Cinco.

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Salimos del Mcdonald's tan contentas que parece que no me he dado cuenta de la gran cantidad de luces que hay repartidas por todos los edificios.

—Es maravilloso —digo embobada.

—Desde luego —me responde Sammy.

...

—¡ASH! ¿Dónde ponemos la ropa para lavar? —grita desde su habitación Samantha.

—¿Desde cuándo te levantas tan pronto? —pregunto una vez la veo entrar en mi habitación.

—Maldita vaga, ¿todavía durmiendo?

—¿Hay algo mejor que hacer? —sonrío hasta que veo cómo la cabrona de Samantha me quita el edredon de encima —¡QUÉ FRÍOOOOO!

—Son las once de la mañana, perra.

Me vibra el móvil y lo cojo lo más rápido que puedo.

—¡Calla, que Nash ha tuiteado!

Lo leo y no me lo creo: @Nashgrier: time to shop this afternoon!

—¿EN SERIO? —pregunta Sammy al leer conmigo el tweet.

—Mejor no me emociono, aquí hay muchas tiendas y centros comerciales —digo desilusionada.

—Tienes razón, hay que disfrutar hoy, vamos a hacer las primeras amigas en la ciudad, ¿no es genial? —grita saltando en mi cama.

—Sí, lo es —digo haciendo lo que ella —. Hostias —paro de saltar y cojo otra vez mi móvil —. Ayer no llamé a mi madre, me va a matar.

—Ni yo a la mía, a mi me va a degollar.

—Hasta que te dignas a llamar, pensé que te había pasado algo, cielo —me responde al coger el teléfono.

—Lo siento mamá, ayer fue un día muy ajetreado pero me lo pasé superbien, el apartamento es más bonito que en las fotos y hoy hemos quedado con unas amigas para ir al centro comercial —digo ilusionada.

—Espero que te lo pases muy bien, y ya sabes, a buscar trabajo que el dinero que te he dado no te va a durar toda la vida.

—Sé sincera, ¿cuánto crees que me va a durar? —la pregunto, ella en sus pensamientos incluye todo lo que yo llamo "necesidades" que no necesito para nada sino que quiero.

—Te he dado bastante, pero con todas tus "necesidades" —dice con tono cambiado —, no creo que te dure más de tres meses, asíque ya sabes.

Joder, tres meses y a trabajar, como si esto no fueran vacaciones, bueno, en realidad no lo son, yo he venido para quedarme... pero lo bueno no dura toda la vida- decía mi subconsciente.

—Vale, mamá, te dejo que tengo que desayunar.

—Madre mía, y aquí son las cinco de la tarde. Ni se te ocurra llamarme a las seis de la tarde de Nueva York —dijo riendo y yo la imité.

—No, lo intentaré, mamá. Adiós.

Se despidió y colgué. He de decir que esta conversación con mi madre me ha costado menos de lo que imaginé que me costariía hablar español después de estar ya instalada aquí.

—¡El dinero me va a durar tres meses! —entro dando un portazo en la habitación de Samantha.

Ella me hace un gesto de que me callase. A los dos minutos cuelga y se tumba conmigo en su cama.

—A mi también me va a durar tres meses como mucho —suspira.

—¿Y qué vamos a hacer?

—Tía, pues buscar trabajo ¿no?

More Than A Travel (Nash Grier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora