Está bien, pequeña. Deberías hablar con Kay y averiguar lo que siente. Si también le gustas perfecto, podéis casaros y tener muchos hijos, pero dentro de unos 35 años, aún eres muy joven. - Rodé los ojos. - Y si no, bueno, pues es un idiota y podrás pasar página.

- Sí, creo que voy a tener hablar con él. Muchas gracias.

- Ya sabes que el tío Negan está para lo que necesites. - Sonrió mientras me guiñaba de forma juguetona.

***

- ¿Qué apuesta has perdido para tener que ir vestida así? - Rodé los ojos ante su recibimiento y entré en su casa. - Hey, ¿no hay beso?

- Te acabas de burlar de mi ropa. - Hice un puchero y él rio.

- Sabes que lo digo de broma, amo como se ven los colores chillones en ti. 

Se acercó a mí pero le esquivé, haciendo que me persiguiera por toda la casa.

Acabamos tirados en el suelo de la cocina sin poder parar de reír, hasta que volvió a acercarse y moví la cara para que sus labios acabaran en mi mejilla.

- Tenemos que hablar.

- Uh, esas palabras nunca traen nada bueno. - Rio y empezó a besar mi mejilla.

- Kay para, me distraes.

- ¿Lo hago?

Rodé los ojos ante su sonrisa coqueta.

- Sabes que sí. Ahora, ¿podemos ir a algún sitio tranquilo donde poder mantener una conversación?

Asintió y se levantó para inmediatamente ayudarme a mí. De la mano nos llevó hasta su habitación donde cerró la puerta.

- Tú dirás.

Sus penetrantes ojos negros hicieron que perdiera la poca seguridad que tenía, así que para ganar un poco de tiempo me dirigí hacia la ventana.

The Walking Dead - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora