The Walking Dead - One Shots

13. Negan

Estaba claro que no se podía ser buena persona.

Pateé al caminante que por centímetros no me había arrancado la mano y clavé el machete a otro.

Desesperada eché un vistazo a mi alrededor y vi un contenedor metálico. 

Sin perder más tiempo fui hacia allí a base de empujar a los seres que me querían comer.

Jadeante me apoyé sobre la puerta que acababa de cerrar y que me separaba de mis depredadores.

- Vaya, vaya preciosa. Acabas de hacer toda esta situación mucho más interesante.

Oh no. 

Al abrir los ojos vi a mi enemigo número.

Cogí mi revolver y disparé en su dirección pero no salió ninguna bala y él empezó a reír.

- Te perdonaré solo porque estás buena.

- Aún te puedo matar con mis manos. - Decidida avancé unos pasos.

- Te han mordido. - Le miré sin entender. - Tienes sangre en el costado. 

Miré hacia donde estaban sus ojos dirigidos y vi que decía la verdad.

¿En qué maldito momento había pasado?

Me quité la camiseta sin importarme quedar en sujetador frente a él y retiré parte de la sangre con la misma.

- Es una bala. - Dije con alivio. 

Por un momento había pensado que moriría.

- Bien.

Conforme pasaban los segundos la adrenalina en mi cuerpo iba disminuyendo y cada vez era más consciente del dolor.

- ¿Sabes sacar balas?

- Sí. - Respondió con una sonrisa.

- ¿Me la puedes sacar? 

- ¿Qué ganaría yo a cambio?

- Que no me convirtiera y te mordiera.

- No te va a matar, solo a doler mucho.

- ¿Ahora eres doctor?

- Algo de medicina sé. No está en la zona de ningún órgano vital y no te sale demasiada sangre.

- Se me puede infectar.

- Mis hombre vendrán a por mí antes de que eso pase.

- Tienes demasiada fe en ellos, seguramente te han dado por muerto.

Rió. - ¿Y tú? ¿Te crees que tu querido Rick va a volver a por ti?

Desvié la mirada. - Espero que no lo hagan, sería un suicidio.

Me senté con dificultad apoyando mi espalda en la pared más cercana. Me estaba empezando a marear. 

***

- Esto está siendo aburrido de c*j*n*s. - Oí decir al hombre pero le ignoré. - Podríamos jugar a algo. - Seguí sin contestarle. - Veo veo. - Silencio. - Ahora tienes que decir "¿qué ves?".

 - Por la "s". - Interrumpí su charla. A ver si se quedaba un ratito callado intentando adivinar la palabra.

- ¿Sexy?

- Tiene que ser algo que se vea y yo no veo a nada sexy.

- En eso te equivocas. - Me miró pícaramente. - Yo veo a algo muuuuy sexy.