Beautiful Love - Im JaeBum

•14 - Gyeom*

Kim Yugyeom

Su rostro me causa ternura.

Visitarla a altas horas de la noche es una maldita locura o tal vez solo es la irá acumulada en mi sistema al saber que el bastardo de JaeBum se ha vuelto tan cercano a ella.

Le ha importado una mierda mis amenazas.

—Yugye... Extrañaba ésto— Su sonrisa es adorable, y sus palabras totalmente honestas.

—Si. Hacia mucho que no estamos a solas, por lo general siempre hay alguien de por medio—Gruño un poco al recordar el mal tercio— Lamento mucho como me he comportado estos últimos días.

Desearía contarle todo lo que está pasando , sin embargo, todo es tan jodidamente perturbador.

—No tienes porqué disculparte.—Golpea mi pecho con cariño—Aunque pensándolo bien... ¿¡Dónde demonios está mi Nutella!?

Es imposible para «cualquier ser humano», no sonreír ante sus ocurrencias. Así era ella, una lunática Divertida versión latino—asiatico de Harley Queen.

—En mi mochila— contesto con tranquilidad señalando el bulto negro en el piso de su habitación.

—¿Y mis ga...

—¡Todo está allí!— contesto concentrado en mi celular.

—¡Excelente servicio!—Chilla y aplaude al mismo tiempo como una pequeña foca— Iré por las cucharas y haré las palomitas. Mientras tanto, elige una buena película... Ya sabes, mientras más sangre mejor.

—¡Eres tan rara!— Confieso, haciendo a un lado mi celular y enfocándome en su pequeño cuerpo—Aunque ¿podemos cambiar de género está vez?

—¿Cómo cuál?

Su expresión es tan tierna que desecho inmediatamente la opción +18 de mi cabeza.

— Romántico— Miento y su rostro es poema.

—¿Es broma?—Cuestiona— Ser romántico no va contigo.

—Te falta conocer mucho mas sobre mi— confieso con la mirada puesta en ella.

—Pense, que ya lo sabía.

—En eso te equivocas.

La pequeña conversación muere allí. Mi viejo suéter le queda enorme, este la hace lucir adorable. Maldita sea, suelo usar mucho esa expresión al referirme a ella, pero no existe otra palabra para describirla tan bien. Es tan pequeña que único que provoca en mí sistema es el querer protegerla, cuidarla y no permitir que nada ni nadie le haga daño, inclusive si eso significa que yo deba alejarme para siempre.

Algo realmente estúpido viniendo de mi parte, puesto que las últimas semanas no hago otra cosa que jugar con ella.

—Supongo...— Susurra  lo último mientras desaparece de la habitación.

Estoy exhausto, ha sido un largo día. No creo poder soportar más tiempo despierto, necesito tranquilidad después de una fascinante noche de sexo, y aunque esté mal eso solo me lo puede ofrecer ella.

Su vibra y aura calman mi bestia interior.

Cierro los ojos por unos minutos, recordando nuestros momentos de la niñez, En como nos salíamos con la nuestra y le hacíamos la vida imposible a la niñera. ¡Dios mío! No puedo creer que haya pasado tantos años desde eso, no puedo creer que se hubiese convertido en una exquisita y sexy mujer, una que me obliga a comportarme como un maldito psicópata.