Capitulo 1

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En honor al padre de nuestro protagonista hoy comenzamos con la saga, felicidades a todos aquellos que son padres
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Stan salto encima de mi gritando y alegando demencia, mi pequeño hermano de tan solo doce años pesaba y me dejaba sin aire, pero sabía a que se debía su entusiasmo, todos los años, desde que cumplió los tres me hacía lo mismo y no podía recriminárselo, estaba tan absorto en mis pensamientos que, la presencia de mis padres me tomo por sorpresa.

- ¡Feliz cumpleaños hijo! - dijeron ambos al unísono.
- Gracias - sonríe al ver el pastel apartando a Stan de mi pecho, tirándolo a un lado de la cama - pero no era necesario.
- ¿Pero que dices Roland? - se quejó mi padre - hoy cumples tus dieciséis y por primera vez conocerás a tu lobo.
- Hablando de eso cariño, ¿ya te hablo? - preguntó curiosa mi madre a lo cual hice una mueca.
- No - susurre - no me ha hablado, ¿eso es normal? - hasta donde sabía todos los lobos en tu cumpleaños se hacen presentes desde que despiertas.
- Pues... - mi padre dudo un poco - debe de ser hijo - dijo encogiéndose de hombros - tú naciste a un minuto de las doce según nuestra cuenta, pero... quizá nos equivocamos - suspire, era cierto.
- No importa - sonríe de lado - aún así me transformare si no es hoy, será en la madrugada - quise reconfortarlos dado que mi comentario los había dejado preocupados.
- Mi hermano es raro - comentó Stan.
- Cierra el hocico, a ti nadie te pregunto - le advertí.
- Roland no pelees con tu hermano - suspire - esa no es forma de comportarse - me reprendió mi madre, con justa razón, yo era el mayor.
- Perdón mama - susurre.
- Ya vayan a vestirse que tenemos un largo viaje hasta Rochester - advirtió - el rey nos espera.

Mi hermana solo se reía mientras se colgaba de la falda de mi madre, ella era una niña muy tranquila a diferencia mía y de mi hermano, en poco tiempo cumpliría los ocho años.

Suspiré pero nadie objeto, sabía que mi deber como el próximo alfa de midnight era convivir con las criaturas de la oscuridad, aunque la verdad es que no tenía problemas, pero todas las semanas íbamos así que no era algo nuevo, cada que un lobo de la manada cumplía sus dieciséis tenía que ir para ser reconocido, pero el ritual oficial era a los veintiuno.

Me incorporé luego de que todos salieron de mi habitación y comencé a vestirme, me coloqué una camisa negra junto con unos pantalones de cuero negro, luego los zapatos para comenzar a arreglarme el cabello untándole gel en el mismo, la loción fue el toque final para salir de mi cuarto.

Como todos los años mis padres preparaban un desayuno especial, tanto para mi hermano Stan como para mi, mi hermana Zaira estaba en la mesa comiendo, ella con ocho años se creía invencible, pero si alguna vez necesitará mi ayuda haría lo que fuera por ella sin dudarlo, es la consentida de la familia.

La puerta sonó y yo me ofrecí a ir, al abrir la puerta me encontré con Naris, una gran sonrisa se extendió por mi rostro, ella al verme sonrío con felicidad mostrando su blanca dentadura y plantando un suave beso sobre mis labios.

- Felicidades amor - canturreo - hoy es un día especial futuro alfa.
- Si que lo es cariño - sonríe haciéndome a un lado - pasa.

Ambos entramos y cerré la puerta, mis padres saludaron a Naris como era costumbre siempre que llegaba de improvisto, lo bueno era que les agrada, la verdad es que quisiera que ella fuera mi mate, pero no lo sabré hasta tener a mi lobo, porque Naris cumplió sus dieciséis hace un par de meses.

Si ella no es mi mate creo que soy capaz de rechazar a cualquiera por ella, no cambia nada en nuestra relación, solo la intención de seguir juntos.

⚜️ Alfa de la Oscuridad 🌒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora