—Corre, corre, ¡Quiero el asiento de la ventana! —le digo corriendo a Samantha, quien me seguía de cerca. Cualquiera diría que todavía tenemos 13 años, aunque supongo que tenemos la misma personalidad que hace 5 años, somos tan inmaduras que me río de nosotras, porque es divertido.
—¡Que soy paticorta! —decía ella detrás mía.
¡Sí! ¡Sí! ¡Tengo asiento de ventana! Es genial mirar el paisaje mientras vuelas por el cielo, es precioso. Observo cómo Sammy se sienta a mi lado o más bien se tumba en el asiento como si fuera un diván o incluso una cama.
—Tía, qué coño...—intento no reirme pero es imposible, esa postura es tan tentadora a reírse— si te ven las azafatas te van a regañar.
—Tía ahora que me acuerdo...—se endereza en el asiento y mira hacia arriba intentando recordar— los skates... dime ¡qué concho voy a hacer yo sin mi skate!
—Eso te quería decir, hace unos días me comió la curiosidad y me puse a buscar tiendas en Nueva York donde comprar skates porque ya sabía yo que no nos los iban a dejar pasar al avión, he encontrado un par y ¡están superbaratos!
—Eso es genial, menos mal, ¿vamos hoy? —pregunta la ignorante de mi mejor amiga.
—Espero que sepas que cuando lleguemos a Nueva York serán las seis y media de la mañana.
—Pero si esa hora es ahora mismo —suspiro fuertemente al oirla decir eso, la quiero matar, las dos cosas: la quiero, y matar; espero que se me entienda.
—Perra ignorante... ¿no te han hablado nunca de la diferencia horaria? Ahora en España son las seis y media pero allí son las doce y media de la noche... y con seis horas de vuelo ponte a sumar —me rectifico antes de dejarla hablar diciéndole:—. Mejor no lo intentes, las seis y media de la mañana ¿vale? —Ay Samantha, Samantha... tan mala en matemáticas.
—Oh —pone su boca formando una "o" como sorprendida, aún me sigo preguntando cómo no ha repetido ningún curso.
Por favor, abrochense los cinturones, vamos a despegar, si necesitan algo, las auxiliares de vuelo estaremos dando unas vueltas por todo el avión para preguntar por sus necesidades, gracias.
Dice la voz de una azafata unos minutos después.
—Algún día seré yo la que diga eso —le hablo a Sammy, la cuál se hace la dormida—¿estamos tontos? ¡No me ignores! —la zarandeo conociéndome su juego.
Se ríe y dice:—Ya lo sé, Ashley, todos los días dices que quieres ser auxiliar de vuelo.
—Mhm —asiento convencida de que es totalmente cierto—. Me alegra que lo sepas.
—¿Desean algo? —pregunta una chica alta de pelo rubio y con un uniforme de lo más "cute".
—¿Haceis colacaos? —pregunto como una niña pequeña. Ella me mira con una cara muy típica de "what the fuck" y yo río para mis adentros.
—Sí, claro que sí, ahora mismo se lo traigo —dice dándose la vuelta aún con una sonrisa.
Alguien se ríe fuertemente y sé quién es:—Tía, ¿un colacao? ¿en serio? Eres la puta ama, ¿has visto su cara? —continua riéndose y yo con ella.
—Aquí tiene —dice la azafata cuando vuelve con una taza de leche y un sobre de colacao en las manos—. Que aproveche —dice dándose la vuelta.
—¿Quién es más niña? ¿Tú o yo? —pregunta Samantha. La verdad eso nunca me lo había preguntado, siempre hemos sido nosotras las inmaduras del instituto, las dos, somos tan iguales que es difícil encontrar las diferencias.
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More Than A Travel (Nash Grier)
Fiksi PenggemarCuántas veces soñé cómo sería mi vida al lado de Nash. La vida sería tan perfecta como él. El problema es que sólo estaba soñando.