Capitulo 11

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Lo prometido es deuda, espero lo disfruten

El doctor salió de la casa tallándose los ojos, estaba cansado y se notaba en su mirada, nos había pedido espacio para revisar a mi hermana, pero por su rostro presiento que no trae buenas noticias, me acerqué lentamente a él esperando que comenzara, pero su mirada se posó en la mía e hizo una mueca negando con tristeza.

- Lo lamento Roland, no puedo hacer nada - suspiro - ni por ella ni por su cachorro - apreté la mandíbula viendo hacia otro lado, con los brazos cruzados.
- Puede retirarse doctor - declare sin querer desquitar mi molestia con él, nadie en la manada tenía la culpa de lo que a mi hermana le ocurría.

Mi madre lloraba a un costado de la cama de mi hermana, la condición de Zaira solo había empeorado, cada día estaba más débil, lo peor fue comenzar a enterarnos de varias cosas, entre ellas que Marco llevaba engañándola todo lo que iba del año, pero ella no dijo nada, sabía que en cuanto yo o Stan nos enteráramos la hubiéramos sacado de esa manada, sin más preguntas, además de todo, resultó que mi hermana esperaba un cachorro, uno el cual el doctor dijo que no sobreviviría.

Me acerqué a mi hermana ahora consiente, tomando su mano, a pesar de todo nunca pude reprenderla por no decir nada, estaba demasiado frágil y sentía que con el simple hecho de decirle que había cometido un error se rompería.

- Te prometo que mejoraras - susurre.
- No Roland - tosió llevando su mano a la boca - no mejorare.
- Zaira, no seas ridícula - intente sonreír - vas a estar bien, esto es solo algo temporal.
- Ojalá fuera así hermano - volvió a toser e hizo una mueca de dolor - pero ambos sabemos que no pasare la semana - medio sonrío - me alegra que estés aquí - miró a su alrededor - que todos estén.
- Jamás te dejaríamos sola enana - dijo Stan removiendo su cabello con cuidado.
- Necesitas descansar - dije - veras que en un rato te sientes mejor.

Ella sonrió tomando nuestras manos, besando cada una de ellas, poco rato después volvió a quedar dormida, gracias a todos los sedantes que amortiguaban su dolor, Stan suspiro y separó su mano de la suya volviéndose a mis padres, mientras yo lo único que podía hacer era ver a mi hermana.

No puedo darme por vencido tan rápido, mientras su corazón lata y siga respirando, aún hay esperanza.

- Deberíamos traer a una toroga  - dijo Stan - puede que tenga menos de la semana - me volví a verlo indignado y con furia.
- De ninguna manera - amenace - ella sobrevivirá.
- Roland - suspiró Stan - está muy débil, el doctor dijo que ni la sangre de vampiro es capaz de curarla - cerré los ojos - era nuestra última opción - apreté un poco la mano de mi hermana cerrando los ojos - debemos aceptar la realidad.
- Aún no hemos agotado todas las opciones - dije alzando mi vista a la ventana, estaba a punto de anochecer.
- Sitka no tiene ese poder Roland - intervino mi padre - solo agotaras sus fuerzas.
- No puedo quedarme de brazos cruzados, si es capaz de sanarme quizá lo haga con ella - tanto mi padre como mi hermano hicieron una mueca.
- Lo único que podría salvarla ahora es un milagro Roland - dijo mi hermano y mi madre se echó a llorar, un milagro.

"No es una buena idea", comentó Sitka "la diosa siempre que da una vida debe quitar otra" cerré los ojos.
"Por favor Sitka, es mi hermana" suspiró no muy convencido.
"Veré que puedo hacer" corto la conexión.
"Gracias" susurre antes de que se fuera.

Pasó el tiempo, los minutos se hicieron horas y aún no tenía noticias de Sitka, el sol estaba por salir, comencé a caminar en círculos, desesperado por una respuesta, aún no le decía nada a mi familia, no quería darles falsas esperanzas, pero si el sol salía tendría que esperar un día entero hasta la noche.

⚜️ Alfa de la Oscuridad 🌒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora