- Yo... no sé. - De forma nerviosa paseé mi vista por alrededor nuestra comprobando que nadie nos estaba viendo.
- Es fácil, di sí o no.
- Pero Henry...
- No tiene por qué saberlo. Además, no es como si estuvierais juntos, ¿no?
Lo medité durante unos segundos. Tenía razón, Henry y yo no éramos nada aún. Y solo íbamos a practicar cómo besarnos, no había nada malo en ello.
- Está bien. - Indecisa me acerqué dispuesta a llevar a cabo el beso pero él retrocedió un paso y rio.
- Aquí no. Yo te diré cuándo y dónde.
Y tras guiñarme un ojo me dejó sola.
***
- ¡Yo no voy! - Gritó mi adorable hermana desde el sofá inmediatamente después de que el timbre sonara.
Rodé los ojos y con pesadez me levanté para ir yo. Al pasar cerca de la ventana desde la que se veía la entrada de mi casa me entró el pánico y me quedé parada el el sitio.
Era Henry.
¿Vendría para hablar del "beso"?
Aunque quizás solo estaba siendo dramática y buscaba a mi madre.
- ¿________? - Se oyó que dijo, y volvió a tocar el timbre.
Vale sí, venía a por mí.
Con rapidez me escondí en un punto ciego.
- ¿Qué haces? - Preguntó Judith.
Le ignoré.
Aún no había besado al muchacho nuevo, no podía arriesgarme a que Henry se lanzara.
El cristal de la ventana de mi lado fue ligueramente golpeado llamándonos la atención a ambas.
- ¿Está tu hermana? - Preguntó a Judith.
Ella me miró interrogante y yo le gesticulé un "no" mientras negaba efusivamente con mi cabeza.
- Está fuera.
- ¿Y sabes cuándo va a volver?
Ella me volvió a mirar y yo me encogí de hombros.
- Ni idea, pero ya sabes cómo es ella.
- Está bien. ¿Le dirás que he venido y quiero verla?
- Sin problema.
En cuanto el chico se fue la mirada de mi hermana volvió a mí y yo lo tomé como una señal para huir.
- Me marcho. ¡Muchas gracias!
- ¡________! ¡Tienes muchas cosas que explicar!
Sentí sus pasos detrás y corrí hasta la puerta de la cocina. No paré hasta alejarme unas casas.
Tenía que buscar al chico, del cual por cierto aún no sabía el nombre, y resolver todo esto cuanto antes.
No podía esconderme eternamente de Henry.
Correteé escondiéndome entre paredes y árboles para que mi futuro marid.., digo, Henry no me viera y después de unas cuadras vi a la hermana del chico.
- ¡Hola! - Saludé muriéndome de nervios por dentro. - ¿Por casualidad sabes dónde está tu hermano?
Ella me sonrió de forma incómoda y se señaló la oreja.
Cerré los ojos ante lo despistada que era. Tenía tantas ganas de acabar con el asunto del beso que había olvidado que era sorda.
- ¿Tú... - Vocalicé exageradamente mientras le señalaba a ella y luego a mis ojos. - ...has visto a... - Hice una pausa al no saber cómo gesticular el resto, así que le volví a señalar a ella y luego hice un gesto de "pequeño" con los dedos. - ... tu hermano?
- Es sorda, no idiota. - La persona que más deseaba ver ahora mismo apareció. - Se lo podrías haber escrito, por mucho que chilles no te va a oír.
Miré con arrepentimiento a la chica, esperaba que no se lo hubiera tomado como una burla hacia ella.
- ¿Le puedes decir que lo siento? - Volví la mirada al chico y el rodó los ojos pero empezó a signar con su hermana.
Poco después la chica se despidió alegremente con la mano y nos dejó solos.
- ¿Y para qué querías saber dónde estaba? ¿Acaso no puedes vivir sin mí o qué? - Se burló.
Bufé ante su repentina prepotencia. - Hace tres días hicimos un trato y aún sigo esperando. - Hizo un gesto como para que continuara explicándome. - Ya sabes... el beso...
- Ahhh... eso... Es que ahora justo no puedo.
- Mira idiota... - Alzó las cejas.
- Te recuerdo que el favor te lo voy a hacer yo a ti, igual quieres usar otras palabras para hablarme.
Rodé los ojos ante su pedantería. - Llevo tres días huyendo de Henry, no lo voy a poder evitar más.
- ¿Y a mí me importa porque..?
- Prometiste ayudarme.
Suspiró con pesadez. - Está bien.
- ¡Genial! - Celebré dándole un corto abrazo en el que él permaneció estático. - ¿Está tu casa sola?
- Vaya ________, creía que solo querías que te enseñara a besar, no a...
- ¡No! - Interrumpí avergonzada. - Me refería a... No quiero que nadie nos vea, sería aún más humillante de lo que ya es.
- ¿Besarme es humillante? - Preguntó brusco.
- Pedir que me enseñen a besar lo es, así que espero que no se lo cuentes jamás a nadie. ¡Júralo!
Rodó los ojos. - Lo juro.
-Ahora tienes que hacer como que cierras tu boca con llave y la tiras. - Me miró como si estuviera loca pero me hizo caso. - Ahora con tus manos.
- ¿Qué?
- Tampoco se lo puedes signar a tu hermana.
- No entiendo en qué momento... - Murmuró para sí mismo. - Está bien, ya está. ¿Feliz?
- ¡Mucho! Aunque lo estaré más cuando nos besemos. ¡En marcha!
Él se quedó parado unos segundos pero al poco me alcanzó.
- En mi casa no nos molestarán. Magna y Yumiko salieron ayer a por suministros y Luke y mi hermana tardarán en volver.
- Genial. - Contesté sin saber qué más añadir.
Permanecimos en un incómodo silencio hasta que llegamos.
- ¿Quieres agua o leche?
- Así estoy bien, gracias. - Se quedó en silencio. - Bueenoo... ¿Vamos al sofá o a tu habitación?
Su piel era bastante oscura, pero casi podía jurar que se había sonrojado.
- El sofá mejor, así oiremos si alguien viene.
Asentí y me senté en él.
Con paso lento me imitó y volvimos a quedar en un incómodo silencio.
- ¿Y qué tengo que hacer?
- Siéntate encima mía, poniendo tus piernas a cada lado de mí. Estaremos más cómodamente.
Sonrojada le hice caso. La falda que llevaba se alzó un poco al colocarme en esa posición, pero él lo notó y bajó los bordes para que volviera a cubrirme la piel.
- Bien. - Hizo una pausa para tragar saliva. - Apoya tus manos en mis hombros. - Le hice caso y él colocó las suyas en mi cintura. - Ahora relájate.
Cerró los ojos y vi su cara acercarse a la mía.
Iba a pasar, pero antes necesitaba saber una cosa.
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The Walking Dead - One Shots
Hayran KurguOne Shots inspirados en la serie The Walking Dead Los One-Shots que se me salen de las manos los pongo en historias individuales: · Contigo [Daryl Dixon].