Capitulo 5

44 4 0
                                    

Habían pasado tres meses de lo sucedido, ignorando los deseos de Sitka y hablando con Naris quedamos en la fecha de nuestra boda, ella sabía que jamás aceptaría a mi luna y por el bien de la manada debía aceptar, ella me amaba, pero le preocupaba algún día encontrar a su mate, por lo cual evitamos hablar del tema, después de eso Sitka no me volvió a dirigir la palabra, con respecto a asuntos personales.

Estaba a una semana de casarme, de por fin conseguir lo que durante doce años desee, casarme con Naris, cuando mi loba entro a mi despacho llorando.

- ¿Naris? - rápidamente me incorporé acercándome y poniendo mi mano sobre su espalda - ¿que ocurre? - pregunté con cautela.
- Lo encontré - susurró - lo encontré Roland y... y tuve que rechazarlo - Naris comenzó a llorar más fuerte - se siente horrible Roland - se volteo y comenzó a llorar en mi pecho mientras yo la rodeaba con mis brazos y la abrazaba.
- Lo siento - susurre, era verdad odiaba verla así - no te obligaré a hacer algo que no quieras - suspire - puedes estar con él.
- No - susurró - no Roland, tú necesitas una luna para tu manada - se secó las lágrimas - estaré bien - hice una mueca.
- No quiero que hagas esto por compromiso, yo puedo buscar otra luna - insistí - ve con él - ella negó - ¿que te detiene? No lo hagas por mí.
- No puedo Roland es...
- De la manada americana - completo Jorah y lo mire irónico - un delta para ser precisos - miró a Naris con pena - vino a traer esto - me entregó un papel.
- Maldita sea - susurre, dejando el papel a un lado - Naris cuanto lo siento - susurre.
- Le dije que... nuestros ideales eran diferentes y que él jamás aceptaría los míos, ni yo los suyos - tomó aire viéndome a la cara - y él me respondió que sí lo rechazaba por esas san... sanguijuelas - suspiro - no valía la pena, no lo pensé dos veces y lo hice - susurró bajando la mirada.
- Es un idiota - vocifere entre dientes - descuida, prometo que te haré feliz - acomode su cabello con ternura detrás de su oreja para ver su hermoso rostro - no importa nada más - sonríe besando su frente.
- Se que esto está mal pero - cerró los ojos - a pesar de no ser mi mate te amo Roland.
- También yo Naris - sonríe besando sus labios.

Luego de eso logre que se calmara y olvidara sus problemas, cuando la noche llego fue el problema, Sitka no me hablaba, pero sentía su presencia, sus comentarios no se hicieron esperar en cuanto vio lo que ocurrió con Naris.

"Incluso su mate es de la manada americana" suspire.
"Creí que ya no me hablabas" fue lo único que conteste, no estaba de humor.
"Estás cometiendo un error y si el alfa llega a enterarse pondrás en riesgo a toda tu manada" declaró.
"No hemos cometido ninguna falta de las antiguas leyes, además...".
"Las antiguas leyes implican no rechazar a un lobo de las cinco manadas" me informó "así que..." bufé.
"Estás equivocado" declare "esa pertenece a las nuevas leyes, después de que el alfa asiático rechazo a su mate y por consiguiente fue una loba blanca, para tu información yo no soy un lobo negro, así que puedo rechazar a mi mate".
"No Roland, esa regla se implementó en las otras cuatro manadas después de lo sucedido, pero en la manada americana está penado" entrecerré la mirada "checalo si quieres y veras que tengo razón".
"De ser así" suspire "Reg no me hubiera apoyado" aclare y Sitka puso los ojos en blanco.
"Si llegaras a tener cachorros con Naris serían considerados bastardos" declaró "dudo quieras eso" suspiro "la manada americana jamás los reconocerá y por lo tanto jamás podrán ser alfas".
"Ellos no deciden eso" afirme.
"¿Crees que no?" Pregunto incrédulo, "aunque ellos no asistan dan su aprobación, por lo que se un representante de la manada americana vino en el nacimiento de tu hermano para reconocerlo, ¿o me equivoco?" Me quede pensando "no tienes opción Roland, que vengan solo representantes no quiere decir que no informen a los..." se quedo callado por un momento "maldición" susurró.
"¿Que?" Pregunte irónico.
"No has visto que dice la carta" susurró "y... si uno de los lobos deltas de la manada declara que su mate lo rechazó, el alfa vendrá" abrí los ojos de par a par y me incorporé del sofá para ir a mi despacho.

La carta seguía ahí, al abrirla me encontré con la letra de una caligrafía perfecta, el olor que desprendía dejaba en claro quién la había escrito, me senté en mi escritorio y comencé a leer.

Roland:

No se que es lo que pretendes, pero te aseguro una cosa, tarde o temprano tendrás que venir, ya sea para rechazarme o para quedarte, depende solo de ti, ya han pasado tres meses ¿cuanto más piensas esperar? Te doy una semana para que vengas o le diré a mi padre y créeme cuando te digo que eso es lo peor que te podría pasar.

Jenna Wolvar.

Ahora esto se complicaba, pensé por un momento, casarme y luego ir a rechazarla, mi boda de igualmente era en una semana, pero retar a los Wolvar era un arma de doble filo.

No podía permitir que arruinara mi boda si llegaba a enterarse de ella, Sitka tenía razón, un representante de la manada Americana debía venir para hacerlo oficial.

"Te lo dije" se regodeó Sitka.
"Mañana en la mañana iré" asegure y mi lobo bufo.
"Te retaría a que lo hicieras en la noche" comentó irritado "pero quiero ver que tiene planeado la loba" bufé.
"¿Que podría tener?" Pregunte irónico tomando el teléfono y buscando su numero "solo quiero acabar con esto de una buena vez" al encontrarlo comencé a marcar.

- ¿Diga? - contesto de manera rápida.
- Te veo mañana al medio día en el quiosco de Liverpool, en territorio neutral - informe sin rodeos.
- Creo que no - declaró - ya te había dicho, quieras hacer lo que quieras será dentro de mi manada - cerré mis manos en un puño.
- Mira no confío en ti, así que no pienso entrar en tu manada - ella soltó una carcajada.
- ¿Y acaso crees que yo confío en ti? - preguntó irónica.
- Te estoy ofreciendo encontrarnos en territorio neutral, no en tu manada ni en la mía, si quieres cambia el lugar, pero que no sea dentro de la manada americana - insistí.
- Bien - suspiro - en todo caso te veo en el mall cercano a la manada, por el territorio de los cazadores - apreté la mandíbula, pero era mejor que ir a su manada - ¿de acuerdo? - preguntó.
- Bien, te veré ahí - afirme.
- Roland - me llamó antes de colgar - lleva a tu amiga, mi delta ha quedado mal con su rechazo - entrecerré la mirada.
- No me interesa - le informe - iré solo y espero tu hagas lo mismo - bufo de manera incrédula
- Nunca prometí tal cosa - dijo para después colgar.

Cerré los puños con algo de frustración, dirigiéndome al cuarto, le comenté a Naris lo que haría mañana y a pesar de mis insistencia, no pude disuadirla de ir, no tenía secretos con ella y no empezaría ahora, si le comenté que Jenna quería que ella fuera a causa de su delta ella no se negó a su petición, solo esperaba que esto saliera bien.

Sitka por su parte se regodeaba con la situación en sus manos, era claro que para un lobo con tanto poder, estaba a expensas de mi en las mañanas, esta acción podía beneficiarlo o perjudicarlo, pero su seguridad ante las intenciones de su mate fueron las que lo llevaron a dejarse llevar por la corriente.

No se que hice mal para merecer este destino, pero quiero acabar con esto, aunque probablemente Jenna no jugué limpio, yo no necesito de ayuda para vencer a varios lobos, por mucho que Sitka quiera a su mate no se dejará mangonear por cualquiera.

La única que hasta ahora podría atacarme y salir ilesa en el asunto, es Jenna Wolvar.

⚜️ Alfa de la Oscuridad 🌒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora