Tengu

XXIV

Hinata y Kioko habían sido enviadas a los grandes baños de agua caliente del palacio Kitsune, se habían ofrecido a ayudar en los preparativos del banquete, sin embargo, recibieron una gran negativa y una mirada severa por parte de un Kitsune llamado Tobirama, quien había llegado para hablar con Kushina, les regañó por esa apariencia tan desaliñada que llevaban "Sus ropas son repugnantes" Les espetó él mientras les dirigía una mirada de reojo y les gruñía las indicaciones para llegar a los baños, era una aberración para el Kitsune que se presentaran de ese modo ante la esposa del jefe de su clan y más aún, a un banquete tan importante, la orden también aplicaba a Kakashi, debía cambiarse y prepararse para la cena, recibirían como invitados a los líderes del clan Tengu, por lo que debían estar presentables y a la altura del evento.

Estaban sorprendidas, los baños principales habían sido apartados exclusivamente para el uso de aquellas dos mujeres, había diferentes bañeras rectangulares a lo largo del baño las cuales estaban incrustadas en el suelo y delineadas por rocas volcánicas, el vapor que emitían llevaba un aroma suave y delicioso a cítricos, la Kitsune que las había recibido a la entrada de los baños les había dicho que había preparado un baño de verano. Hinata y Kioko lavaron sus cuerpos con diferentes líquidos dispuestos en variadas botellas de cristal de colores, cada uno con un aroma diferente, rosas, lilas, lavanda e incluso miel, cuando por fin terminaron de limpiar sus cuerpos se hundieron en una de las grandes bañeras y recargaron la espalda a la orilla de aquella bañera no pudieron evitar emitir un suspiro de gozo.

— Un baño caliente es lo mejor que hay.- Cerró los ojos Kioko inclinando hacia atrás su cabeza.

— Ciertamente...- Murmuró Hinata imitando a su compañera.- Quisiera que Sakura se hubiera quedado...

— También yo... No hablamos mucho, pero parece alguien agradable... ¿Cómo se conocieron?

Hinata se giró y recargó sus brazos en la orilla de rocas volcánicas, sobre ellos recostó su cabeza para meditar un poco en esos escasos recuerdos que tenía desde su despertar.

— Cuando desperté...- Comenzó a narrar.- ...lo hice completamente confundida, ella sacudía mi hombro y me preguntaba si estaba bien, mi nombre, si estaba herida...- Hinata se detuvo pensando en aquel día, la confusión en su cabeza en el momento en que despertó, ni un sólo recuerdo que le indicara como había llegado ahí.- Me prestó algunas ropas suyas porque las mías estaban desgarradas y llenas de tierra...

— ¿No tenías alguna herida en tu cuerpo?

— Ninguna... Cuando fuimos a la aldea donde ella estaba alojada me alimentó y por la noche la vi utilizar su Naginata contra un espectro que estaba robando a los niños del lugar para alimentarse.

— Parece que en todos lados tienen un problema con espectros, estos últimos tiempos mi aldea ha recibido muchos trabajos para exterminar diferentes tipos de espectros, algunos provenían de aldeas tan pobres que no hemos aceptado ninguna clase de pago, ni siquiera en especie.

— Ella decía lo mismo, que cada día había más y más, dejaba una barrera muy parecida a la mía, pero de alguna manera era un poco más pequeña, la limitaba sólo a la zona de las chozas....-Suspiró con tristeza.- Se lamentaba demasiado por ello y por no poder hacer más... Esa noche, mientras combatía a ese espectro...- Se giró para ver a Kioko.- Recuerdo que le dio un golpe con el mango de la Naginata para bloquear el ataque de aquel espectro, sin embargo, eso lo hizo salir hacia donde estaba yo, cubría con mi cuerpo a un par de niños que habían perdido a sus padres por las constantes guerras y... No entiendo cómo sucedió, simplemente emití una barrera espiritual que bloqueó el daño...

— Quizás fue algo natural.

— No lo sé, pero eso hizo a Sakura pensar que quizás mi trabajo era ayudar a proteger a las personas, me entrenó para utilizar un arco, además de enseñarme a preparar pergaminos sagrados, sanar heridas y crear barreras espirituales... Hay muchas cosas que no sé hacer, como una danza Kagura o trabajar en un templo, pero Sakura creyó que era mejor así, de ese modo podría viajar para proteger las aldeas y yo no podía negarme a hacerlo, sentía que era mi deber.