Capitulo 6

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Estaba al lado de Naris donde se encontraba el letrero con el nombre del mall, no habíamos quedado en un lugar en especial pero era la entrada principal y si llegaba debía entrar por aquí, si es que llevaba carro, dudaba mucho que Jenna Wolvar no tuviera uno.

- Creí que vendrías solo - reconocí su voz volteando a verla, aunque su olor no la había delatado, lo tenía cubierto.
- Lo deje a su elección - le hice frente, aunque sin querer la analice de manera rápida, no conocía su forma humana.
- Y su elección fue venir - sonrió negando - predecible.
- Suficiente - declare - a lo que venimos, yo...
- Un segundo - me interrumpió alzando un dedo - antes de que continúes, que te quede claro que si me rechazas tu manada está acabada.
- ¿Acaso es una amenaza? - pregunté irónico.
- Es una advertencia - sonrió de lado - mi padre no lo tomará bien - aclaró - dado que tendré que decirle lo ocurrido, para conseguir un alfa digno para la manada.
- Me arriesgaré - afirme - todo lobo está en su derecho de rechazar.
- Eso no te lo niego - sonrió de lado - adelante - dijo restándole importancia.

Por un momento dude y comencé a analizarla, Jenna era hermosa, debía admitirlo, tenía una cabellera rubia natural, ojos grandes y gris azulado con largas pestañas, aunque los ojos de su loba eran azules como el zafiro, sus labios tenían la forma de un corazón y a mi sorpresa estaban pintados con discreción, tenía una excelente figura y ni que decir de sus atributos, sin duda era una loba perfecta, ¿pero que diablos estoy pensando? Roland contrólate.

- ¿Y bien? - preguntó viendo su reloj - no tengo todo el día.
- Antes aclárame una cosa - dije con cautela - ¿porque la advertencia? - ella soltó una carcajada - pudiste haberme dejado terminar y acabar con esto.
- Lo estás pensando ¿cierto? - sonrio con satisfacción - te preocupa lo que mi padre pueda hacerle a tu manada.
- Jamás dejaría que se acercaran, solo pregunto - afirme.
- ¿Y quien lo evitaría? - alzó una ceja - ¿las criaturas de la oscuridad? - preguntó incrédula - no pueden meterse en asuntos internos de lobos, que datan desde los primeros lobos.
- ¿Los primero lobos? - bufé irónico - la regla del rechazo de manadas se dio a conocer hace trescientos años.
- Roland - la loba sonrió - nadie en su sano juicio sería tan tonto para rechazar un puesto en la manada americana - aclaró - por eso no es una regla abierta, son secretos de alfas - entrecerré la mirada fulminandola - por obvias razones.

En ese momento me di cuenta que Sitka tenía razón, si rechazaba a Jenna sería cometer traición, esa sería la perdición de mi manada y las criaturas de la oscuridad no podían meterse, era un asunto interno de lobos y conociendo a Sitka se vengaría, por haber rechazado su mate y no me dejaría usar su poder para defender a mi manada.

- Vámonos - le dije a Naris dandole la espalda a Jenna.
- Pero... Roland... - la tome del brazo y la comencé a jalar.
- Dije vámonos - repetí obligándola a no poner resistencia.
- Bien pero... - no pudo continuar cuando fue jalada por un tercero, un joven de piel bronceada, cabello chino y ojos color miel.
- Suéltala - exigí en mi tono autoritario de alfa.
- Ella es mía - afirmó el lobo frente a mi - aléjate de ella - me ordenó y yo solté un gruñido.
- Lobos - oí la voz de fastidio de Jenna - Brendan llévatela - ordenó y mi mirada recayó en ella.
- Disculpa, pero esa loba pertenece a mi manada - declare - no tienes ningún derecho - alzó una ceja.
- Bien Roland, tengo que recordarte, todas las manadas están bajo las órdenes de la manada Americana, así que si yo digo que se la lleve, se la puede llevar - sonrió con satisfacción - soy la estrella de la manada, no olvides eso - se dio la vuelta dándome la espalda.
- No - dije en un rugido tomándola del brazo sin respeto alguno, mi paciencia se había agotado - haz que la suelte - demande.
- ¿Y si no que? - me reto - te he dado bastante de mi tiempo Roland, no me provoques, porque no sabes de lo que soy capaz.
- Ni tú tampoco - la amenace y ella se rió.
- ¿De verdad? - alzó una ceja - bien entonces, contéstame algo, una simple pregunta y haré que la suelte.
- Pero Jenna - se quejó el lobo.
- Cállate Brendan - ordenó y después me miró a mi - una simple pregunta de si o no - me miró a los ojos y yo espere - ¿es ella tu prometida? - preguntó con una media sonrisa.
- ¿Que? - la sorpresa invadió mi rostro, ¿cómo lo sabía? Bien no importaba, el punto es que ahora debo responder - ¿de que diablos estás hablando? - se que no la saltara si le digo que si.

⚜️ Alfa de la Oscuridad 🌒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora