Treinta y nueve.

451 22 2
                                    

Corrimos hasta integrarnos en la gran masa de gente que abundaba las calles de Nueva York, pero no encontrábamos a nuestros amigos. Normal, hay tanta gente que no me veo ni los pies si miro hacia abajo.

—¿Te parece que nos demos por perdidos? —pregunta con mi sonrisa preferida y algo de picardía en sus palabras.

—Qué romántico —digo rodando los ojos sin poder evitar reirme—, ¿cómo puede ser que sea yo la que va a comprar el móvil y ellos se adelanten? Ni siquiera saben dónde lo quería comprar —pongo un puchero.

—¿Qué más da la tienda? Lo que importa es el móvil —dice llevándose una mano a la cabeza como si dijera "eres tan complicada", lo cuál me hace reír.

Su móvil empieza a sonar pero él parece que no lo escucha. También es normal, aquí hay tanta gente que creo que hay una docena más de gente a la que también le está sonando el móvil.

—¡Nash! ¡Tu móvil!

—¡Ah! Voy —dice sacando su móvil del bolsillo de sus jeans rotos y tira de mi con su otra mano dentro del edificio de Ally una vez más. Mejor, porque a fuera me agobio.

Él pone el móvil en manos libres y caminamos hasta un sillón que hay al lado del pequeño cuarto de lavandería que usa todo el edificio, aunque este es más pequeño que el nuestro pero los pisos son más grandes y tranquilos. Escuchamos atentamente el sermón de Belén pero Nash se ríe solo de escucharla. No puedo evitar sentir un poco de celos de ella ahora mismo, pero lo saco de mi mente y continúo escuchando.

—¡No os riáis! ¿Se puede saber dónde estáis? —continúa ella con seriedad pero a la vez felicidad en su tono de voz.

—El pinchito de reconciliación —oigo por ahí a Cameron y se empiezan a escuchar risas tanto por el teléfono de Nash como por nuestra parte.

—¡Eh! —finjo ofenderme.

De repente veo a una figura conocida entrando al portal. 

Es Sarah.

Madre mía, ¿hacía cuánto tiempo que no la veía? Me giro descaradamente para mirar a Nash, el cuál estaba al lado contrario por el que aparecía Sarah y le envío una mirada preocupada. Él la ve y cuelga el teléfono.

Por inercia, y, más que todo, curiosidad, me giro para verla y nuestras miradas se cruzan. Me mira conaires de insuficiencia hasta que uno de los ascensores del edificio se abre y ella pasa dentro.

—¿Qué hace ella aquí? —pregunta confuso Nash.

—No lo sé... —respondo encogiéndome de hombros pero aliviada—. A lo mejor va a ver a Ally —se me ocurre.

Por alguna razón, seguimos aquí sentados hasta que vemos otra vez salir del ascesor a Sarah. Definitivamente ella vino aquí a ver a Ally y, como ella no está, se ha dado por vencida en vez de esperarla dentro, cosa de la que me siento aliviada, ya que habría sido bastante incómodo.

—Tienes razón —dice él—. Vámonos de aquí.

Al salir del bloque nos encontramos a nuestro grupo caminando hasta donde estábamos.

—¿Habéis visto a Sarah? —pregunto yo.

—¿A Sarah? —dice Samantha.

—Sí, creo que ha venido a visitarte, Ally —dice Nash.

—¿A mi para qué? —pregunta confusa.

—No lo sé, es tan poco predecible esa mujer... la cuestión es que venía vestida muy... muy elegante —digo pensando en lo que llevaba puesto. Ella vestía un vestido rojo por lo poco que dejaba ver su gabardina beige y unos tacones altos de punta negros charola.

—Ah... —Ally y Belén se dieron una mirada cómplice que ninguno entendió.

Decidimos caminar hacia una tienda electrónica que al parecer se encontraba en la esquina de la calle donde vivía Allison, ¿cómo ha sido posible que no la hayamos visto Nash y yo?

Encuentro entre toda la pila de móviles con sus papeles con las características mi iPhone 6 y observo lo maravilloso que es.

—Lo quiero  —digo poseida señalando el iphone al del mostrador. Este se ríe y se mete en el almacén supongo que para buscarme uno.

—Vaya formas de pedir un móvil —dice riéndose Nash.

—Por cierto —digo dirigiendo mi mirada hacia Belén—, ¿ha vuelto en algún momento Sarah a vuestro apartamento?

Ella entrecierra los ojos y corre hasta detrás de su oreja un cabello fino rojo de su recién planchado pelo. Nunca le había visto con el pelo liso, pero le queda genial.

—No, ni siquiera ha vuelto a por sus cosas. Su habitación sigue intacta desde que la abandonó —responde al fin.

Sarah se marchó del piso que tenía con Belén el mismo día en que Nash me dijo que había cortado con ella. La cuestión esque se había ido sola, sin maleta ni un bolso ni monedero nada, con la primera ropa que llevaba puesta y de repente aparece hoy con un conjunto de lo más caro y elegante. Así que nada puede decirme ahora que no hay gato encerrado. Y ¿para qué querría visitar a Allison? Ya no son amigas, por lo que tengo entendido. O a lo mejor no venía a por Ally y esque tiene amigos en el bloqueo algo. Esta chica es un misterio, definitivamente.

—Aquí tiene, señorita —me brinda una sonrisa agradable el chico de la gorra que me atiende y me da unos papeles para firmar y el móvil en mis manos.

Una vez pagado completamente con un contrato de pago, salimos de la tienda para encontrarnos sin nada que hacer.

—Es hora de comer, nos vemos mañana chicos —dice Allison tirando del brazo de Belén.

Algo traman -aparece hablando mi subconsciente.

Pues sí, ni duda cabe, más que nada porque la casa de Allison es la dirección por la que están yendo pero la de Belén es en el otro sentido.

—¿Qué les pasa? —pregunta Cameron.

—La verdad, no tengo ni idea —digo observándolas marchar mientras hablaban algo tensamente.

Ally se gira hasta encontrarse con mis ojos y me da una sonrisa rara, como con una piza de preocupación y una pizca de nerviosismo.

—¿Comemos? —pregunto girándo la cabeza a nuestro pequeño grupo entusiasmada por pasar un poco más de tiempo con Nash.

Él me sonríe y pasa su brazo por mi espalda hasta unirme a él poniéndonos delante de Cam y Samantha, la cuál intentaba no acercarse mucho a Cameron...

—No creo que sea buena idea —dice Sammy.

Suspiro, pero la entiendo, quiero decir, entiendo su situación.

—Nos vemos —dice Nash posando sus labios en los míos pillándome desprevenida y yo sonrío en su beso.

—Vaya, vaya —se ríe Cameron. Creo que a él no le importa tanto sus situación con Samantha como a ella.

—Hablamos, chicos —digo abrazando a Cam y saludándoles con la mano antes de darnos la vuelta a nuestro apartamento. Ellos se quedarían a comer en el mcdonald's.

***********************************************

Ay ay ay, qué estará pasando ahora mismo... Sarah ha vuelto a aparecer, sí yo también la odio pero he tenido una idea hahaha dios que mala soy... pero al menos teneis a Nashley juntos.

Estoy ansiosa por seguir escribiendo omg.

Por ciertoooooooooooo: me han dado ganas de dedicar capítulos bc lo hace mucha gente y yo también quiero hahah asíque comentadme si queréis que os dedique el próximo y yo lo haré jiji 

Asíque nada más chiquis, nos vemos en el próximo capiiiii.

-Mandy.

More Than A Travel (Nash Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora