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6.

La velada iba de maravilla, Scarlett conversaba con diversos asistentes así como su marido; sabían envolver a las personas y sobrellevarlas de manera impecable; para ambos aquella fundación era importante pues ayudaban a muchos niños a sobresalir.

A pesar de estar entretenida atendiendo a sus invitados por dentro moría de nervios al sentirse observada en todo momento por Chris quien charlaba amenamente con el hombre que iba acompañado; se sentía como una adolescente intimidada.

Robert y ella se dejaban tomar fotografías posando como lo que era su matrimonio "perfecto", Robert fue intervenido por sus grandes socios en una charla sobre negocios, por lo que Scarlett decidió huir de aquellas conversaciones aburridas.

Saludo a un par de damas y después se dirigió hasta la barra de bebidas dónde ordenó una copa de vodka, mientras pedía una siguiente ronda sintió como alguien se posicionada detrás de ella haciéndola temblar.

Conocía ese porte y ese perfume que olía demasiado bien.

— Señora Downey buenas noches — Chris Evans se aclaró la garganta observando de espaldas a la mujer quien movía sus manos nerviosas sobre la barra, soltó una risa sarcástica y decidió sentarse al lado de ella pidiéndole al barman un whisky a las rocas.

Scarlett bebió de fondo su vodka y se giró para quedar frente a frente al hombre que al parecer no se le iba a despegar el resto de la noche.

— Señor Chris.

— Christopher Evans, es un gusto señora Downey — con una sonrisa dibujada en su rostro le extendió la mano a Scarlett quien la estrechó amenamente — me atrevo a decirle que luce muy guapa esta noche, tanto como la pasada, en la cual me dejó solo, en mi habitación sin despedirse.

Scarlett tragó saliva sin dejar de observar a Chris Evans, al menos se alegraba de conocer su identidad pero quería saber que demonios estaba haciendo él en ese lugar.

— Disculpe caballero, no sabía que teníamos que despertar y tomar el desayuno juntos — Scarlett le lanzó una mirada retadora —¿Acaso me está siguiendo?

— Definitivamente no, amante que tengo en mi cama, amante que olvidó esa misma noche — con una seña al barman pidió otra ronda de tragos para ambos— da la casualidad que su esposo es amigo de mi hermano.

Chris tuvo que mentir, si por el fuera le diría quien era y cuánto conocía a Robert, pero lo más seguro es que si lo hacía, ella se alejaría de él y por primera vez él no quería eso.

Él quería seguir teniendola en su cama y que mejor venganza que seguir llevándose a su cama a la esposa de Robert.

— Bonita casualidad — murmuró Scarlett quien no dejaba de observarlo, el hombre lucía un traje color azul a juego con una corbata color negro, cabello pulcramente peinado y siempre con esa sonrisa egocéntrica que lo acompañaba a todos lados, tomo su último trago y pensando como salir de ese lugar decidió despedirse.

— Espero disfrutes el resto de la velada Christopher, yo me retiro— le dió una palmada sobre su hombro — ten una buena vida follando mujeres.

Sin darle derecho a réplica, Scarlett decidió acercarse a los invitados y dejarlo atrás.

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— Puedo ordenar que te lleven a casa Scarlett, yo puedo pedir un auto del hotel que me lleve al helipuerto.

— Robert no te preocupes por mi cariño, me quedaré en la suite, tu ve a cumplir tu compromiso— la mujer beso la mejilla del hombre con dulzura— mereces distraerte, gracias por esta noche, recaudamos más fondos que el año pasado.