Me terminé de poner el rímel y cuando estuve satisfecha con el resultado marqué el número que ya me sabía de memoria.
- Pizza Planet, buenas noches, le atiende Margot.
- Buenas noches Margot, soy ________.
- Hola querida, ¿lo mismo de siempre?
- Sí, por favor.
- Genial, en un momento va Glenn para allá.
- Perfecto, muchas gracias.
Sí, ya me conocían en la pizzería.
Sí, pedía lo mismo todos los miércoles y sábados.
Sí, me arreglaba solo porque veía durante once segundos aproximadamente a Glenn.
Y sí, los tenía calculados.
Glenn era el chico más adorable que una pudiera imaginar. Sus padres eran coreanos y había vivido toda su vida en el mismo barrio que yo.
Para él solo era la chica que pedía pizza los miércoles y sábados pero yo estaba flechada.
Más de una vez se me había pasado por la cabeza la idea de pedirle el número o apuntárselo en un billete y dárselo de propina pero me moría de la vergüenza.
Aunque mi táctica de pedir comida para que él me la trajera solo estaba dando resultados en mi báscula y en mi economía. Cada día era más pobre aunque no me quejaba de las curvas extras que se me habían formado en los lugares indicados.
Me perfumé y esperé pacientemente espiando por la ventana a que llegara.
Cuando vi su motocicleta aparecer me di un último vistazo en el espejo asegurándome de que todo estuviese perfecto.
Por Dios, qué pena daba.
Sonó el timbre.
- ¿Quién? - Sabía quién era, pero quería hacerme la interesante.
- Pizza Planet.
Le abrí la puerta del patio y la de la entrada de mi casa.
En ese momento se escuchó mi tono de llamada y maldije.
Al leer el nombre en la pantalla rodé los ojos.
- ¿Sí?
- ________, te necesito.
- Jesús, si me das un minuto estoy 100% disponible para ti, pero ahora justo no puedo atender tu llamada.
- No hace falta, estoy aquí.
Colgó y yo miré confundida mi aparato.
Las puertas se abrieron y dos hombres salieron de ahí.
- ¿Y si no llego a estar en casa?
- Vamos, cariño, es sábado por la noche. Siempre estás en casa.
Enrojecí porque tenía razón y besé su mejilla de vuelta.
- Siento interrumpir. - Habló Glenn incómodo. - Aquí está tu pizza, ________.
Ay Dios. ¿Puedo ser más ridícula?
Iba a darle el dinero cuando Jesús me interrumpió. - Aquí tienes amigo, quédate con el cambio. - Le dio una sonrisa antes de girarse hacia mí. - Quítate la ropa.
Le di una sonrisa de disculpa al chico que nos miraba estupefacto y me despedí de él.
- ¿Puedes ser más disimulado? - Me encaré una vez la puerta estuvo cerrada. - Lo has dicho delante suya y posiblemente lo haya malpensado.
ESTÁS LEYENDO
The Walking Dead - One Shots
FanfictionOne Shots inspirados en la serie The Walking Dead Los One-Shots que se me salen de las manos los pongo en historias individuales: · Contigo [Daryl Dixon].