En el palacio de los Kitsune yacían los dos pequeños discípulos de Kakashi, jugaban después del arduo entrenamiento de combate, los pequeños tesoros de Kushina y Minato, Menma y Naruto, se habían reunido para jugar con el menor de los hijos de Fugaku y Mikoto, Sasuke, para Kakashi era demasiado divertido ver como al pobre y pequeño Tengu le costaba trabajo adaptarse a la inagotable energía que poseía Naruto, el menor de los gemelos, quien a pesar de llevar su entrenamiento de combate y además, el entrenamiento como futuro familiar de Tsuki, aún así conservaba tanta energía como para exasperar a Menma y ahora también a Sasuke, tenía más similitudes al mayor de los gemelos, ambos eran ariscos y serios. Negó con la cabeza Kakashi y los dejó jugando a las escondidas.
Salió del palacio de su clan y comenzó a subir por aquellas escaleras que llevaban a la parte alta del Monte Kurama, justo hacia el templo de la deidad de la luna. Tras el contrato hecho con la diosa Obito se había trasladado a una de las habitaciones que había en el templo, por lo que ya tenía algún tiempo de no verlo, quería conversar con él, su presencia realmente le agradaba, además, aprovecharía para ir por los talismanes de año nuevo y también, para entregar un regalo para la diosa. Conforme se fue acercando pudo ver la puerta Torii de color rojo, la madera de esta puerta estaba tan bien conservada a pesar del tiempo, debía ser por el poder de Tsuki. Con sólo cruzar la puerta encontró a Obito con ropas más adecuadas a su servicio como familiar, su haori era blanco mientras que su hakama continuaba siendo de color negro, a sus espaldas había guardado sus alas para acomodarse una especie de cesta donde transportaba leña para el templo.
— Vaya.- Se detuvo Obito mientras le sonreía con burla.- Al fin te dignas a ver como soy la señora de la limpieza.
— Pues claro, no podía perderme tal cosa.- Kakashi paseó su mirada por el rostro de Obito.- Te has cortado el cabello.
Obito rascó su nuca algo avergonzado.
— Sí, era algo incómodo para realizar las tareas y tener que atarlo me parecía más trabajo, así que preferí cortarlo...
El templo lucía simplemente impecable, por supuesto, antes de todo lo ocurrido con los Tengu y antes de prometer al pequeño Naruto al servicio de Tsuki, ellos subían para darle mantenimiento al templo, pero ahora parecía lucir aún en mejores condiciones, Kakashi miró discretamente las manos de Obito y pudo notar que estaban bastante sucias, era obvio que llevaba bastantes horas trabajando.
— ¿Te gustan?- Obito movió los dedos para llamar su atención.
— Claro, tengo un fetiche por las manos.
— Oh... Que zorro tan pervertido, hablando de esa forma en un templo.- El Tengu enarcó la ceja y al ver que Kakashi suspiraba entre una risilla emitió una carcajada triunfal.- Imaginé que eras un pervertido desde que te vi.
— No lo soy...- Replicó Kakashi con cierta pereza.
— Una persona decente no hablaría de fetiches en un templo.
El Kitsune estuvo por replicar nuevamente, pero prefirió levántarle el dedo medio, cosa que arrancó una nueva carcajada en su ahora amigo. Frente al salón principal del templo estaba una fuente Temizuya, Kakashi se acercó a ella para tomar uno de los cazos de madera que descansaban sobre esta, la tomó por el largo mango de madera con su mano derecha para sacar un poco de agua de la fuente, la pureza cristalina del agua siempre le había impresionado y aún con el frío que congelaba las aguas de los estanques y cascadas esta agua se mantenía en estado líquido, cambió de mano el cazo donde sostenía el agua y en su mano derecha vertió un poco para llevarla a su boca, no la tragó, una vez que enjuagó su boca escupió el agua fuera de la fuente y después enjuagó su mano, por último el líquido que restaba en el cazo lo derramó a lo largo del mango para limpiarlo y lo colocó en la misma posición que lo había encontrado. Aquel ritual se realizaba para purificar el cuerpo y la mente antes de presentar sus respetos a la deidad del templo.
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Tengu
FanfictionSalvar la vida de un cuervo cambio la vida totalmente de Hinata Hyuga, conocida como la sacerdotisa errante. Encarnación de la pureza y de la bondad. ¿Podría ella sanar el corazón de un Yokai?